¿Mi pasado?

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Durante dos semanas he estado teniendo sueños extraños, oigo voces pero esta vez son más escalofriantes, tengo miedo, siento que me estoy volviendo loca.

— Leila, ¿tú piensas que estoy demente?— susurró, para que así el profesor de historia no se enfade conmigo, no tenemos buena comunicación.
— claro que no ... bueno solo un poco, pero tranquila yo estoy peor — ríe, lo único que sabe hacer, pero aún así la adoro.

— entonces podrías hace — otra voz se nos unió a nuestra conversación interrumpiéndome.

— señorita Nessman ¿si tanto odia mi clase por qué no sale a dar un paseo? Usted igual — dirigiéndose a la rubia que se sienta a mi derecha.

Tragamos fuerte como si tuviéramos un trozo de pan en nuestras gargantas impidiéndonos el paso para hablar.

— claro que no señor, ya nos quedamos quietas — comente con mi sonrisa de comercial.

El profesor por suerte pasó por alto la falta y volvió a retomar su aburrida clase.

Así pasó el grandioso lunes entre tediosas clases, sonó el timbre indicando que era la hora de descanso.

¡Aleluya! Odio la escuela, odio los profesores y odio matemáticas.

— Dime querida, ¿has tenido mucho sexo con Ares? — preguntó mi mejor amiga coquetamente.
— shh! Por dios Leila — empecé a mirar por todas partes para ver si alguien escucho eso.
— !RESPONDE! Esto es un interrogatorio. —
— (suspire) veamos, mucho, mucho, No, solo dos veces. — dije convencida.
— ¿la tiene grande? — preguntó.
—¿que? No!, digo si, no lo sé — note como mis mejillas se tornaban de un color carmesí.

Leila empezó a reírse, pero de mi.

— Cambiemos de tema, mejor cuéntame cómo te está llendo con mi hermano? La otra vez los vi muy cariñosos — dije curiosa.

— Estamos muy bien, progresando, creo que lo tengo loco por mi, míralo seguro está observándome.—

dirijo mi mirada hacia la mesa de Ares y en efecto Jake estaba embobado contemplando a MI rubia.

— no me lo puedo creer, ¿que le hiciste? ¿ vudú?— declare con un tono gracioso.
— NUNCA LO SABRÁS — manifestó con una risa malvada.

Sonó la campana indicando que el último periodo estaba empezando, entre a clase de Química, dos horas, hablando sobre la tabla periódica, DOS MALDITAS HORAS. En definitiva casi me suicido con unas tijeras.

Suena la campana, salgo corriendo de clase como si mi vida dependiera de ello cuando una voz me para en seco.

—Hana, te toca quedarte hoy a hacer unos papeleos acompáñame— es el maldito profesor.

Ahora sí rotundamente me voy a suicidar.

— Si señor — dije cayéndole detrás.

Entramos al salón de los maestros, hay una gran pila de hojas en su escritorio, Oh no, no, no.

— ¿profesor usted quiere que me muera? —
— muy chistoso Nessman, igual que su hermano mayor será la genética? Ahora siéntese y póngase a trabajar eso le pasa por hablar en mi hora.—

Bufé, que más podía hacer, me fui a sentar como una niña obediente, agarre mi teléfono y le envié un mensaje de texto a Ares diciéndole que llegaría tarde a la casa.

Últimamente está muy amoroso conmigo, ya puedo preguntar y ser un poco más curiosa, me da besos!, si, de la nada, creo que lo estoy enamorando o ya está loquito por mi.

Empecé a escribir ese maldito reporte, corregir ejercicios, parece que estoy haciendo el trabajo de él.

— TERMINE, por fin — dije casi llorando de alegría.
— eh? Bueno está bien, ya váyase que es tarde— dijo acomodándose ya que se había quedado dormido el descarado.
— si! Adiós —

Salí casi corriendo de este horrible lugar al que llaman colegio, mire mi reloj, !son las 7 ! Si que he tardado.

Todo estaba oscuro solo se veían las farolas de la calle alumbrando y un frío descomunal, no me lo puedo creer está escena tan tétrica es muy típica... en las películas de terror.

Empecé a caminar hacia la parada de buces cuando escucho una bocina, ¡hoy me violan.!Acelere el paso, no quiero mirar pero el sonido se volvió a oír y el motor sonaba cada vez más cerca.

—¡Ahhh!— grite asustada ya que ahora el coche había frenado al lado mío.
—Hana, soy yo — dijo una voz muy conocida.

Me giré a encarar aquel vocablo.

— Por poco me matas de un susto kaiet — recite muy angustiada.
— lo siento, lo siento, si quieres te llevo a tu casa — hablo con una hermosa y hechizante sonrisa.

Ares me dijo que no me acercara a él, la verdad denota confianza pero sigue habiendo algo de Kaiet que no me cuadra, pero prefiero llegar sana y salva a la casa.

— si claro — me subí a su coche.

Está vestido con una chaqueta de cuero y un cigarrillo en la boca, algo muy raro ya que yo pensé que era un chico bueno y ahora mismo no siento esa aura.

— últimamente has estado investigando ¿no?— preguntó.
— ¿investigar? ¿Sobre que? — respondí con intriga.

Soltó una risa ronca, los vellos de mis brazos se erizaron. El seguro del coche se activó.

— Sobre la familia Morrison —

El aire de mis pulmones fueron expulsados y mi corazón extirpado, como el sabía sobre eso? Me ha estado vigilando? Mire a mi alrededor, No estamos ni remotamente cerca de casa.

— ¿a donde vamos? —
— si quieres yo te puedo decir lo que tanto tú quieres escuchar... la verdad —

Él miro hacia atrás y asintió con la cabeza, cuando iba a repetir la misma acción que kaiet acababa de hacer una mano masculina fue más rápida tapándome la boca con un pañuelo blanco, empecé a moverme violentamente para zafarme del agarre, pero cada vez me sentía más y más mareada hasta que mis ojos se cerraron dándole acceso a la oscuridad.

— ¿ya está despierta? —
— creo que si, muévela —

Poco a poco estaba recobrando la conciencia, abrí los ojos estaba en un lugar totalmente desconocido para mí, atada de piernas y manos sobre una silla con dos hombres delante mío.

Pude distinguirlos, kaiet y Angel.

— ¿q-que hago a-aquí? — comente al borde de las lágrimas.
— princesa, tranquila no llores nunca te haría daño, solo queremos hacerle daño a él y contarte la verdad — dijo kaiet con una sonrisa retorcida como el gato de Alicia.

No hay escapatoria, todo el lugar huele a mierda, está oscuro solo hay una luz y es la que me alumbra a mi, seguro que me van a torturar como en las películas por qué esto tiene una pinta de policía malo y bueno.

— ¿quieres que te cuente la verdad... sasha?—

Mi cerebro se activó apenas escuche ese nombre mi cabeza hizo un giro de 90 grados como si estuviera poseída.

— ¿que? — comente aturdida.
— ¿la quieres saber si o no ?— dijo ahora el rubio de atrás un poco molesto.
— s-si — mencione en un susurro.

Kaiet sonrío satisfecho con mi respuesta se fundió en la oscuridad que nos rodeaba y atrajo de ella una silla metálica sentándose en ella.

— Tu siempre fuiste su luz desde que eras pequeña, después de todo nosotros nos conocemos, se mucho sobre ti mi pequeña sasha, te voy a contar una historia y el protagonista de esta es el asesino de tu familia.—

ARESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora