Capítulo 6: Nuevos amigos

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Sebastián y yo caminamos largo rato por la costa. Era sencillo mantener una buena conversación con él. Me contó sobre su padre, quién era un pirata bajo las órdenes del capitán Cuervo Negro. Parecía admirarlo con vemencia a pesar que apenas lo recordaba, pues la última vez que lo vió todavía era muy pequeño. Él y su hermano habían tenido que sobrevivir solos cuando su madre murió de tuberculosis hace más de tres años. Su hermano tuvo la suerte de ser reclutado como marino en el barco la Esperanza, pero por desgracia este fue saqueado por piratas; así que su sueño de surcar el mar tendría que posponerse.

Caminamos por un área rocosa muy hermosa en donde las olas chocaban haciendo que el agua nos salpicara como lluvia liviana. La luz del sol a través de las gotas formaba un hermoso arcoíris. La vista era realmente bonita. Nos sentamos a conversar en una gran roca de donde se veía los enormes barcos salir del puerto.

--- Nunca había visto unos ojos como los tuyos. --- Me dijo con su mirada fija en mí.--- Tal vez estas cansada que te digan esto, pero eres muy hermosa. ¿No perteneces a esta isla, verdad?

"Espera... pero qué es todo este ambiente... Ni pienses que te haré caso. Yo estoy aquí por tu hermano." Sebastián se me había acercado demasiado. Incluso me percaté que tenía la intención de tomar mi mano. Alejé mis manos de su alcance, por lo que no le quedó más remedio que fingir un torpe bostezo. "Iluso." Pensé riéndome para mí. El ambiente se tornó un poco incómodo, así que respondí a su pregunta.

--- En realidad no pertenezco a ningún lugar. Viajo con mi tío explorando cada rincón de Edelia.

--- ¡Increíble! --- Sebastián parecía fascinado con mi respuesta.

--- Ni tanto, viajar todo el tiempo es solitario, si no fuera por mis hermanos... Oye... ¿Tu hermano viene?

--- Si, debe estar por llegar. ¿Tienes hermanos?

"Está cambiando el tema..." Sebastián es agradable pero me molestaría saber que me ha engañado para acercarse a mí. Solo espero que no piense en tomarme el pelo; porque no dudaré en darle una buena paliza. Lo miré recelosa pero igualmente respondí.

--- Si, para ser exacta una hermana mayor, un hermano menor que ya conoces y uno que está por nacer.

--- No creo haber tenido el honor de conocer a tu hermano menor.

--- Claro que sí, Rumba ha estado todo este tiempo con nosotros.

--- Ese mono es tu hermano menor. --- Dijo mientras señalaba a Rumba con incredulidad.

--- Exacto, mi hermana viene de camino, espero no sea inconveniente.

--- Tu hermana... ¿También es un mono?

--- Por supuesto que no, es una loba.

--- ¡Una loba! Tu tío ¿es una pantera?

--- ¿Te estas burlando de mí?

--- Para nada...--- dijo intentando ocultar una pequeña carcajada.

"¡Se está burlando de mí! ¡Es el colmo! Es por eso que no me gusta perder el tiempo con niños." Me levanté molesta, lista para marcharme. Rumba, quien estaba adormilado en mi falda, cayó en sus cuatro patas sobre las rocas, con todo su pelo erizado como un gato asustado.

Sebastián me agarró por mi brazo para evitar que continuara con mi plan de largarme. Cegada por la rabia, tomé la mano con la que intentaba retenerme y lo lancé a volar sobre mí. Este cayó sobre su espalda. Me pareció escuchar un gemido de dolor cuando su cuerpo chocó con las rocas, pero de inmediato quedó en silencio. Tan pronto me di cuenta de lo que había hecho, me sentí culpable. "Lo maté..." Pensé a ver que éste no se movía. Me acerqué rápidamente; y aunque su rostro estaba pálido del susto y el dolor, había sobrevivido.

Los Zetlyc: Primavera MuertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora