CAPÍTULO 21

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Kathe:

19:00. Fin de mí maldito turno.

-¿Ya te vas?- Reconozco la voz de Luke, no lo he visto en todo el día. Me giro y juraría que se me ha caído la mandíbula al suelo.

Su pelo.

-¡¿Qué coño te has hecho en la cabeza?!- Grito sin poder creerlo. Se ha teñido el pelo de color azul.

-¿Esto?- Dice tocándose el pelo, o la peluca. Porque espero que sea una peluca.- Un cambio de look.

-¿A sido idea de la puta, digo de Jenny?

-No la llames así.- Protesta.-Si, la idea fue suya, no me queda tan mal ¿no?

-No, te queda como el culo.- Digo a la vez que me agacho a atarme las bambas.

-No te vas a morir por ser agradable ¿sabes?- Replica molesto.

-Si no quieres una respuesta sincera no me preguntes a mi.- Digo y me voy al vestuario dejándole con esa cara de pasmarote con la que nació. Realmente no me apetece nada ir a la bolera, pero sé que Sel me va a obligar a ir quiera o no. Rápidamente salgo y me meto en el coche, escucho como Luke grita mi nombre pero no me paro. Vuelvo a encender la radio y ahora suena una canción diferente del disco de Sel. No me gusta, así que vuelvo a poner la que he escuchado esta mañana. Jode admitirlo, pero esa canción es realmente buena.

Sin apenas darme cuenta llego a casa y antes de tener oportunidad de abrir la puerta un brazo me arrastra hacia dentro.

-Oye, recuérdame que te quite las llaves ¿vale?- Le digo a la pedazo cabrona de mí mejor amiga.

-Si, si. Lo que tu digas. Va, llegamos tarde, ya están todos ahí.

-¿Quien son todos?- Pregunto mientras me lanzo de barriga al sofá.

-Pues todos, vamos.

Mientras Sel me llama de todo decido levantarme, total, ¿para qué retrasar lo inevitable?

Subo rápidamente a mi habitación, me coloco el piercing y vuelvo a bajar.

-Siéntate.-Me ordena con ese tono que tanto odio. Me siento en la silla antes de que empiece a insultarme. Antes de que tenga oportunidad de protestar me empieza a maquillar. Si tuviera fuerzas juro por dios que le metería el rímel por la garganta, pero hoy me siento muy rara. Echo muchísimo de menos a mí padre, y eso no es normal.

-¡Ya esta!-Grita dando saltitos.

-Genial.-Señalo con ironía, ni me molestó en mirarme en el espejo. Subo a mi habitación y me pongo una camiseta blanca básica y mi chupa de cuero. Me saco las bambas rápidamente y me subo las botas, no son muy altas, eso es más Jenny. Yo soy más simple.                                                          

 Si me ven así vestida, se pensaran que estoy bien. Y sinceramente lo que menos me apetece ahora mismo son preguntas. Me miro al espejo.

Chica mala. Rompe corazones, dicen. Lo que no saben es que la que tiene el corazón más jodido soy yo.

Labios rojos, raya en los párpados, piercing, tatuajes y un alma muy negra. Si alguien me hubiese dicho hace 10 años que iba a ser así, fijo que me hubiese tirado de un puente. Me encantan mis tatuajes, me encanta mi personalidad, pero parece ser que el mundo no comparte mi opinión. Lo único que sé es que a mí me gusta ser así, y lo único que deseo con todas mis fuerzas es que mi padre esté orgulloso.

-¡Nos tenemos que ir!- Me informa a gritos Sel.

Me miro al espejo por última vez y sonrió. Bueno, lo intento. Me sale bien y yo le rezo a quien haya ahí arriba para que la sonrisa me dure toda la noche.

MAYBE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora