Kathe
-¿A dónde?- Pregunta borde Harry.
-¿Qué te pasa?- Pregunto girándole la cara para poder verle bien.
-Nada.- Miente.
-¿Te han dicho alguna vez que mientes muy mal?-Pegunto. Se le escapa una sonrisa traicionera. -Va, enserio. ¿Qué te pasa?- Vuelvo a preguntar intentando sonar lo más sería posible.
-Bésame.- Dice. -Necesito un beso.- Me mira con ojos suplicantes. Me acerco a él y le doy un beso en la mejilla. No conozco a este chico. No puedo besarle así por así (aunque ya lo he echo).
-No es a esto a lo que me refería- Dice tocándose la mejilla.
-Me has dicho que te bese, no me has dicho donde.- Cuando las palabras salen de mi boca me arrepiento en el mismo instante. –Lo siento, a sonado demasiado mal.- Digo y me hecho a reír con la intención de acabar con el mal rollo.
-Bueno, ya puestos a imaginar...- Le beso antes de que acabe la puta frase. No se porque estoy besando a este desconocido. Ni porque me gusta hacerlo. Sus labios son perfectos, al menos para los míos. Después de cinco segundos de placer reacciono.
-¿Era eso lo que querías?- Le susurro a pocos centímetros de los labios. Sin responder se inclina hacia a mí y vuelve a besarme. Lo hace con rabia, como si se estuviera vengando de alguien, o simplemente me tiene ganas.
–-Ya esta, pesado.- Sonrió.
-Vale, vale.- Levanta los brazos dándose por vencido. Me subo a la moto y sin pensar digo.
-¿Sabes que es lo peor de una moto?
-¿Nada?- Me sonríe.
Se nota que es un apasionado de las motos, cosa que quiera o no me atrae más de él, supongo que por el recuerdo de mi padre estando horas y horas en el garaje con sus motos.
Recuerdo mi primer viaje en moto, me llevó a dar una vuelta a la manzana, no recuerdo exactamente que tipo de moto era, pero recuerdo que fue el primer momento de mi vida en el que me sentí libre. Cuando mi padre se bajó de la moto se puso delante mío y me pregunto que ¿si sabia porque me había dado esta viaje? Era una niña, así que no sabía de que hablaba concretamente. Le respondí que no, que no sabía porque me dio ese paseo y entonces pronunció tal palabras que al recordarlas hoy en día aún se me eriza la piel.
Se arrodillo delante de mí y me digo :"Kathy, te he dado este primer viaje en moto porque quería que lo disfrutaras con el único hombre que te va a querer toda su vida, hagas lo que hagas." Esas palabras no tuvieron mucho sentido cuando tenía 7 años, pero a medida que he ido creciendo me he dado cuenta de que me habré subido a muchas motos, pero ese día, esa moto, esa vuelta a la manzana acompañada del mejor hombre que ha visto la tierra, ese momento no lo va a superar nadie.
-¿Kathe?- Dice Harry con tono de preocupación, sacándome de mis recuerdos infantiles.
-Dime.
-¿Estás bien?
-Si.
-Vale.- Dice con voz neutra. Por una parte es un alivio saber que no me va a freír a preguntas, pero una parte de mi deseaba que al menos me hiciera alguna.
Ese es mi problema que espero demasiado de la gente. Y entonces vuelve a sonar la voz de mi padre retumbando en mi cabeza :"Kathy, no esperes de la gente más de lo que te puede dar". Era un gran poeta.
De pequeña nunca entendí una mierda de lo que decía, pero con cada año que he ido cumpliendo, cada herida que se va cerrando, he comprendido que mi padre me estaba preparando para la vida. El único problema es que él se pasó la suya cuidando de una alcohólica y a una niña que nació de un accidente. Echo de menos sus consejos. Lo echo mucho de menos, más de lo que debería. Han pasado 10 años, ya debería haberlo olvidado ¿no?

ESTÁS LEYENDO
MAYBE.
أدب المراهقينTodos somos pedazos de personas que se fueron. Canciones que , por mucho que nos duela, no volveremos a escuchar. Libros que dejamos a medias. Palabras que no dijimos. Somos así; estamos hechos de ausencias. Kathe H.