[COMPLETADA]
Clary criada por sus buenos y dulces padres Valentine y Jocelyn, y acompañada por su hermano Jonathan, viven una tranquila vida en Idris.
El cumpleaños de Clary llega y recibe varias visitas, entre ellas, de sus mejores amigos. Ese día...
El tiempo pasó muy rápido y tan solo nos encontrábamos a unas horas de asistir a nuestro primer baile de la Academia. Habíamos echado a todos los chicos quedándonos con la habitación para nosotras solas.
—Clary —me llamó Izzy con la preocupación en su rostro—. Nos quedan solo dos horas y media para prepararnos, hay que empezar ahora o no llegaremos —la miré incrédula.
—Izzy, alcanza y sobra el tiempo —dije rodando los ojos.
—Tengo que maquillarte, Clarissa, no vamos a llegar. Así que empieza. AHORA —ordenó adoptando una postura autoritaria.
—Bueno, bueno —acepté levantando las manos—. Me voy a dar una ducha.
—Rápido —achinó sus ojos, señalando el baño.
Solté una pequeña risa y con gran velocidad agarré todas las cosas que iba a necesitar. No más de diez minutos después, ya había acabado y estaba volviendo con Izzy para que no me matara.
—Empezaré por tu peinado —anunció apenas me vio devuelta.
—¿Tengo que peinarme? —me quejé, secando mi cabello con la toalla.
—Por supuesto que sí —dijo dando a entender que era obvio.
¿A ti qué te parece?
Oh, ya te extrañaba conciencia, te fuiste por un tiempo.
Sí, necesitaba unas vacaciones de ti y tu mente.
¡Oye!
—¡Clary! —escuché a Izzy llamándome.
—Lo siento, lo siento —reí y me senté en una silla que Izzy había acomodado para que quedara frente al espejo. Izzy puso un poco de música (multimedia) y comenzó con el trabajo.
—¡If you wanna be my baby, know I'm gonna drive you mad!
—¡Probably gonna call me crazy, I'm the best you ever had, yeah! —continuó mi amiga entre risas.
Normalmente, yo era la encargada de los peinados en esta relación pero Izzy no me dio opción. Además, ella también peinaba como si fuera una profesional. Sus manos eran muy hábiles y rápidas por lo que pude ejecutar mi peinado a la perfección.
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—¿Te he dicho que eres la mejor amiga del mundo? —sonreí apreciando mi cabello en el espejo.
—Oh, no hace falta que lo digas, ya lo sé muy bien querida —respondió rodando los ojos—, ahora, córrete, es mi turno.
Intercambiamos papeles y esta vez fue mi turno de dejar a mi amiga maravillosamente hermosa.
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