Capítulo 28: Mujeres

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Jace

Los días pasaron sorprendentemente rápido y cuando nos dimos cuenta ya llevábamos tres días en Nueva York. Por ahora todo iba bien, exceptuando algunos detalles... como Simon *tos* *tos*. La convivencia era un poco complicada, pero la sobrellevábamos bastante mejor de lo que esperaba. Procurábamos evitar a Simon a toda costa y no darle importancia a sus estúpidos comentarios que siempre hacía cada vez que nos lo cruzábamos. Su presencia era inevitable por lo que trabajábamos mucho en no permitir que nos arruinara los momentos que se suponía debíamos disfrutar.

Por otro lado, nos llegaron varios mensajes de los directivos de la Academia explicando qué era lo que íbamos a hacer durante este tiempo y cómo iba a proceder todo a partir de ahora. Nos informaron que muy pronto llegaría un instructor para darnos clases aquí en el Instituto. Las clases seguirían lo más normal que pudiera ser posible debido a las circunstancias. Nos evaluarán y bla bla bla. Con respecto a los demonios ingresando a Idris, no dijeron absolutamente nada, pero sospechaba que había algo escondido allí, algo que no querían que supiéramos. Yo ya había comenzado a analizar todo y estaba completamente seguro de que iba a averiguar qué era lo que sucedía pronto. También dijeron que nos enviarían a varias pequeñas misiones. La idea general era matar demonios para disminuir el aumento de los mismos en cada zona. Pero también podrían enviarnos a hablar con alguien y conseguir información, o conseguir lo que ellos estén buscando en el momento. Dependería de lo que necesiten de nosotros, claramente. Y también evaluarían cada misión. En fin, no nos libraríamos del aprendizaje, pero seríamos un poco más libres.

Ahora mismo estábamos preparando la mesa para cenar. La señora Lightwood había cocinado spaghetti. Alec, Izzy, John y yo nos encargamos de poner los cubiertos y demás. Clary aún no había aparecido y nadie sabía dónde se había metido Simon. Robert comenzó a servir en los platos y, unos minutos después, Clary entró en el comedor con el cabello suelto sobre los hombros moviéndose ligeramente a su paso. Recién había terminado de bañarse, por lo tanto, se le hacían ondas al tenerlo mojado. Llevaba puesta una blusa blanca con un jean oscuro y estaba perfectamente hermosa, como siempre.

–Lamento bajar tarde y no haber podido ayudar –dijo apenada, acercándose para intentar hacer algo.

—Está bien querida, no te preocupes –dijo Maryse con una sonrisa.

Ayudó a colocar los platos en la mesa y podía notar en su rostro que se relajaba al sentir que había colaborado. Clary siempre sería Clary, no podía resistir a su necesidad de ayudar hasta en lo más mínimo. Al cruzarse nuestras miradas, me dedicó una dulce y hermosa sonrisa a la cual le respondí con un guiño y una pequeña sonrisa ladeada. Cada uno se sentó y estábamos justo por empezar a comer cuando se escucharon unos golpes en la puerta principal.

—Yo voy —dijo Robert, incorporándose.

Todos nos miramos extrañados, no estábamos esperando a nadie que yo supiera. Luego de unos minutos, Robert ingresó al comedor con una mujer de estatura media, cabello muy rubio y corto, sus ojos eran una mezcla extraña de gris con verde muy claro que se perdía dependiendo la luz. En sus manos traía un bolso bastante grande, como de viaje, y una sonrisa un poco tímida cubría su rostro.

—¿Y ella quién es? —preguntó Simon, quien por fin se dignó a aparecer, desde la escalera. Su vista la recorrió de arriba a abajo, analizándola.

—Mi nombre es Victoria Gonzales —se presentó—, soy su nueva instructora.

•••

Todos estábamos procesando la noticia, ya que ninguno se esperaba que llegara hoy. La primera en reaccionar fue Izzy, casi al instante—. Bienvenida —dijo levantándose y fue a estrecharle la mano como saludo. Posteriormente, todos hicimos lo mismo. Maryse la invitó a que cenara con nosotros y les sirvió un plato a ella y a Simon y, ahora sí, comenzamos a comer.

Una historia diferente - Cazadores de Sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora