CAPÍTULO 14

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Harry:

-¡¿Qué a sido eso?!- Grita Selena nada más salir de la casa.

-Nada- Respondo mientras me río. Dios, pagaría lo que fuera por volver a ver la cara de Kathe.. -Tenemos que irnos.- Sé que querrá recuperar la foto y como salga y me la quite, a la mierda mi plan.

-¡No voy a ir a ningún lado contigo hasta que me expliques que acaba de pasar! ¡¿Que te gusto?! ¡Que chorrada, dios!- Me subo a la moto dejando que hable sola.

-¡O te subes o me voy sin ti!- Eso hace que reaccione, se que prefiere tragarse el orgullo antes de entrar y enfrentarse a Kathe.

-Como se cabree conmigo...

-No lo hará.

1 Hora antes...

- Entra.- Al entrar me doy cuenta de que la casa es mucho más grande de lo que recordaba.

-Wow...

-Grande, eh.

-No hables de mi polla.- Digo y me llevo un manotazo -¿Como una universitaria puede permitirse esto?- Sigo a Selena escaleras arriba y sigo sin salir de mi asombro, esta planta es mucho más grande que la otra. Un pasillo dirige a siete habitaciones, la puerta de una está entreabierta. Selena mira como la observo y niega con la cabeza.

-No, no, nadie entra en la habitación de Kathe.- Dice mientras niega con la cabeza frenéticamente.

-Bueno, por suerte yo soy nadie.- Digo dando grandes zancadas para llegar antes de que me lo impida. Selena corre y me alcanza, se pone delante de la puerta y vuelve a negar.

-Harry, no puedes entrar.- Me pone las manos en el pecho empujándome hacia atrás. Entonces se me ocurre una idea, muy infantil, pero efectiva.

-¡Mierda!- Grito y caigo de rodillas.

-¡Harry! ¿Estas bien?- Se sienta enfrente mío, me aparto un poco de la puerta haciendo que Selena retroceda, entonces cuando veo que ya esta suficiente lejos de la puerta me levanto y la cierro con pestillo. Me rio al ver que a colado.

-¡Capullo!- Grita Selena desde el otro lado aporreando la puerta.

-Ya ya...- Murmuro.- A ver que tenemos por aquí... -Me digo a mi mismo.

La habitación es enorme, sin exagerar, enorme. Una pared es una estantería desde el techo hasta el suelo, está llena, completamente llena. Nunca hubiese dicho que Kathe fuera lectora. En un lado esta la cama, gigante, como no.

La pared de al lado de la estantería es blanca, pero lleva cosas escritas. Me acerco para leerlas mejor.

Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la vida se compone de cosas pequeñas. -Frank Clark

Que gilipollez.

Nada es real, No hay nada de lo que preocuparse. Campos de fresas para siempre.

                                          Strawberry fields forever. John Lennon

¿Quién hubiera dicho que esta chica fuera tan poeta? Me estoy mareando con tantas letras.

Salgo y busco a Selena. Nada.

-¿Selena?

-¡Estoy en el baño!- Conozco a Selena desde hace una semana y me a pegado más gritos que mi madre en toda su vida.

Vuelvo a la habitación, encima del enorme escritorio hay un marco. Kathe y Selena sonríen como crías, bueno Selena sonríe, Kathe tiene la boca abierta y cierra los ojos con fuerza, se le ve diferente, se le ve ¿feliz? Quiero ver a Kathe así, quiero que desaparezca el ceño fruncido permanente que se a estampado en la cara, quiero y voy a conseguirlo. ¿Quién sabe? Alomejor un día el motivo de su sonrisa sea yo.

Entonces se me pasa una cosa por la mente... si parece que hoy es el día de las ideas infantiles. Saco la foto del marco y me la guardo en los vaqueros. Cojo un posit de encima del escritorio y escribo. Lo engancho en el marco ahora vacío y lo miro. Como me gustaría que Kathe llegara a poner una foto nuestra en un marco.

Como si fuera una señal alguien abre la puerta en ese momento, esperaba a cualquier persona del mundo menos a la que tengo delante.

-¡¿Que coño haces tú aquí?!- Grita con desesperación. Su voz, esa voz me a estado matando la última semana.

-Yo..- Me a pillado por sorpresa, me esperaba a una Selena cabreada, no a una Kathe, tremendamente sexy, con el pelo ligeramente rizado y unos pantalones muy ceñidos.

-¡No! Escúchame gilipollas. ¡Nadie, o sea nadie pisa mi habitación!- Grita interrumpiendo mis fantasías, en parte se lo agradezco, porque sinceramente no me apetece que vea lo dura que se me a puesto. A estas alturas creo que esta apunto de perder los nervios, si no los ha perdido ya.

Dejo el marco en su sitio, boca abajo por supuesto.

Los dos nos quedamos en silencio. Le miro a los ojos, espera ¿sus ojos no eran verdes? Ahora mismo tienen un color claro, mucho más claro de lo que recordaba. Para cuando me doy cuenta su mirada está recorriendo mi cuerpo de arriba a abajo con demasiado descaro, no tiene vergüenza, me gusta. Y como es de esperar, yo no me quedo corto mientras analizo cada rincón de su cuerpo.

-¿Que pasa?- Interrumpe Selena haciéndose la inocente. No se de donde sacan eso de que las rubias son tontas, pero ya te digo yo que de tonta esta rubia no tiene un pelo.

-¿Me explicas porque está él en mi habitación?- Kathe se gira para tener vista completa de su mejor amiga, y por como la está mirando, más le vale a Selena inventarse una buena escusa.

-Harry te dije que no subieras a la habitación.- Dice intentando pasarme el muerto a mi. -¿Podrías hacerme caso una vez?- Me encojo de hombros y sonrió. Selena me devuelve la sonrisa, pero no es una sonrisa normal, es la sonrisa de 'cuando salgas de aquí te voy a cortar las pelotas'. Kathe parece no haberse dado cuenta de nada, pero ahora mismo tiene cara de muy pocos amigos.

-Bueno tortolitos ahora mismo no tengo ganas de ver a nadie.- Corta el silencio incomodo que se había formado a la vez que se cruza de brazos. ¿Tortolitos? ¿Kathe esta celosa?

-¿Tortolitos?- Replica Selena.- Venga ya, Kathe. Sabes que estoy...

-Sip. Me gusta Selena. ¿Algún problema, Katherin?- No se de donde coño a sacado Kathe eso, pero lo voy a aprovechar. En el momento en que agarro a Selena de la cintura los ojos de Kathe se oscurecen más. ¿Qué coño he desayunado? ¿Es posible que los ojos cambien así por así de color?

-Ninguno.- Sonríe. - Pero sal de mi casa cagando leches, recuerda que aquí no eres bienvenido, Harold.-¿Harold? Venga ya.

-Nos vemos.- Le guiño el ojo y vuelvo a coger a Sel de la cintura. Escaleras abajo Selena intenta soltarse pero la agarro con más fuerza hasta que cruzamos la puerta. Más vale que no se haya creído lo que he dicho, no necesito a otra lunática detrás. Aunque si necesito a una maleducada llamada Kathe.


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