Extra 1

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Clary

Nunca pensé que una mudanza pudiera ser tan difícil, agotadora y estresante.

—Izzy, por el amor de Raziel, no necesito un armario que cubra todas las paredes de mi habitación. ¡Ni siquiera tenemos tanta ropa! Y no, tampoco espejos. Ya es suficiente el ego de Jace como para ponerle espejos en toda la casa para que se vea reflejado en ellos, solo serviría para que fuera incluso más egocéntrico —suspiré, tratando de arrastrar a Izzy fuera de la tienda.

—Pero quedaría tan lindo...

—¡No!

—Así te negaste cuando organizamos tu boda y terminó encantándote todo lo que elegí —replicó con los brazos cruzados sobre su pecho con expresión furiosa.

Los recuerdos aún frescos de mi boda con Jace comenzaron a inundar mi mente una vez más. Sin dudas, había sido el día más mágico y especial de nuestras vidas.

Y sí, todo lo que Izzy había organizado había sido hermoso y había salido a la perfección. Incluso el vestido que habíamos elegido juntas...

~~~

—¡Oh por el Ángel! ¡Estás hermosa! —gritó Izzy al verme completamente vestida y arreglada, lista para casarme.

¡Iba a casarme! Raziel, nunca había imaginado ese día siquiera.

—Es el vestido más bonito que vi en mi vida. Estás preciosa, Clary —dijo mi parabatai, parándose frente a mi tratando de contener las lágrimas.

—No, por favor, no llores o me harás llorar y se correrá el maldito maquillaje. Y luego, volverás a llorar porque se me salió todo y tendrás que arreglarlo. Y luego, se retrasará la boda y todo se irá al demonio y...

—Bien, bien, detén ese imaginación, por Raziel. Todo saldrá increíble, tranquilízate —me interrumpió, colocando sus brazos sobre mis hombros—. La boda saldrá hermosa, ya todo está listo. No sabes cuan perfecto quedó todo, Jace está por morirse de los nervios —rió.

Un calorcito cálido inundó mi cuerpo. Al menos yo no era la única que estaba como loca.

—Mírate, ¡mi parabatai se va a casar! —chilló repasando la mirada por mi largo vestido dorado, dando pequeños saltitos de emoción.

—Mírate, ¡mi parabatai se va a casar! —chilló repasando la mirada por mi largo vestido dorado, dando pequeños saltitos de emoción

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Habíamos tardado meses en terminar de diseñarlo, pero finalmente lo logramos. Mi cabello suelto se sentía demasiado cómodo, además de la vincha-corona que mi madre me había regalado que increíblemente había amado al instante. El collar que Jace me había regalado descansaba en mi pecho, al igual que el anillo en mi mano. Lo único que no había permitido que alguien más me ayudara a elegir fueron los zapatos, era mi boda, por lo que iba a usar los zapatos más cómodos del mundo.

Y así fue.

—Basta, me vas a hacer llorar. Tú también te ves increíble —murmuré riéndome.

Una historia diferente - Cazadores de Sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora