Capítulo 204

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CAPÍTULO 204

*narra Aina*

Hoy ha sido un día muy divertido, pero la diversión no ha terminado todavía, os lo puedo asegurar.

Hemos traído camping gas para cocinarnos algo para cenar. Vamos a hacer cuscús con tomate, es algo sencillo y que nos gusta a todos. Hay unas tres mesas de piedra y entre todos estamos poniendo los manteles, los cubiertos, los vasos... Manuel y Ana se encargan del cuscús. Y los demás nos vamos sentando en nuestro sitio. Están todos demasiado pendientes escuchando un monólogo de Marco sobre los suricatos, así que aprovecho la ocasión para echarle unas gotas de laxante a la bebida de Marta. Estoy convencida de que su nueva actitud es solo una jugarreta más para conseguir lo que quiere, Marta es maléfica y nunca va a dejar de serlo por mucho que quiera hacérnoslo creer, al menos, a mí no me cuela. Así que lo siento, esta vez te has pasado conmigo y ya va siendo hora de que recibas tu merecido.

Me acerco al lugar donde Ana y Manuel están cocinando y por allí también están Víctor y Eva. Escucho su conversación.

Eva: Me ha llegado esta nota a mi tienda y creo que es tuya y que te has equivocado de tienda...

Víctor: A ver... Eres toda mi alegría.. - se mofa - tu media naranja... ¡Yo nunca escribiría semejante cursilada!

Eva: Ah, bueno, pues perdona la equivocación. Pero no te cachondees, bien bonito que es. ¿Sabes de quién puede ser entonces?

Víctor: Ni idea... Mendicuti es un romántico... Seguro que iba para Aina.

Oh madre mía, una vez ya me envió una nota anónima, ¿por qué no iba a hacerlo dos veces? Si esa nota fuera para mí... Todo acabaría... Y en este momento me arrepiento de haber puesto en marcha la venganza del laxante. Pero es igual, de todos modos e independientemente de lo que haga Marcos, Marta se lo merece.

Cuando vuelvo a las mesas, Marta no está ahí. El laxante ha empezado a hacer su efecto. Vuelve al cabo de un rato, roja como un tomate. Y no tarda nada en volverse a ir. Y así unas cuatro veces.

Víctor: ¿Qué te pasa?

Marta: Solo me duele la barriga... - se la aprieta con fuerza, coge un paquete de pañuelos de la mesa y se vuelve a ir.

Muchos echan a reír. Perfecto, está haciendo el ridículo más grande. Lo que yo quería. Toda su belleza ha sido esfumada.

Cuando vuelve por quinta vez de evacuar, Eva decide ayudarla.

Eva: Tómate esto, te ayudará a contrarrestar el efecto. - le dice mientras Marta se toma lo que le da.

Ahora solo falta mi aparición estelar, los papeles se han intercambiado, cariño. Ay, dios, Aina, no digas más cariño, en tu boca no queda bien. Pero tengo que meterme en el papel, Marta siempre le da la puntilla final a sus humillaciones con un comentario todavía más humillante y eso es lo que tengo que hacer.

Aina: No te molestes Eva, ya no hay nada que hacer, su dignidad ya está tan muerta como su madre.

A Marta se le cae el vaso que sujetaba al suelo. Todos me miran con los ojos como platos.

Detrás del delantal (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora