Capítulo 218

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CAPÍTULO 218

*narra Manuel*

Ana se baja del autobús y va directa a mis brazos. Me abraza, eufórica, sin parar de saltar y gritar.

Ana: FINALISTA, FINALISTA, FINALISTA. ERES FINALISTA DE MASTERCHEF JUNIOR 2, BACALAO.

Yo no puedo parar de reír de lo feliz que estoy de que Ana vuelva a estar a mi lado.

Manuel: Finalista por los pelos, porque la lie en la prueba de exteriores.

Ana: Pero ya me han contado que hiciste el mejor plato en la prueba de eliminación.

Manuel: Hice lo que pude...

Ana: Anda, no seas modesto, eres el mejor. ¡Ahora a disfrutar de la última semana!

Me mira brevemente a los ojos y yo me pierdo en el otoño de su mirada... Hasta que une sus labios con los míos y ya sí que me pierdo volando en ese infinito que solo Ana consigue que encuentre, solo Ana consigue que me sienta infinito.

Manuel: ¿Sabes que hay infinitos más grandes que otros infinitos? - le pregunto, entre beso y beso, Ana sacude la cabeza - Muchos infinitos tienen límites, - le explico - pero supongo que ya sabes que el nuestro no conoce de eso. Nuestro infinito no conoce de límites.

Ana: De límites de ninguna clase. Te quiero.

Seguimos besándonos, recuperando el tiempo perdido. En un momento que vuelvo a contactar con el mundo exterior, me doy cuenta de que Marco nos mira con fastidio, chasquea la lengua y se larga.

Manuel: ¿Qué le pasa? - y Ana me explica su reciente confesión del autobús.

*narra Marta*

Decían que yo era la perra que humillaba y jugaba con los sentimientos de los demás, pero Marcos no se queda atrás. Acabamos de pasar unas horas maravillosas juntos, os juro que pensaba que ya iba a decir de una vez: "Me quedo contigo, Marta". Pero llega aquí y se besa con Aina delante de mis narices.

Unas manos me agarran por la cintura. Primero pienso que es Marcos, que viene a disculparse. Pero no, es mi eterno admirador.

Víctor: Marta, deja de hacerte daño. Deja de dejar que te hagan daño. Yo nunca te haría daño.

Lo único que me apetece ahora es liarme con Víctor para vengarme de Marcos. Pero sé que no serviría para nada.

Marta: ¡Quiero que me hagan daño si la persona que me lo hace es Marcos! Él movería montañas por mí, ¿sabes?

Víctor: Te estás equivocando tanto...

Marta: Deja de insistir. ¿No te das cuenta de que ya no me interesas? Marcos me aporta muchísimas cosas más que tú.

Víctor: Ni que lo digas, sobretodo dolor.

Marta: ¡YA BASTA! ¡ESTOY HARTA DE TODOS! ¡NO VUELVAS A HABLARME, NI A INSISTIR, NI A REGALARME PALABRAS BONITAS O PALABRAS CONTRA MARCOS! ¡DICHOSAS MARIPOSAS INMORTALES!

Víctor: Mira, Marta, intento entender por lo qué estás pasando, intento entender por qué prefieres a Marcos antes que a mí, pero no puedo. Si eso es lo que quieres, voy a dejarte en paz, pero que sepas que pase lo que pase, que me hagas lo que me hagas, que te comportes como te comportes, siempre voy a seguir queriéndote. Y que cuando te des cuenta de que tú me quieres a mí, ahí voy a estar, porque te voy a esperar siempre.

Me da un dulce beso en la mejilla y se va. Tocado y hundido.

Detrás del delantal (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora