Una historia diferente - Cazadores de Sombras

Capítulo 13: Reconciliación

Mencion por los 2k para: PaulaBlackDiAngelo
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¡Disfruten el capítulo!
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Clary

De camino a casa cabalgando, los nervios comenzaban a carcomerme por dentro. Tener a Jace a mi lado, volteando a sonreírme cada cierto tiempo lograba reconfortarme. Pero cuando el camino llegó a su fin ya no tenía opción más que afrontar la situación.

El drama estuvo más en mi cabeza que en la realidad ya que no fue tan mal cómo imaginaba.

Mis padres, claramente, me regañaron por haberme ido así. Les había dado un gran susto y bla, bla, bla. Luego de todos los regaños, mi padre me pidió perdón por la manera en la que había reaccionado. Y mi madre me explicó que no le molestaba el hecho de que saliera con Jace, sino que estaba enojada por la forma en la que se había enterado. Dijo que hubiera preferido que yo se lo contara, en vez de mentirle. Como siempre, Jocelyn Morgenstern tenía toda la razón pero Clarissa Morgenstern jamás dejaría su orgullo de lado en una situación así. Por lo que solo me digné a asentir y encontrar una forma rápida de escaparme de ellos.

También hablaron con Jace, con el que se disculparon al igual que con sus padres por haber armado tanto alboroto. Céline y mi madre parecían haber formado un club de "madres indignadas con sus hijos", ambas estaban molestas por lo mismo. Pero después de largas (muuuuy largas) conversaciones sobre relaciones adolescentes, nos dejaron en paz y aceptaron que haber mentido había sido una aventura traviesa de adolescentes que le daba más emoción (palabras exactas de Stephen Herondale) a todo el asunto. Jace y yo nos dedicamos a estar sentados y no emitir palabras mientras los adultos hablaban.

En cuanto a John, apenas se enteró de que había llegado vino, literalmente, corriendo a la mansión Herondale y me apretujó entre sus brazos muy fuerte.

—Hermanita —decía en mi oído—. Gracias al Ángel que estás bien.

—Sí, John, estoy bien —contesté cansada.

—Perdóname por favor. Lamento lo que dije. Sabes que mi intención no era esa...

—John —llamé pero él seguía hablando tonterías—. John —volví a llamar. Como no me prestaba atención le pegué una cachetada (un poquito más fuerte de lo que pretendía).

—¡Oye! —dijo tocando su mejilla que había quedado roja.

—Lo siento, pero no te callabas —me encogí de hombros.

—Dolió —dijo poniendo cara de enojado.

—Lo que dijiste también dolió —repliqué.

—Bien, está bien. Tienes absolutamente toda la razón, pero ya te he pedido perdón. No se qué más hacer.

—Ya te había perdonado hace como una hora Jonathan.

—Oh, gracias —agradeció sorprendido y volvió a abrazarme—, sabes que te amo más que a nada, ¿verdad? —preguntó.

—Sí, lo sé —contesté separándome de él—. También te amo hermanito —rodé los ojos pero una sonrisa traicionera escapó de mis labios.

—Iré a agradecerle a Jace por traerte a salvo —dijo luego de unos segundos.

—Como si me hubiera ido al infierno y me hubiera sacado de él. No estaba en peligro, Jonathan —dije cansada—. Además, ¿que todo esto no te dejó claro lo de puedo cuidarme sola?

—Lo sé, hermanita, créeme, lo sé muy bien —señaló su mejilla rojiza—, debo admitir que me lo merecía.

—Sip —asentí.