Detrás del delantal (2)

Capítulo 226

CAPÍTULO 226

*narra Mendicuti*

El jueves se presenta como un día bastante aburrido. Aina quiere estar todo el rato conmigo, sabe que es una de mis debilidades y no puedo resistirme a su compañía, pero no paro de preguntarme dónde puede estar Marta. No le he visto el pelo estos días. Así que hoy me he puesto a buscarla por todos los lugares de la residencia, quizás hablar con ella definitivamente contribuya a tomar una decisión de una vez por todas.

Me la encuentro sentada en el banco observando la fuente con el logo de Masterchef. Me siento a su lado. Ella no se mueve ni un milímetro.

Mendicuti: Estás muy ausente últimamente.

Marta: Tendré mis motivos. - dice, entre dientes.

Mendicuti: Tenía ganas de decirte algo.

Marta: ¿De decirme que te gusta más besar a Aina? No te molestes, sé que no es cierto.

Mendicuti: Yo solo quería...

Marta: Mira, Marcos, ¿no te lo dejé claro? Vete a la mierda. No sé cómo puedo estar enamorada de un imbécil como tú que lo único que me aporta en estos momentos es daño. Para que luego protesten de mi actitud, al final ha resultado que tú eres peor que yo. Ojalá viniera Chuck Bass y te hundiera la vida, porque yo ya no tengo fuerzas ni ánimos para eso. - se le quiebra la voz. Y sé que acaba de decirme que soy un impresentable, que me odia, pero eso despierta en mí el efecto contrario. Me aproximo a ella repentinamente y la beso con fuerza. Ella al principio intenta zafarse, pero al notar mi insistencia, me sigue el beso. Aunque después de eso, se levanta, enfadada y empieza a gritarme.

Marta: ¡SIEMPRE HACES LO MISMO! ¡RECURRIR A MIS LABIOS ES TU SOLUCIÓN MÁS FÁCIL YA QUE SABES QUE NO PUEDO RESISTIRME! ¡SOLO QUIERO QUE ME DIGAS: MARTA, TE ESCOJO A TI!

Mendicuti: ¿NO ENTIENDES QUE NO PUEDO DECIRTE ESO? ¡DEJA DE PRESIONARME!

Marta: AHORA MISMO ME IMPORTA UN COMINO TODO LO QUE QUIERAS DE MÍ. NO QUIERO VOLVER A VERTE, MARCOS. Y SI QUIERES VOLVER A HABLAR CONMIGO QUE SEA PARA DECIRME QUE ME ESCOGES A MÍ. SI NO ES ASÍ, NO HACE FALTA NI QUE TE MOLESTES. Y ahora si me haces el favor, lárgate. No me apetece respirar el mismo aire que tú.

Mendicuti: Marta...

Marta: ¡QUE TE LARGUES!

No me acostumbro a ver a Marta con tanta autoridad y tan enfadada. Me siento como un miserable, yo no quería terminar haciendo tanto daño. Me doy fecha límite: el día siguiente después del gran duelo final. Si ese día todavía no sé a quién escoger, apaga y vámonos.