Harry:
Salgo y el aire me da de pleno en la cara. Recorro el parking con la mirada, no esta.
-¡Kathe!- Grito, he salido solo 5 segundos después de ella, no puede ser tan rápida. -¡Katherin!
-Vuelve dentro o te juro que te vas a tragar los dientes.- Gracias a dios. Está sentada detrás de un coche. Suelto el aire que no sabía que me estaba aguantando y me siento a su lado.
-¿Y tu novia?- Tiene la voz más relajada, se a calmado. Punto a mi favor.
- No tengo novia, ya lo sabes.- Le aseguro, si supiera que la única chica que me interesa ahora mismo es ella...
Nos quedamos varios minutos en silencio. No es incómodo, es incluso relajante. Se sigue escuchando la música de la casa, pero mi cabeza ya ha desconectado de ahí, solo tengo mente y ojos para ella.
-Tengo que irme.- Dice a la vez que se pone de pie, se tambalea un poco, pero al final consigue ponerse recta.
-Vale, te llevo.- No pienso dejar que vaya sola hasta ese barrio de mala muerte.
-Vuelve dentro y busca a tu novia. Sé buscarme la vida.- Intenta rodearme para abrirse paso, pero no. La cojo del brazo, me acerco a su oreja.
-No te estaba pidiendo permiso.- Susurro. Un pequeño escalofrío le recorre el cuerpo, y yo sonrío por conseguir ese efecto en ella.
-¿Que parte de "no" no entiendes?- Frunce los labios.
-Creo que el no.- Repito su mueca y frunzo los labios.
-Voy a llamar a Cameron.- Dice mientras desaparece por la oscuridad. ¿Cameron? ¿Quién coño es ese?
Dos minutos después vuelve a sentarse donde estaba, no dice ni una palabra. Yo tampoco. Quiero ver quien es este "Cameron".
Diez minutos más tarde un Nissan blanco me da con la luz de los faros en los ojos, si no fuera conocido de Kathe le reventaría los faros con un bate. No sería la primera vez que lo hago.
Se abre la puerta y baja un chico alto. Moreno. En forma. Cuando se gira veo que tiene dos piercings a los lados del labio. Tinta negra le decora una parte del cuello. Es Kathe en versión masculina.
-Hey guapa! Esta vez no te he tenido que ir a buscar a la cárcel!- Se mofa el tal Cameron.
-Ja ja ja.- Dice Kathe arrugando la nariz y enseñándole el dedo corazón.
-Oye ya que he venido hasta aquí podrías ser más educada.- Dice él extendiendo su mano para ayudarla a levantarse del suelo. Yo sigo aquí parado, apenas ha notado mi presencia.
-Oh si... Perdone usted por hacerle malgastar su valiosísimo tiempo de copulación con una desconocida para venir a buscarme. Siento haber destruido su romance de novela.- Dice con voz irónica y se le dibuja una sonrisa sarcástica en la cara. Cameron responde con una carcajada.
Me aclaro la garganta y por fin centra su mirada en mi. Me mira de arriba abajo. Con esta camiseta sin mangas y mis tatuajes asomando creo que intimida hasta a hulk.
-¿Y este?- Dice mofándose. Kathe abre la boca para hablar pero la interrumpo.
-Harry. Harry Johnson.- A ver si mi apellido le da una pista de quien soy.
Se rie mas fuerte.
-Cameron. Cameron Parks.- Entonces la sonrisa le desaparece de la cara y se gira rápidamente hacia Kathe.
Ella tiene la vista clavada en el suelo. Cameron se gira hacia mi.
-Jen...Jenny Johnson es.. es tu.. hermana?- Tartamudea. Asiento con la cabeza.
-¡Hijo de la gran puta!- Grita antes de abalanzarse sobre mi. Me pilla por sorpresa y nos caemos al suelo. Kathe le grita que me suelte. En cuestión de segundos me subo encima de él. Un golpe aterriza en su mandíbula. Otro. Otro. Otro.
-¡Harry!- Alguien me tira de la camiseta. Conozco muy bien esta fase de la pelea. La adrenalina. La adrenalina te invade y no te acuerdas de nada.
Kathe consigue apartarme y se siente de rodillas frente a Cameron.
-Dios. Hey- Chasquea los dedos.- 2 golpes no van a derrumbarte ¿recuerdas?- Y de repente siento que me he metido en una conversación privada, como si hablaran de algo que solo ellos entienden. Cameron se recupera rápidamente y rodea a Kathe con un brazo.
-Así me gusta...- Lo halaga y le planta un beso en la mejilla. Lo que daría por ser Cameron ahora mismo.
Entonces se gira.
-Que sepas que lo que hizo tu hermana no tiene nombre.- Dice Cameron, mirándome por encima del hombro. ¿Qué coño hizo mi hermana?
Abre la puerta de copiloto a Kathe, ella entra sin ni siquiera mirarme. Seguido entra él. Arranca y yo sigo ahí de pie, viendo como el Nissan blanco desaparece.
¿Un coche blanco? ¿enserio? Recuerdo que el coche de mi padre era blanco, y que a los 10 años le escribí "Hijo de puta" con spray de grafitis. Me lleve una buena hostia, pero valió la pena.
El coche desaparece, y tengo la sensación de que mi última oportunidad con Kathe, también.
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MAYBE.
Teen FictionTodos somos pedazos de personas que se fueron. Canciones que , por mucho que nos duela, no volveremos a escuchar. Libros que dejamos a medias. Palabras que no dijimos. Somos así; estamos hechos de ausencias. Kathe H.