CAPÍTULO 15

57 15 3
                                    


Kathe:

Ya han pasado unas 5 horas desde la repentina visita de Harry. Y ya es hora de trabajar. 

Trabajo en el McDonald del centro y soy una enchufada. Luke, mi hermano de diferente esperma, es el encargado así que... 

Nada más llegar Luke me regala una sonrisa perfecta. ¿Cómo conocí a Luke? Mis padres eran amigos de los suyos, nacimos el mismo mes y básicamente llevamos toda la vida juntos. Ah, y también es el novio de Jenny. Si... el chico no es muy listo. Parece ser que todo lo que tengo en mi vida gira alrededor de esa puta. Luke, Harry... no, mal, no pienses en él. Caca, caca...

-Hola, preciosa.- Me saluda Luke.  ¿Por qué todos los tíos me llaman así?  

<<Todos no, Harry aún no>> Garantizado, mi subconsciente no sabe cuando cerrar el pico.

-Tienes novia.- Le recuerdo con voz de pocos amigos y me responde con una carcajada.

-Kathe Hunt, estas insinuando que si no tuviera novia tendría una oportunidad contigo?- Pregunta con los ojos rebosantes de humor.

-¡Sigue soñando, Lawrence!- Grito dejándolo atrás mientras me dirijo al vestuario. Odio este puñetero uniforme. Verde, como si no tuviera suficiente con los ojos verdes que se repiten en mi memoria cada vez que cierro los ojos. Muevo la cabeza para despejarme, aunque sé que no va a funcionar.

Me recojo el pelo en una coleta alta, putas normas. Yo no estoy medio calva, no voy soltando pelo por ahí como estos.

Salgo y me coloco en mi sitio. Atender cajas, ni loca me meto en una cocina.

3 horas después de estar moviéndome como una loca. Una chica se acerca, me llama la atención su acento, Italiana.

-¿Que te pongo?- Pregunto en tono borde, bueno yo no tengo la culpa, es mi tono. Luke me lanza una mirada de advertencia, desde que es el encargado le estoy cogiendo un asco...

-Emm sí, a mi ponme un Mcmenú con una hamburguesa doble de queso, patatas grandes y una CocaCola.- Cuanto más habla más me gusta su accento, siempre he soñado con ir a Italia. Tiene que ser bonito, pero, al fin y al cabo los sueños, sueños son.

-¿Algo más?- Esta vez fuerzo una sonrisa.

-¡Harry, que quieres?!- Grita girándose hacia el otro lado del restaurante, mi mirada la sigue. Venga ya, tiene que ser una broma. Harry vuelve su mirada hacia ella, tiene a alguien sentada en el regazo, una niña pequeña. Por un momento me imagino que es su hija pero la niña tendrá unos 5 años y a Harry no le pongo más que 19.

-¡Lo mismo que a ti!- Grita. No me a visto, genial.

Entonces la niña se baja del regazo de Harry y viene corriendo a la caja.

-Grace, cielo, que quieres comer?- La niña no me quita ojo de encima y me estoy empezando a poner nerviosa.

-¿Te dolió?- Pregunta de repente con esa voz que tienen los niños pequeños.

-¿Que?- Pregunto desconcertada, en mi vida había hablado con un niño.

-Eso.- Dice señalando el tatuaje de mi muñeca. El candado. Recuerdo que Harry también me preguntó por él. Le mentí, le dije que no tenía significado cuando en verdad es uno de mis tatuajes que más sentido tiene.

-Un poquito.- Dolió,  no el tatuaje, sino el motivo por que me lo hice.

-Harry dice que duele mucho y que nunca me haga uno.- Me rio, de corazón, el sonido se me hace desconocido incluso a mi.

-Bueno, tu de mayor haz lo que quieras. Harry no podrá controlarte siempre, cariño.- Cuando me doy cuenta del apelativo cariñoso que he añadido casi se me salen los ojos de las órbitas, aunque Grace ni se inmuta, estará acostumbrada.

Yo lo estuve, hasta que de repente, todo acabó.

Se ve que cuando pierdes a tu padre, la gente nunca vuelve a mirarte como antes.

-Grace, cielo ...- La italiana se toma tiempo para leer el nombre en mi placa.- Kathe. Grace, pide ya que Kathe tiene que trabajar.- La niña frunce el ceño. Yo vuelvo mi mirada al final del restaurante para encontrarme a un Harry pendiente de su móvil.

De repente un recuerdo me cruza la mente...  la noche en que lo conocí, recuerdo como miró al móvil, recuerdo como se marchó, recuerdo todo.

-¡Helado!- Grita la niña con una voz demasiado aguda sacándome de esa escena.

-No puedes comer hel...-Intenta decir la Italiana.

-¡Quiero helado!- Grita la niña aún más fuerte haciendo que Harry se gire y me pille mirándolo. Mierda.

Abre los ojos como platos.

-Entonces que sea helado.- Al final la italiana se da por vencida con la niña.

-Genial.- Respondo y me giro a preparar todo lo que han pedido. Pido las hamburguesas a la cocina y mientras cojo las patatas veo que Harry se a acercado a la caja, donde estaba yo apenas hace un minuto. Dejo las patatas en la bandeja, me giro y siento la mirada de Harry clavada en mi en todo momento. Al coger las hamburguesas, al preparar las bebidas, al hacer el helado. Cojo aire y me giro a cobrarles. Harry sonríe y yo clavo la vista en Grace.

-Bueno, son 12.83£- Harry me tiende en dinero con la mano y mi pulso se acelera, me cuesta reaccionar pero cuando lo hago su piel roza la mía. No se porque pero me gusta, sus manos son calientes pero las mías están heladas. Rápidamente les doy el cambio y espero a que salga el ticket, entonces hago algo que jamás pensé que haría.                          

 Cojo el ticket y escribo:

'Quiero mi foto, llámame.

-Kathe H.'

Le doy el ticket y apretó su mano, no se que coño estoy haciendo pero es como si mi cuerpo no hiciera caso a mi mente.

Entonces veo a Grace intentando alcanzar el helado de la bandeja y les digo que esperen un momento. Corro al almacén y le cojo un globo, rosa. Como la pulsera que lleva en la mano. Cuando vuelvo, globo en mano, la niña suelta un grito. Le sonrio y se lo doy. Harry me guiña un ojo y yo aparto la mirada. Cuando se van me pregunto que coño acabo de hacer, desde cuando tengo este lado tierno con los niños.

<<¿Con los niños o con Harry?>>

Puto subconsciente.


MAYBE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora