Capítulo 36.

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Kim se levanta y mira por la ventana. Nunca había visto llover de tal forma. El mar está muy agitado. Coge sus muletas y baja las escaleras. Se dirige a la cocina y sirve café. Marco baja, mientras se pone la camiseta y bosteza.

-He sentido que Dacota se ha ido temprano.

-Suele ir con Drake, ella sabe lo que hace. ¿Qué tal has dormido?

-De maravilla, ¿y tú?- le da un mordisco a la tostada que posaba sobre el plato.

-De maravilla, también. Por cierto, mi tía me ha dicho que te puedes quedar hasta cuando quieras, que no molestas.

-Mi madre me deja hasta finales de la semana que viene como mucho.

-Genial.

-Oye, ¿qué tienes pensado hacer hoy? Llueve mucho.

****

Ash bebe su café lo más rápido que puede, y baja de al sótano. Pule la tabla de Kim. Su idea es arreglarla. Sabe lo que significa para ella. No es una simple tabla. Es la tabla de su padre, él lo sabe. Sólo tiene una mitad, pero solo el hecho de que sea diferente a cada lado, la hace interesante. Aunque se haya disculpado, siente que le debe algo, que está en deuda con ella. Mira los bocetos que ha estado haciendo por la noche. Martillea, aporrea, y todas esas cosas.

En el piso de arriba, Abbey intenta despejar su mente, ocupándola con tareas estúpidas, como ordenar el frigorífico por orden alfabético, o los discos por su fecha de edición. Suena el timbre. Fuera está cayendo una buena. Abigail y Denise sonríen detrás de la puerta.

-Hola, Abbey, venimos a no aburrirnos.-se toman la libertad de entrar.

-Chicas...

-¿Tienes alguna película o algo que...?

-Ash sabe que nosotras...

-¿Qué sabe?- Denise sigue sonriendo.

-Que Kimberly no se acostó con Sven estando consciente, que...

-¿Se lo has contado? ¡¿Eres gilipollas?!

-Es mi hermano.

-Ahora sí que la has cagado.- alega Abigail, mientras agarra a Denise por el brazo y sale, dando un portazo.

Abbey se sienta en el suelo. No hace nada, simplemente recapacita, la ha cagado, pero desde el principio. Arpías. Sale de casa, dando un portazo. Ash lo siente, y le duele, pero sigue con su trabajo.

****

La lluvia cesa. Hasta ahora, Marco y Kim habían intentado ocupar su tiempo con juegos de mesa ridículos. Pero ellos lo suelen llevar a otro nivel. Suelen parodiarlo todo, exagerar. Así se lo pasan mejor.

Marco decide salir a dar un paseo por la playa para despejarse. Kim lo entiende, y acepta. Ella no quiere ir. Por una parte, puede aprovechar para ver a Ashton. Es raro que no la haya despertado esta mañana.

El chico camina por el paseo de madera, mojado, y lleno de charcos. El viento le favorece a la cara. Mira el mar. En parte, le recuerda un poco a Barcelona, aunque sean totalmente distintas, claro. Sus pensamientos callan, en cuanto ve a una chica, sentada en el suelo.

-¿Puedo acompañarte?- Marco sonríe, con ese encanto natural que lo caracteriza.

-Claro.- Abbey se seca las lágrimas e intenta sonreír.

-No sé por qué lloras, no quiero ser un entrometido ni nada, pero seguro que no merece la pena.

A Abbey le inspira confianza. Vale, lo acaba de conocer, ni siquiera sabe su nombre, pero a parte de ser muy mono, le inspira confianza.

-Créeme que merece la pena.

-Vamos...- aparta el.pelo de su cara, y le seca las lágrimas con las mangas de su sudadera.-Si es por un chico...

-No...Es por todo. Porque mi hermano no me habla, porque mis amigas tampoco, porque mi familia es una mierda, ¿a quién quiero engañar? Toda mi vida es una mierda.

-Tu hermano, acabará hablándote. ¿Tus amigas? Vamos, si de verdad son tus amigas, se arrepentirán, y si no, aquí tienes un amigo. Y la familia... Bueno, a eso no tengo consuelo, ¿te vale que mi familia también es una mierda?

Abbey lo besa. Ni siquiera sabe por qué lo ha hecho, simplemente, se besan.

****

Kim toca el timbre y espera, apoyando su pie malo en el suelo. Ashton abre la puerta, está casi sudando. Sonríe. La casa está sumida en silencio.

-Buenos días.

-¿Me disculpas un momento? Ni se te ocurra moverte.

-Mientras pueda respirar, vale.-Kimberly sonríe, y mira como Ashton vuelve a cerrar la puerta, dejándola fuera.

Ash cierra el sótano con llave. No puede permitir que Kim se entere ahora, cuando acaba de empezar su "proyecto". Vuelve a la entrada, y abre la puerta, con toda la normalidad del mundo.

-Volvamos a empezar. Buenos días.

-Hola, Ashton.

-Pasa, no hay nadie.

-Umm, suena provocador.

-Lo es. - se ríe. Esa risa que es solo suya, dulce y varonil a la vez. Cada día es diferente.- Disculpa que esté todo desordenado, de haber sabido que...

-No importa.

-Siéntate donde puedas, entonces.

-¿Por qué estás tan solo?- de fondo suena You're Beautiful, de James Blunt, porque Ash acaba de encender la radio.

-Mi madre está en casa de su querido, mi hermano en paradero desconocido, y mi hermana, supongo que está en la playa.

-Ash... ¿sigues enfadado con ella?

-¿Y si hubieras muerto? Yo no...

-No he muerto. Ella no tiene toda la culpa, si te lo contó, es porque le importas.

-No lo sé.

-Sus amigas se enfadarán con ella, ¿no es bastante?

****

-Yo, yo... Me llamo Abbey.

-Marco, un placer.- se ríen.

-Gracias, Marco.

-Mi nombre suena mejor en tus labios, con tu acento.

-Es tu nombre, es raro.

-Debe ser eso, sí.

****

-No sé si es bastante, Kim, sólo sé que tú no tendrías esa escayola de no haber...- Kim apoya su mano derecha en la mejilla del chico.

-Shh... ¿Esto? Soy una cabezota, competitiva, me lo merezco, nunca antes me había caído, creo que ya era hora.

-No te mereces nada malo, Kim.

-Vamos, Ash... Conoces a tu hermana, antes que a mí... No puedes dejar de hablarle por mí...

-No sé. Estuvimos enfadados, y ella no confesó hasta el final, sabiendo que yo estaba mal.- apoya su cabeza en el hombro de Kim, que besa su frente.

-Pero ha confesado, ¿no? Más vale tarde que nunca, si yo no le guardo rencor, tú tampoco.

Hola, antes de nada, perdón, ya no subo tan seguido, pero es que me faltaba inspiración y bueno, aquí lo tenéis. Votad y comentad, y esas cosas, no quiero ser una pesada. Un besazo xx

You make me strong.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora