Cap 22- ¡Es tu madre!

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Cap 22- Es tu madre

Leo:

- ¡No! Tú no - grité, a la vez que empujaba su mano - es tu madre y si lo haces nunca vivirás en paz contigo mismo.

Podía ver coraje en sus ojos, pero también dolor. Él solo bajó la cabeza derrotado. Su madre, por primera vez, mostró un poco de miedo. Nunca se imaginó que su propio hijo sería capaz de dispararle.

De pronto su rostro se llenó de furia. Debí imaginar lo que venía, pero no lo hice. Sacó una pistola de su sacó y le disparó a su hijo.

Lo empujé, pero no logré liberarlo completamente, la bala dió en el hombro. Me agaché a ver qué estuviera bien y ella aprovechó ese momento de distracción para apoderarse de Elías.

- Los creía más inteligentes - dijo riendo. Di un paso a donde ella y me apuntó con la pistola - ¡Cuidado Leo, que si me atreví a disparle a mi hijo, contigo no me tentare el corazón!.

No me disparó, solo porque vio una docena de pistolas apuntando a su cabeza. Estaba rodeada, pero tenía en sus brazos lo más valioso de ese maldito lugar. No podía permitir que le hicieran daño, debía dejarla ir.

William se puso de pie, furioso.

- Juro que si se lleva al niño la seguiré al fin del mundo y no habrá nada, ni nadie que me impida acabar con usted.

- Me partes el corazón Will, yo solo quería tenerte a mi lado....pero Elías tomará tu lugar - fue retrocediendo lentamente - Will dió unos pasos hacía ella y ella llevó la pistola al niño - cuidado hijo, porque si te acercas me lo llevo a él conmigo.

- ¡William! - lo reprendí al ver que no se detenía.

- No lo hará - dijo seguro de sí mismo.

- Estás seguro hijo - lo cortó preparando el arma. Lo que logró que se detuviera. - Ahora me voy, dile adiós a tu hijo.

Podía ver las manos empuñadas de William, se veía perdido, derrotado. Se dejó llevar por el odio que sentía al escucharla hablar de Natalie y actuó sin pensar. Aunque a mí también me enfureció, lo importante en estas situaciones era mantener la mente fría.

Ella salió y nosotros solo la vimos marcharse sin poder hacer nada. William me volteó a ver y sin esperarlo se me lanzó encima.

- Por tu culpa cabrón...si no me hubieras interrumpido ahora tendríamos al niño.

¡Cómo se atrevía!

Estaba débil y era presa fácil. Le tiré una patada en los pies, haciéndolo caer al suelo.

- No te atrevas pendejo, el único culpable aquí eres tú, por tu estúpida imprudencia. Hablaste de más, hubiera sido fácil engañarla, pero tenías que abrir tu maldita boca.

Will sabía que tenía razón y no se pensaba quedar sin hacer nada. Respiró profundo, tratando de que el oxígeno entrara a sus pulmones y después de unos segundos se puso de pie.

Tomó su celular y marcó a Anastasio.

- No vayan a disparar, lleva a mi hijo.

No sé qué le pasó, él era un hombre de negocios y muy bueno en lo que hacía. Esta vez no pensó con la cabeza, si no con el corazón.

Me fui tras él y pude ver como corría tras un auto. Era su madre y la única razón por la que la seguía corriendo, era porque nuestros carros estaban del otro lado del edificio. También, porque sabía que era el mejor momento de detenerla sin que le disparara al bebé. Las manos las llevaba ocupadas al volante y aunque le podía disparar a él, si volteaba al asiento trasero podría perder el control del auto. Era la única oportunidad que teníamos y la tomaríamos.

Enseñame a Olvidar II: volver a nacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora