Capítulo 14: Última noche

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Dos meses y medio después...

Clary

—¡¡Ayy!! Estoy muy emocionada por esta noche —Izzy exclamaba por el teléfono, dejándome sorda.

—¡¡Sii!! También yo —reí.

—No puedo esperar, ya tengo todo listo. En un bolso la ropa que usaré para hoy, las demás valijas las tengo listas hace semanas —me contaba con emoción.

—Eres una exagerada, Izzy.

Esta noche vendrían Izzy y Alec a Idris ya que sus padres, Max y mis padres se irían a un pequeño viaje que surgió por temas de la Clave. Por supuesto, aproveché la oportunidad e invité a Jace y a Magnus también. Veríamos algunas películas y comeríamos mucho antes de partir mañana por la mañana a la Academia. Aún no podía creer que ya había llegado el momento.

Los últimos meses me dediqué a investigar todo lo posible sobre la Academia, cómo sería estudiar allí y traté de interiorizarme en cada uno de los temas que vamos a tratar, con ayuda de Jace, obviamente. Afortunadamente, todo iba bien entre nosotros y nuestros padres ya estaban muy tranquilos e incluso felices por nuestra relación.

Ahora debía prepararme mentalmente para lo que me esperaba en los próximos meses de estudios, pero antes estaba la pijamada de hoy por la noche. Los chicos vendrían a las 19:30 y recién eran las 17:23. Estaba muy emocionada por ver a Izzy otra vez, no la veía hacía semanas.

Ding dong.

¿Quién había venido?

—Izzy tengo que colgar. Tocaron el timbre y tengo que ir a atender porque mi hermano es un idiota y no va a levantarse —expliqué.

—Bien —rió—. Después hablamos —contestó.

—Adiós.

La llamada se cortó y me levanté perezosamente de mi cama.

Ding dong. Ding dong.

—¡CLARY! ¡ATIENDE LA PUERTA! —gritó mi hermano.

—¡¡YA VA!! —le grité a él y al imbécil que tocaba un millón de veces el timbre.

Ding dong.

Bajé rápidamente la escalera salteándome algunos escalones y abrí la puerta furiosa. Y la persona del otro lado era nada más y nada menos que: Jace Herondale.

—Raziel, Jace, ¿por qué tocas treinta veces el timbre? —pregunté irritada, dejándolo pasar.

—Hola pelirroja, estoy bien, gracias, ¿y tú? —dijo sarcásticamente alborotando mi cabello.

—No me vengas con esas bobadas, Jace —repliqué.

—Wow, wow. ¿Estamos de malhumor? Si quieres me voy y vengo otro día —contestó. Se dirigió otra vez a la puerta pero lo detuve antes de que pudiera salir.

—No —negué—, Raziel, lo siento —me disculpé—. Son los nervios y mi hermano que es insoportable, y tú que no tienes paciencia. ¿Me perdonas? —rogué haciendo cara de perrito mojado.

Una historia diferente - Cazadores de Sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora