CAPÍTULO 31

43 10 2
                                    

Kathe:

Cuando entro el olor a alcohol y sudor invaden mis fosas nasales. Ahora recuerdo porque odio este sitio. ¿Realmente la gente no tiene nada mejor que hacer a restregarse contra unos completos desconocidos?

<<Quien fue a hablar...>>

Algún día asesinare a la voz de mi cabeza que no para de repetirme lo mierda que soy. Como si no lo supiera.

El agujero es la casa de Cam. Así de fácil. Él vive solo y siempre se trae la fiesta aquí. No recuerdo el día que haya visto esta casa en completo silencio y sin cajas de pizza vacía ahí donde ponga los pies.

Paso delante de un grupo de chicos, el pelirrojo está más tiempo del necesario mirándome hasta que la chica que está al lado suyo le da un codazo. Me río para mis adentros cuando me tropiezo con una melena rubia.

-¡Hey!

-¿Ya estas borracha?- Pregunto a Sky. Tiene los ojos inyectados en sangre y le cuesta muchísimo mantenerse en pie.

-¡No!- Miente. -¡Vamos a bailar!- Grita. Antes de que tenga oportunidad de empujarme hacia la masa de universitarios sudados me zafo de su agarre.

Cuando veo a Cam me doy cuenta de que se está trabajando a una chica, así que decido no joderselo y voy en busca de algún rostro familiar. De repente me arrepiento muchísimo de haber dejado a Selena en casa.

<<Ella está de su parte, no de la tuya.>>

Me recuerda mi subconsciente.

Selena no confía en mí.

Nadie confía en mí.

Joder, ni yo misma confío en mí.

Cuando llego al sofá veo que están ahí todos. Hayle, Steve, Luke, Jenny, Harry y Louis.

Harry está sentado en el respaldo del sofá y esta hablando con un chico que no conozco. Es moreno, pero a diferencia de Harry tiene el pelo más corto. Tiene la boca abierta de tanto reírse y se le ve el piercing de la lengua. No le presto mucha atención y voy directa a mí objetivo.

Cuando los ojos cielo de Louis se encuentran con los míos se me ocurre una cosa. Antes de que diga una palabra ya está de pie y con mis manos alrededor de su cuello. Los ojos de Harry amenazan con salir de las órbitas.

Sin darle más vueltas me lanzo a sus labios, me cuesta unos segundos adaptarme. Durante una semana solo he estado besando a Harry, me acostumbré a su lengua. Al sabor a menta. A sus movimientos lentos. Louis es todo lo contrario, su boca sabe a tabaco. Los movimientos de su lengua son rápidos, mientras los de Harry son suaves; cariñosos.

Cuando me aparto veo como Harry me lanza dagas con la mirada se gira y empieza a buscar algo con la mirada. No entiendo lo que hace hasta que coge del codo a una chica con el pelo de color verde, hasta que se gira no se quien es. Amber Sellers.

Antes de que me de tiempo de ni siquiera respirar él sella sus labios con los de ella y una oleada de ira me recorre el cuerpo.                                             

Trato de respirar. Estoy tratando mantener la calma. Pero nunca pensé que doliera tanto ver esto.

Amber Sellers estuvo metiéndose conmigo durante casi media infancia por no tener padre. Dios, se podría haber follado a Hayle delante de mis narices antes de ponerle la mano encima a esa zorra.

Antes de que me de cuenta de lo que estoy haciendo mi puño golpea su nariz emitiendo un sonido desagradable.

-¡Me has roto la puta nariz!- Grita en el suelo con la mano ensangrentada. Venga ya, solo le he dado un golpe.

Me agacho a su lado y le ladro:

-No esta rota. Pero tócale un pelo y será una de las muchas cosas que te romperé.- Soy consciente de que somos el centro de todas las miradas cuando Harry me levanta del brazo.

-¿¡Me estas amenazando!?-Grita y la inseguridad brilla en sus ojos.

-Si.-Afirmo y dos segundos ya está de pie y corriendo hacia la salida.

Amber será muy guapa y todo lo que quieran, pero a gallina no le gana ni dios.

Unos brazos me sacan del salón. Cuando ya estamos fuera me empuja tan fuerte que mi espalda choca contra la pared. En su mirada batallan el enfado y la preocupación.

-¿A que a venido eso?-Pregunta agarrándome del codo y lanzándome cuchillos con la mirada.

-Solo ha sido un golpecito.- Le resto importancia.

-¡Le has roto la nariz!

-¡No!- Se reconocer una nariz rota, he roto muchas pero la de Amber no lo estaba. Si, estará morada y hinchada durante una o dos semanas, pero no rota.- Además ¿a ti que mas te da?

-No hablas enserio...- Dice mientras se aleja. Se que esta vez la que la ha cagado he sido yo, pero no se lo voy a admitir, vamos, ni de coña. -¿¡Eres tu la que se ha morreado con ese gilipollas y me culpas a mí!?

-Puedo besarme con quien me dé la gana.

-¿Sabes que te digo? Genial, haz lo que quieras. Pero a mí no me digas nada cuando me bese con quien quiera.- Gruñe mientras se tira del pelo.- No tienes derecho a hacer esto.

-¿No tengo derecho a volverte loco?- Sonrio.

Sus ojos se abren como platos, esta flipando.

Justo lo que quería.

-No hay quien te entienda.

-No hace falta que lo hagan.-Me encojo de hombros.

-Se acabó Kathe.- Dice después de unos segundos de silencio.

-¿Que?-Respondo sin ser capaz de aguantarme la risa.

-Se acabo. Ya está, no quiero jugar a esto. No soy como tú.

-Tienes razón. Eres peor.- Digo clavando mis ojos en sus labios. No le podría mirar a los ojos, no le daré el poder de ver lo que es capaz de hacerme. -Si me juras que no vas a intentar nada, lo dejare estar.

-Te lo prometo. -Y sin decir más, se da la vuelta y desaparece entre la gente.

Mi cuerpo siente un vacío, una enorme pérdida.

<<Esto es lo que querías. Recuerda eso Kathe.>>

Cuando le veo alejarse, cuando le veo yendo detrás de Amber es cuando me doy cuenta.

Me he enamorado de él.

MAYBE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora