Detrás del delantal (2)

EPÍLOGO

EPÍLOGO

Parte 1

*narra Manuel*

Vacío.

Todo está negro.

Vacío.

¿Por qué el negro es tan deprimente?

Vacío.

Odio esta corbata negra.

Vacío.

Odio mi traje negro.

Vacío.

Odio las lágrimas que resbalan por mis mejillas.

Vacío.

Odio ese triste y pálido ataúd.

Nunca pensé que los tres meses posteriores a haber ganado Masterchef Junior 2 me los habría pasado en un hospital.

Estaba en coma. Tres meses. Y... ya no había nada qué hacer. Los médicos dejaron claro que ya no había posibilidad de que despertara. La decisión fue desconectar esa máquina que intentaba mantener su vida.

Prefiero no seguir narrando, lo siento, no puedo, es superior a mí.

Parte 2

*narra Rocío*

Estamos mi familia y yo esperando que Lucas llegue a la estación de trenes y así poder ir tirando ya hacia el aeropuerto. No sabéis las ganas que tengo de verlo, estos tres meses sin su compañía se me han hecho eternos, doy gracias al creador de Skype, pero ahora todo cambiará... Este viaje marcará un antes y un después en nuestra relación.

*narra Mendicuti*

Me tumbo en el sofá y me dispongo a ver una de mis series favoritas en el portátil, pero me distraigo al ver que tengo un correo. El rostro se me empalidece cuando veo que ese correo es de ella...

Un brusco portazo me interrumpe de mis pensamientos y aplazo el momento de leer ese intrigante correo. Es mi hermano Lucas, sujetando una maleta.

Mendicuti: ¿Qué haces aquí? ¿Te has olvidado algo? ¿Tú no estabas cogiendo un tren para irte de vacaciones con Rocío y su familia?

Lucas: Yo... No he podido... Ha sido pisar la estación de trenes y verla repleta de familias, parejas despidiéndose... No puedo. No quiero que mi vida sea así. Necesito libertad. Y yéndome de vacaciones con Rocío conseguiría todo lo contrario.

Mendicuti: ¿Has avisado a Rocío? - no le reprocho su comportamiento, no soy nadie para dar lecciones.

Lucas: No. Quiero ser lo más capullo posible para que me odie y le sea más fácil olvidarme. No quiero hacerle daño, aunque sé que acabo de hacérselo... Pero no quiero estar atado a nadie. Lucas Mendicuti no está preparado para querer a otra persona.

Mendicuti: No creo que hayas hecho lo correcto, pero... ¿alguien sabe qué es lo correcto?

Lucas: Vamos a tomar un helado, por favor, necesito respirar aire puro y el apoyo de mi hermano.

Mendicuti: Ostras, no puedo. En nada tengo que ir a buscarla a la estación, ¿recuerdas? ¿Quieres acompañarme?

Lucas: Odio esa estación... Pero vale, todo sea para no quedarme solo.

Mendicuti: Perfecto, le va a hacer mucha ilusión verte. Leo un correo, me visto y nos vamos, ¿vale? - mi hermano asiente.

Cojo aire y abro el correo, que dice lo siguiente: