— ¡Silencio!—gritó el Rey molesto, mandando a callar las murmuraciones de todos en el salón—. ¿Qué evidencia puedes darnos de que has tenido una visión? — Su faz severa mostraba que estaba realmente furioso.
Me miraba con tanto odio que creo de no estar todas estas personas presentes, él me habría mandado a ejecutar. Pero con tantos ojos observando tendría que ser cauteloso y estaba obligado a escucharme. Sé que su molestia se debe a que le he dejado prácticamente en ridículo al no decirle lo de mis visiones con antelación. Más no me dejó otra opción, él ya había tomado una decisión con relación a los rumores de los varformos; y por su orgullo, no habría cambiado de parecer, es algo que pude prever con mi don.
—¿Cómo puedo dar evidencia de la veracidad de una visión? Sólo el tiempo puede decir si es real. Lo único que puedo hacer es dejar que pruebes ante todos los aquí presentes la capacidad de mi don. De esta manera podrá juzgar si poseo el poder del fundador—respondí sin atreverme a apartar la vista del suelo, no deseo avivar más la furia de mi padre.
—El portador del don de Edahim, es capaz de saber tanto el pasado como el futuro. Si eres capaz de identificar a todos los funcionarios que se reunieron con mi persona esta mañana, pensaré en permitir que nos hables de tu visión—dictaminó en un tono burlón que evidenciaba la falta de confianza en mis palabras.
Cerré mis ojos concentrándome en saber con quienes se había reunido mi padre antes de nuestra audiencia privada. Lo pude ver con claridad, como si corriera ante mis ojos una sucesión de imágenes a toda velocidad. El Rey estaba en el salón de estrategias reunido con el Comandante en jefe del ejército, el Duque Felipe Alvorlig, que es uno de sus muchos medios hermanos. Junto a ellos se encontraba el Maestre de Armas Absalón Bruma y el consejero de mi padre, Gaspar Cuervo. Aparte de estos, había diez hombres miembros de la Asamblea Real, quienes no conocí por nombre, pero cuyas caras podría identificar fácilmente. El anciano Amhed y madame Julitte estaban allí también. Al finalizar con la reunión, se despidió de todos y le solicitó a su consejero encontrarse con nosotros en su despacho mientras revisaba algunas cosas que deseaba confirmar.
Había prohibido la entrada de la servidumbre al salón y esperó ansiosamente la llegada de alguien. Una puerta oculta tras una estantería de libro se corrió dejando pasar a una figura encapuchada. La persona le entregó un papel, que él leyó con avidez, como si fuera algo que necesitara saber. Una vez ojeó el documento lo lanzó al fuego de la chimenea frustrado. La persona encapuchada se despidió entregándole una píldora que él bebió ansiosamente. Intenté descifrar quien era la persona de la capa escarlata que se esfumó sigilosamente por la puerta secreta del salón, pero no pude descubrir su identidad. Todas las imágenes en mi mente corrían a tal velocidad que me era imposible captar más detalles.
En el momento que desapareció el encapuchado escarlata de mi visión, sentí su presencia misteriosa escudriñándome. Estaba parado en una esquina cerca de la salida principal observando lo que pasaba en el salón; y lo más que me extrañó de todo, era que nadie parecía percatarse de su presencia. Con mi don podía verlo claramente, aun cuando tenía mis ojos cerrados. Curiosamente, ese encapuchado me hizo una reverencia ligera a manera de despedida, como si supiera que lo podía ver. Caminó lentamente hasta la puerta de salida, al parecer se disponía a abandonar el lugar. “¡No!” Tenía que detenerlo, quería saber quién era esa figura misteriosa. Sin dudarlo accioné mi reloj.
Levanté mi vista; y busqué al encapuchado, pero ya no estaba en la puerta. Sin dudarlo me levanté para correr entre las personas congeladas por mi reloj. Quería quitarle esa capucha escarlata y descubrir su identidad, pero no lo encontré. Esto me causaba aún mayor curiosidad. ¿Quién era esa persona? ¿Cómo sabía que lo estaba observando con mi don? ¿Qué hizo para desaparecer ante que yo accionara mi reloj? Mi padre sería el único que podría aclarar mis dudas. Me gustaría más tarde hablar con él sobre este asunto, pero ahora no era el momento de pensar sobre ello.
ESTÁS LEYENDO
Los Zetlyc: Primavera Muerta
FantasyEn el fantástico y remoto mundo de Edelia, la paz ha reinado por más de quinientos años; luego de la Gran Guerra contra los sangrientos varformos. Guerra que concluyó cuando, los poderosos zetlyc, aprisionaron a los temibles varformos en el remoto...