Capítulo 213

113 7 0
                                    

CAPÍTULO 213

*narra Manuel*

La fiesta de Mendicuti está a punto de terminar y en cuanto lo haga, los de la otra residencia deben irse para allí. Quiero ausentarme un momento de la fiesta para despedirme de Ana.

Manuel: Mendi, - me acerco a él. Está con Mauro - ¿te importa si me voy ya? Para despedirme de Ana y eso...

Mendicuti: Ah, es verdad... Ahora vais a estar tres días sin veros...

Manuel: ¡Ni me lo recuerdes!

Mendicuti: Muchísimas gracias por todo, chicos. - nos dice, abrazándonos - Me he divertido tanto... Gracias por preocuparos por mí.

Mauro: Anda, tonto, ¿cómo no íbamos a hacerlo? En realidad, yo sabía que las fiestas de Marta y Aina estaban condenadas al fracaso, después de lo que se han ido fastidiando la una a la otra...

Mendicuti: ¿Por qué no me dijisteis nada?

Manuel: Era una sorpresa... Yo realmente quería que la de Marta saliese bien, pero al final...

Mendicuti: ¿Pero al final? ¿Qué opinas de todo lo que ha pasado, Manuel?

Manuel: Que después de tanta destrucción, ¿puede alguno de los dos bandos cantar victoria?

Mauro: ¿Pero tú no eras Martacuti?

Manuel: Y lo sigo siendo. Pero no me negarás que se han ido autodestruyendo.

Mauro: Eso es verdad, no sé cómo reaccionarán ahora después de todo lo que les has dicho.

Manuel: Mendi, tienes que parar esto ya. Creo que no vas a poder soportar otra guerra.

Mendicuti: ¿Y qué tengo que hacer? ¿Escoger ya?

Mauro: Claro, tío, ¿a qué esperas?

Mendicuti: ¿Me volvéis a decir lo que os gusta de cada una?

Manuel: No, eso es algo que tienes que hacer tú solo. Nadie puede escoger por ti. Tienes tres días para pensar. Tres días sin ver a Aina. Intenta no mantener mucho contacto con Marta y así no te puede influir. Escojas lo que escojas, estará bien. Se trata de tu felicidad.

Mauro: Qué bien hablas...

Manuel: JAJAJA, anda, os dejo.

Me acerco a Ana por la espalda, que está manteniendo una conversación, al parecer muy divertida, con Marco. Le pongo las manos en sus ojos y espero a que adivine quién soy. Tarda menos de un segundo.

Ana: Aquí huele a bacalao.

Pone sus manos encima de las mías, para apartarlas de sus ojos, se gira y me regala un bonito beso.

Manuel: Perdonad la interrupción, - una sonrisa tonta asoma por mi boca - ¿Vamos a Terabithia, Ana?

Ana me entiende a la perfección. Se despide de Marco, me da la mano y nos dirigimos al Árbol del Ahorcado, a disfrutar de los últimos minutos que nos quedan juntos.

Detrás del delantal (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora