Enseñame a Olvidar II: volver a nacer

Cap 2 - Me odia

Cap 2- Me odia

Will:

¿Tú? Dijo con voz fría.

La sonrisa que se había formado en mis labios desapareció. Estaba feliz de ver que me reconoció, pero no sé exactamente qué fue lo que recordó.

Sus ojos me veían llenos de odio, traté de tocarla pero ella se alejó.

- ¡No me toques! Tú vienes a acabar conmigo. Él va a venir por mí, él prometió que siempre me protegería. Él va a venir por mí, él prometió. - dijo pegando su cuerpo a la pared y deslizándose lentamente al suelo.

Me dolía demasiado verla en ese estado. Ella, que siempre fue tan fuerte a pesar de todas las pruebas que la vida le ponía, de todos los misiles que se lanzaban en su contra. Siempre se mantuvo de pie, íntegra, pero ahora solo era una mujer quebrada y llena de dolor.

Me hinqué a su lado tratando de tranquilizarla. Estire mi mano y toqué la punta de sus dedos. Sé que sintió algo muy fuerte al sentir mi tacto, porque volteó a verme de una manera distinta.

- Yo no estoy aquí para hacerte daño, al contrario - no terminé de hablar cuando jalo sus dedos y tapándose los oídos empezó a gritar.

- ¡Mentira! Me quema, no me toques - volteo a ver a los enfermeros y con voz suplicante pidió ayuda - que no me toque, su piel me quema. Me quiere matar como a mi padre, como a...él. ¡Noooo! Él no está muerto, él va a venir por mí, él lo prometió.

Siempre supe cuánto lo amaba, pero verla en ese estado me dejaba ver que su amor era más fuerte que ella misma. El hecho de saber que había muerto, logró que perdiera la razón.

Debía ayudarla a volver al presente, a vivir como una persona normal. Leo ya no estaba más y ella necesitaba ayuda.

Le haría ver que la amaba, que lo único que yo quería era su bienestar y que daría cualquier cosa por volver a verla sonreír.

- Natalie me voy, pero antes quiero que sepas que jamás te haría daño, porque te amo - ella volteo a verme a los ojos por unos segundos y vi desesperación en los suyos. Escondió su cabeza entre las piernas y empezó a cantar.

Le di un beso fugaz a su cabeza, me puse de pie y dirigí a la oficina. Necesitaba hablar con el encargado del lugar urgentemente y hacer un trato con él.

Le conté parte de la historia de Natalie, solo lo necesario​. Informe que había gente allá afuera, que quería acabar con ella y que pondría hombres que cuidarían de ella.

Le ofrecería una fortuna, pero debía informarme de cualquier cosa fuera de lugar. Debía dejarme saber todo de ella ¿Cómo llegó aquí? ¿De qué habla cuando lo hace? Si alguien venía a verla, si sonreía, si lloraba ¡Todo lo que tuviera que ver con ella!

Aceptó, aunque un poco temeroso lo hizo. No se si lo hizo por miedo o por el dinero, pero lo importante es que lo hizo.

Me informó de una mujer que venía a verla todos los días y con la cual Natalie se sentía tranquila. Su presencia le hacía muy bien y quería saber si yo sabía quién era ella.

Esa información me interesó profundamente. ¿De quién se trataba? ¿Y porque venía a verla a ella específicamente? ¿Acaso la conocía? ¿La habría mandado mi madre? Debía saber quién era ella inmediatamente y si era una amenaza para su vida.

—¿Qué mujer? - pregunté nervioso.

— Es una mujer mayor, empezó a venir a los pocos días que ella llegó. Es por la única persona que se deja tocar. Es muy cariñosa con ella, le canta, la baña, la peina y mientras ella está aquí, está tranquila.