CAPÍTULO 34

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Kathe:

Abro las ventanillas y dejo que las lágrimas bajen por mi rostro.

¿Cómo he podido enamorarme? ¿Yo? Hasta ahora estaba segura de que no tenía corazón.

-Little do you know,                                                                                      

How I'm breaking while you fall asleep.                                                 

 Little do you know,                                                                                    

  I'm still haunted by the memory.                                                                 

 Little do you know,                                                                                     

  I'm trying to pick myself up piece by piece.                                           

 Little do you know,                                                                                         I need a little more time.

Estoy empezando a pensar que la radio a echo un pacto con el diablo para poner la canción adecuada en el momento oportuno.

Conduzco por la ciudad sin un rumbo fijo. No se cuando he dejado de llorar, pero el vacío sigue creciendo en mí interior.

Antes de darme cuenta giro en medio de la carretera y voy a ver a la única persona que me entenderá.

Cuando llego al cementerio me aseguro de que no haya guardias antes de saltar la valla. Lo he echo cómo unas cien veces.

Camino por las lápidas, me sé el camino de memoria. Aún me acuerdo de las veces que mi madre tuvo que sacarme de aquí. Me escapaba por la noche y dormía junto al cuerpo de mi padre. El frío del suelo no era nada comparado con el frío que sentía en mí alma.

Cuando por fin encuentro la lápida de mi padre, me siento con los pies cruzados delante de él. Algunas hojas de los árboles cercanos se han caído encima, las quito mientras leo la dedicatoria de la lápida:

Tus alas se desplegaron, con el último rayo de la tarde y en cálida y crecida ascensión, te confundiste con las nubes.

Sus alas se desplegaron demasiado pronto... Lo ángeles no tenían derecho a quitármelo tan rápido.

-Sabía que estabas aquí.- Susurra alguien detrás mío. Grito del susto.

-¿Tu eres gilipollas?- Susurro. -¿Qué haces aquí?- Le pregunto a la que una vez fue mi mejor amiga.

¿Qué ser enfermo se acerca en silencio en un cementerio?

-Selena a llamado a Cameron diciéndole que no sabían dónde estabas, cuando ví que mi coche no estaba, supe donde ibas a ir.

Aveces se me olvida que me conoce demasiado.

-¿Estás bien?- Pregunta sentándose a mi lado.

-Hace dos años que no estoy bien. Por tu culpa.

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