Cap 1- La neblina
Este libro es un trabajo de ficción. Los nombres, personajes, negocios y eventos retratados en este libro son ficticios. Cualquier similitud con personas reales, vivas o muertas, negocios o eventos es una coincidencia y no está destinada por el autor.
Natalie:
No recordaba mi pasado, ni tenía idea de quién era yo, mucho menos que hacía en este lugar y con gente tan extraña.
No sabía qué era lo que sucedía a mi alrededor, de lo que sí estaba segura es que alguien me quería lastimar.
¡No debía confiar en nadie!
Me sentía tan sola y vulnerable, pero no sería por mucho tiempo, porque pronto vendrían por mí ¡No tenía duda de ello! ¿Pero quién vendría? Él, él lo haría ¿Aaggh, quién era él?...
Éstas personas vestidas de blanco eran muy peligrosas. Se la vivían alrededor mío, haciéndose pasar por personas amables, pero no lo eran.
Siempre me lastimaban, les pedía amablemente que no me tocaran y no escuchaban. Aunque no recordaba nada, mi instinto de supervivencia se hacía presente cada vez.
Siempre que me atacan peleó con todas mis fuerzas, con uñas y dientes. Los muerdo, pateo y araño, pero ni así me dejan en paz. ¿Qué les hice? ¿Qué quieren de mí?
Me torturan, me amarran a la cama e inyectan veneno en las venas.
¡Me quieren matar!
¡No permitiré que me lastimen! Debo estar bien para cuando él venga por mí, porque sé que vendrá. ¡Él prometió que siempre cuidaría de mí! ¿Quién era él? Aahh, No me acordaba.
Siempre que pensaba en él, quien quiera que fuera, me embargaba una gran tristeza y no podía evitar llorar.
¡No debía hacerlo! No, no, no podía llorar frente a estos buitres. Ellos siempre andaban dando vueltas alrededor mío, esperando ver que me debilitara, para tragarse mis carnes.
Debía hacer algo ¡Cantar! él siempre me cantaba cuando estaba triste. Él siempre me cantaba, siempre me cantaba ¿Él me cantaba? No sé, no estaba segura.
¡¡Agghh!!
Golpeaba mi cabeza fuertemente tratando de recordar. ¿Me cantaba? Quería hacerlo, quería recordar, pero no podía. Me dolía demasiado al intentarlo. Los monstruos dentro de mi cabeza se enojaban y daban de martillazos para que no lo intentara más. ¡No querían que recordara!
Me llevaba las manos a mi cabeza, apretando fuertemente y exigía que me dejaran en paz. Les gritaba, pero no entendían ¡Me seguían lastimando!.
No quería que me siguiera doliendo y dejaba de intentarlo, pero eso solo lograba que mi mente se envolviera en una densa neblina, la cual me relajaba tanto que perdía noción del tiempo.
¡No! No podía olvidar, no te dejes, no te dejes, recuerda. Me repetía una y otra vez, todo lo repetía una y otra vez, para que se grabara en mi mente, para que no lo olvidara.
La única forma que tenía de estar lúcida era sintiendo dolor, así que pegaba a mi rostro, pellizcaba, jalaba el pelo. Hacía cualquier cosa sin importar lo doloroso que fuera, con tal de no olvidar. Yo no podía, no debía hacerlo, por ningún motivo.
Esa gente quería que lo hiciera, querían que olvidara. No querían que recordara más, porque siempre que lo hacía venían como serpientes venenosas a morder mi piel. Me abrazaban fuertemente y encajaban sus colmillos, inyectando su veneno que me hacía dormir.
¡No quiero dormir! Gritaba con todas mis fuerzas, pero ellos no me hacían caso. No quiero dormir, porque si lo hago olvido.
El pesado sueño se apoderaba de mi ser, llevándome a un lugar oscuro. Me podía ver en un auto, pero alguien me empujaba con gran fuerza sacandome de su interior aún en movimiento. Me veía caer al suelo y al querer ponerme de pie para ir tras él, un calor abrasador quemaba mi piel.
Volteaba a ver el auto y lo único que había era una bola de fuego. Fuego que ardía fervorosamente, destruyendo todo lo que tocaba a su paso.
¡NO! Gritaba rasgando las ropas que cubrían mi piel. En ese auto iba mi vida y no tenía idea de quién o qué era. Quería despertar, pero esa maldita droga que corría por mis venas no permitían que lo hiciera.
Me quería morir, ya no tenía nada porque seguir luchando. No existía amor, ni nada que no fueran estas malditas paredes blancas y vacías. Mi mente era incapaz de recordar y tenía miedo hacerlo, porque tal vez la realidad sería más dura que esta neblina que consumía mi mente.
Cuando por fin pude despertar, me dirigí a mi escondite. Necesitaba esconderme muy bien, no me podían encontrar y quemarme a mi también.
Esa esquina me protegería de mis enemigos, de los lobos que querían acabar conmigo y mientras me mantenga calladita, no me encontrarán.
Escuché como se habría la puerta y alguien entraba. Un exquisito olor impregnó mis sentidos, apoderándose de mi fuerza de voluntad. Ese olor era una droga para mi y sin poderlo evitar mi cuerpo se tensó.
¿Qué era ése olor? ¿Porque causaba esta sensación en mi cuerpo, en mi mente? Era algo que yo adoraba, a lo que estaba adicta, pero ¿Que era?.
Esos monstruos me querían destruir, conocían mis debilidades y las estaban usando en mi contra para acabar conmigo. No voltearía, tal vez al ver que no me movía se marcharían.
Los pasos se acercaron más a mi y ese adictivo olor impregnó mis fosas nasales con más fuerza. Una mano inmensa tocó mi hombro y dijo con melodiosa voz a mi oído un nombre desconocido para mi.
¿Natalie?
¿Acaso ese nombre poseía poderes desconocidos? ¿O era la voz? Porque no me pude contener más y volteé a ver de quien provenía esa hipnotizante melodía.
Cuando me encontré con esos hermosos ojos color mar, me embargó un sentimiento desconocido. Ese rostro me hacía sentir en casa. Quería ponerme de pie y correr a abrazarme a su cuerpo por protección. Su mirada era una llena de ternura y amor. Mis ojos se llenaron de lágrimas instantáneamente, fue algo muy extraño lo que sentí.
Quería que me abrazara, que me arropará en su pecho y que no me dejara ir jamás. ¿Acaso sería él, el hombre que yo sabía vendría por mi? ¿El hombre que prometió protegerme toda la vida?
Justó en el momento que estaba por dar un paso para sentir la protección de su cuerpo, una imagen bombardeo mi mente.
Era él con una pistola en la mano, disparándole a un hombre en la cabeza.
¡Era mi padre, ese hombre que mató era mi padre!
No sé cómo podía estar segura de ello, porque no recordaba su rostro, pero algo dentro de mí me lo decía.
¿Acaso venía a matarme a mí también?
¡NO! No lo haría de eso estaba segura. No había muestra de querer hacerlo por ningún lado, al contrario.
No me confiaría, le dejaría saber que sabía perfectamente quién era él y que no le tenía miedo.
- ¡Tú! - Fue todo lo que salió de mis labios.
![](https://img.wattpad.com/cover/100666286-288-k734854.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Enseñame a Olvidar II: volver a nacer
RomanceCuando todos creían que Natalie había muerto en aquel horrible accidente de auto, dios le da una nueva oportunidad. Fue como volver a nacer. Pero ¿Qué sucederá cuando los enemigos se enteren que aún vive? ¿Volverá a ser el blanco de los ataques de...