CAPÍTULO 19

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Kathe:

Cuando entramos en el coche el silencio se instala entre nosotros. Las palabras sobran. Todavía sigo flipando por lo que acabo de ver, sinceramente tengo la sensación de que en un momento me voy a levantar de un sueño demasiado bonito como para ser verdad.

-Que bonitas son las noches de Londres...- Murmuro incluso antes de darme cuenta de lo que he dicho. Al principio pienso que no me ha escuchado pero unos segundos después añade:

-No tan bonitas como tu sonrisa.-Mi corazón empieza a latir demasiado rápido amenazando con salir de mí pecho en cualquier momento.   

  Durante todo el trayecto ninguno de los dos dice nada más. La radio suena de fondo y la mano de Harry tiembla en su muslo. Se que tiene frío pero soy demasiado egoísta como para devolverle la sudadera, suena idiota, pero con su sudadera me siento más cerca suyo.

Es como un crucigrama, tienes que encontrar las palabras indicadas para descifrarlo, el problema es que cada vez que le miro a los ojos, la que se queda sin palabras soy yo.

Ha parado de llover hace un buen rato, pero el cielo triste sigue amenazando con pequeñas gotas. Y no puedo evitar compararlo conmigo... Esta mal, esta completamente jodido, pero se aguanta las lágrimas. Amenaza con llorar, pero aguanta. La putada es que nadie se da cuenta, porque con que el cielo deje pasar solo un rayo de sol, el mundo pensara que esta bien. Con que yo deje escapar una sonrisa el mundo pensara que estoy curada. Yo y este cielo somos iguales, y joder, como duele admitirlo.      

-Bueno, ya estamos...- Dice haciéndome salir de la burbuja que sin querer había formado a mí alrededor.

-Oh...-Es lo único que consigo decir. El viaje se me ha echo corto, demasiado.

-¿Ha sido un placer?- Vacila.- Oye yo no se como va esto...

Sin más le interrumpo con un beso en la mejilla.

-Gracias.

Y sin esperar una respuesta por su parte salgo del coche. Subo los 8 escalones que dan a mí humilde mierda morada y casi me da un ataque cuando me acuerdo de que no me he llevado la llave.  Rápidamente paso la mano por el dintel de la puerta y un tremendo alivio se instala en mí cuerpo cuando toco la llave de repuesto que Sel me obligó a dejar ahí. Abro la puerta y lo que veo me mata de ternura. Tom está estirado en el suelo al lado de la puerta. Esperándome. Al verme no tarda ni un segundo en abalanzarse sobre mí, haciendo que pierda el equilibrio y acabemos los dos cayéndonos  de culo al lado de la puerta. Cuando ya a acabado de lamerme medio cuerpo intento levantarme, intento que se va en vano por el peso de mí precioso perro.

Aún recuerdo el día que me lo regalaron, unos meses antes de que mi padre muriera me trajo una preciosidad con los ojos demasiado grandes para su diminuta cara. Mi padre se burló cuando dije que le quería llamar Tom. Me dijo que Tom era nombre de gato, pero yo nunca lo entendí. ¿Por que tiene que ser nombre de gato? ¿No hacemos ya demasiado lo que la sociedad dice?¿Porque coño iba a dejar que el mierda mundo decidiera el nombre de mi perro? Como si le llamara carbonara. ¿A quien mierdas le importa que sea el nombre de una salsa?

-A ver amigo, me encantaría quedarme aquí, pero tengo que dormir o mañana nadie podrá sacar mi culo de esa cama.- Tom me mira con esos ojazos y yo me trago el nudo que se me ha formado en la garganta. Han pasado casi 9 años desde que conozco a este maravilloso ser vivo y sus ojos siguen igual de brillantes que el primer día. Tom es vida. El puto significado de la palabra.

...

Al sonar la alarma me he cagado en medio mundo, apenas he dormido tres horas seguidas, no he parado de dar vueltas en la cama pensando en unos ojazos jade. Para colmo he estado tosiendo toda la puta noche, lo único que me faltaba, coger una gripe.

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