Una historia diferente - Cazadores de Sombras

Capítulo 25: ¿Helado?

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Clary

Ya habían pasado dos días desde el ataque demoníaco en la fiesta y aún no recibíamos muchas respuestas. No se sabía muy bien lo que había pasado realmente, o tal vez no querían decírnoslo. Lo único que nos dijeron fue que las salvaguardas cayeron por unos minutos y los demonios aprovecharon para traspasarlas y adentrarse en Idris. No parecía una historia muy creíble, pero las salvaguardas cada vez estaban peor y más débiles, se debilitaban muy fácilmente. Habían sucedido varios ataques en otros lugares de Idris y también en sitios mundanos...

—Tierra llamando a Clary —escuché la voz de Jace llamándome mientras movía una mano delante de mi. Sacudí la cabeza para alejar mis pensamientos y me concentré en él.

—Lo siento, estoy algo... distraída.

—Me di cuenta —dijo riendo—, ¿estás bien? ¿qué pasa? —preguntó un poco más preocupado. Corrió los libros que se encontraban dispersos en mi cama y se acercó más hacia mi.

—Sí, sí. Estoy bien. Es solo que... estaba pensando sobre los ataques demoníacos. ¿No crees que la Clave se lo está tomando muy a la ligera? Quiero decir, hubo muchos ataques y hubo muertes y heridos. Nosotros tuvimos suerte pero...

—Ey, todo va a estar bien. Estoy seguro de que lo resolverán —murmuró rodeándome por los hombros y acariciando mi brazo.

—No lo sé... bueno, no hablemos de esto, tengo que seguir estudiando porque reprobaré todos mis exámenes y mi madre me va a matar —suspiré, volviendo a abrir mis libros.

Jace se burló de mi y le di un librazo en la cabeza—. ¡Oye! —se quejó, sobándose la frente. Repetí nuevamente la acción mientras reía a carcajadas—. Basta ya —empujó suavemente mi brazo—. Tengo una idea. ¿Qué te parece si vamos por un helado, te relajas un poco y luego venimos y seguimos estudiando?

—¡Síííí!—grité de felicidad lanzándome sobre él. Algunos libros y hojas cayeron al suelo y se escuchó el sonido de la puerta al abrirse.

—No otra vez —se escuchó una voz irritada.

Me giré y vi a mi hermano tomándose la cabeza con una mano. Izzy se encontraba a su lado reprimiendo una sonrisa—. ¿No hemos hablado esto ya? —suspiró.

—Yo no he hecho nada. Esta vez fue ella —me señaló Jace riendo.

—¿Por qué me echas la culpa a mi? —lo miré enojada—, solo lo estaba abrazando —dirigí mi mirada hacia mi hermano—. No te pongas en modo celoso, gracias —dije acomodando los libros en un costado ya que, claramente, ya no podría seguir estudiando.

—John, déjalos tranquilos —le dijo Izzy riendo, pasando un brazo por su hombro en una postura relajada. Pero John le dedicó una mirada furtiva y volvió a dirigir sus ojos hacia mi.

—Gracias, Izzy. Además, ya nos íbamos. ¿Cierto, Jace? —le pregunté levantándome de la cama, extendiéndole una mano para que hiciera lo mismo. Jace nos miraba a ambos con cautela. Finalmente asintió y tomó mi mano para encaminarnos hacia la puerta.

—¿A dónde van? —preguntó John con los ojos entrecerrados, volteándose en nuestra dirección.

—Solo vamos por un helado, Jonathan, ¿puedes relajarte un poco? Gracias —suspiré.

—Clarissa...

—Adiós —dije cortante y arrastré a Jace conmigo fuera de la habitación. Se escuchó la risa de Izzy del otro lado de la puerta y el bufido de frustración de mi hermano.