Cap 24- muerto el perro, se acabó la rabia

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Cap 24- Muerto el perro se acabó la rabia

William:

Ya estaba decidido, nos iríamos a ese pequeño pueblo y viviríamos humildemente, como cualquier otra persona.

Sé que a Natalie no le agradaba mucho la idea de engañar a esa pobre mujer, pero dado las circunstancias se tenía que llevar a cabo.

Los días pasaron y llegó el momento de decir adiós. Fue difícil para mi mujer, despedirse de de... Leo. Quedaron en que iría a visitarnos de vez en cuando y aunque no me gustara mucho la idea, no me podía negar.

Llegamos al que sería nuestro nuevo hogar, en donde nos esperaba felizmente una adorable mujer. Su nombre era Ana, que al ver a Natalie la abrazó y lloró de felicidad al tenerla en sus brazos.

No fue fácil adaptarnos a esa nueva vida, ya que estábamos acostumbrados a lujos y derroche, pero lo logramos. Elías valía la pena y no nos pesaba batallar, por el bienestar de él.

Nuestro hijo creció sano y fuerte. Era increíble ver la energía y fuerza que tenía, no había segundo en el que no estuviera haciendo algo.

Una tarde, vino a platicar de lo que aprendió en la escuela.

- Ya sé que voy a ser cuando crezca papá - me dijo.

- ¿Se puede saber qué es eso? - pregunté curioso.

- Voy a ser de la DEA, para meter a la cárcel a todos esos hombres que envenenan niños.

Me quedé mudo, si tan solo supiera de dónde venía.

- Quiero hacer algo bueno para la humanidad, salvar vidas y destruir a los malvados que hacen daño.

Tenía que fingir, no podía decirle !No hijo, esos malvados son tus padres y tu tito!. Así le decía a Leo desde pequeño.

- Perfecto, me gusta que pienses así, que quieras ser un ejemplo para la humanidad, pero si lo que quieres es salvar vidas. ¿Por qué no te haces doctor? - sugerí.

- ¡No papá! Un doctor solo salva a los enfermos. Yo quiero ir y buscar a los que hacen que la gente se enferme.

- ¿Entonces vas a dejar sin trabajo a los doctores?- pregunté riendo.

- Noooo, porque la gente se enferma de muchas otras cosas. Solo voy a acabar con los que hacen daño. Voy a ser algo así como, superman.

- ¿Superman eh? - me le fuí a las cosquillas. Empezamos a reír y a jugar que él era un superhéroe y yo un villano. El tiempo pasaba y él seguía con esa convicción. Yo solo le pedía a dios que cambiara de parecer una vez que llegara a la edad de decidir.

- Elias, platicale a tito lo que quieres ser de grande - Natalie le preguntó a Elias, una tarde que Leo había ido de visita.

- Voy a ser un superhéroe - dijo orgullosamente, poniendo sus manos en la cintura.

- A canijo ¿Cuál? ¿De qué color va a ser tu capa?

- ¡No tito! Yo no voy a usar capa, voy a usar una pistola y una placa de policía. Voy a ser ...tan, tan, tan, taaaan... de la DEA

- ¿De la DEA? ¡Wow! - soltó la carcajada.

- Dile, para qué quieres ser de la DEA- volvió a decir Natalie.

- Pues, para acabar con todos los malvados que envenenan gente, vendiendo drogas - Leo me volteó a ver y río.

- Me parece muy bien, creó que ya es hora que un superhéroe acabe con esos malvados.

- Mhm, voy a estudiar muy duro, para que me den una beca. Dice mi maestro que eso pagará mi escuela.

- Hagamos un trato, si cuando estes grande aún quieres hacerlo, yo te pago la escuela. Pero eso sí, tienes que ser el mejor agente del mundo ¿Estamos?

Enseñame a Olvidar II: volver a nacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora