Capítulo 15: Probablemente conocerte no fue la mejor opción...

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Quise conocer un poco Miami. Vivía en una zona bastante arbolada no muy lejos de un hermoso parque que hacia encaje con un bosque artificial. De todos modos me parecía muy hermoso. ...
Había un camino de árboles que estaban con las hojas apenas crecientes. La primavera estaba presente. La hojarasca aun cubría el camino junto con algo de césped. Al fondo se miraban más personas, algunos en bicicletas, otros ocupando las bancas, y algunos niños jugando.
Quise relajarme un poco y me recargue en el tronco de un árbol robusto. Saque un libro y comencé a leer. Antes de sumergirme en esta vida nunca hubiera estado haciendo aquello, jamás estaría leyendo un libro y, sorprendentemente termine en un parque de Miami, relajada, leyendo.
Estaba concentrada en mi lectura cunado escuche una dulce voz que ofrecía chocolates. Mis oídos la reconocerían a distancia. Eso era seguro.
Baje el libro que cubría mi rostro y ahí me encontré con ella.
—Kim —la llame a punto de ponerme de pie, pero la niña salió corriendo al mirarme— ¡Kim! —la llame ahora más fuerte.
Parecía que no quería estar conmigo. Entonces el problema no era Jason, era yo.
No lo dude, salí tras ella dispuesta a investigar su huida.
Su largo y castaño cabello se sacudía al ritmo de sus trotes y, me enternecía esa pequeña faldita dos dedos arriba de la rodilla, zapatos perfectamente limpios, una boina azul, y su tira de insignias.
—¡¿Qué pasa?! —pregunte cuando ya casi no tenía aliento.
Ella se detuvo y se me quedo viendo. Tenía unos hermosos y grandes ojos miel que me parecían conocidos.
—No creo que sea correcto hablar contigo —Sus ojos se llenaron de lágrimas e intento limpiarlas con su pequeña mano. Me rompía el corazón—. No sabía que tu esposo era Jason Bieber —¡Kim sabía quién era el! ¡¿Cómo lo había descubierto?! ¡¿Cómo lo sabía?!
Comenzó a llorar e intentaba tragarse sus lágrimas valientemente, pero no podía. Tan solo era una pequeña niña de seis años.
—Kim, no llores —La abrace aparentando restarle importancia al hecho de que ella conocía a Jason, solo para no levantar sospechas sobre su trabajo y esas cosas—. Jason y yo estamos casados, pero no entiendo porque eso está mal.
—Max dice que no puedo estar cerca de ti o de Jason. Nos mudaremos esta noche —continúo llorando y yo no hacía nada más que mirarla a los ojos en cuclillas, tomándola de su pequeña cintura—. Yo no debí hablarte.
—Kim, quiero que me expliques.
—(tn), mi papá no me quiere cerca. Yo no sabía que terminaría viviendo tan cerca de mí.
Los ojos se me llenaron de lágrimas cuando empecé a suponer de lo que se trataba este embrollo.
—Max es bueno conmigo. Quiero estar con él. No quiero molestar a mi papá porque él no me quiere cerca. Tampoco quiero molestarte a ti. —Lloró aún más fuerte.
—Kim —Aclare mi voz para que no se me notara el nudo en la garganta que me impedía hablar correctamente—, ¿acaso Jason es tu padre? —pregunte como pude.
Kim afirmó moviendo su cabeza de abajo hacia arriba al mismo tiempo que limpiaba su cara llena de lágrimas.
Ahora era mi rostro el que estaba cubierto de gotas saladas.
—No llores (tn) —Volvió a llorar junto conmigo—. No quiero hacerles daño. No quiero molestarte.
La tome en mis brazos y la abrace fuertemente. Por un momento pensé en que tal vez la estaba lastimando, pero ella parecía recibir mi abrazo del mismo modo.
—Nunca me molestarías, Kim.
Sé que sonrió aunque no la estaba mirando.

—¿Qué tienes? —Se acercó a mí y me envolvió en un abrazo cuando noto que mis mejillas estaban cubiertas por lágrimas.
—¿Por qué no me dijiste? —comencé a llorar en sus brazos.
—¿Decirte que? —pregunto sin entender a lo que me refería.
—¿Por qué no me dijiste que esa niña era… —Trague saliva. Me dolía decirlo— tu hija.
Vi como sus ojos se encendían en llamas. Se cristalizaron, y no entendí si me estaba mirando molesto o simplemente su mirada me estaba pidiendo perdón.
—No tengo que explicarte todo lo que pasa con mi vida. —comenzó a hablar de esa manera que me lastimaba tanto.
—Le haces daño, Jason.
—¡No me importa, (tn)! No la quiero aquí.
—¡¿Cómo no podrías quererla?! ¿Sabes lo difícil que es para una niña sentir el rechazo de sus padres?
Mi llanto se convirtió en recuerdos.
—(tn) —Tomo mi mejilla. Él sabía que yo había vivido algo similar a lo que Kim vivía. Yo mejor que nadie sabía lo que la pequeña estaba sintiendo.
—No me digas nada, Jason.
—Lo siento.
—Ve y díselo a Kim.
Negó en silencio.
No tenía el valor suficiente, y la verdad, yo lo entendía un poco. Kim ahora vivía con un chico llamado Max al que llamaba “papá” pero que en realidad tan solo era su primo, novio de su madre, o algo similar.
—Jason… —Tomo mi rostro y pego nuestras frentes.
—Mi amor, no sabía qué hacer. Simplemente paso —sus palabras estaban llenas de culpa—. Me metí con una maldita zorra y termine de este modo. No me había enterado de Kim hasta hace un año y medio —Escuche aunque me dolía lo que decía—. Su madre la llevo a mi departamento en Los Ángeles. De la nada me dijo que era mi hija y no supe que hacer. Le dije que se fuera, que era un estorbo y que solo arruinaría mi vida —Tomo aire—. Le dije que no la quería cerca.
—Ella no tiene la culpa.
—Lo sé —Una lagrima se deslizo por su rostro. ¿Jason llorando? Esas no eran lágrimas de cocodrilo, eran lágrimas reales—. Pero ya no puedo hacer nada. Ella ya tiene una vida, yo tengo la mía.
Los ojos de Jason se hicieron puros, y por primera vez no vi aquella gota de maldad que me intimidaba. Tenía una mirada dulce, enternecida, como si hubiese otro Jason dentro de él.
Lo descubrí mirando a través de la ventana. Estaba viendo a Kim, a su hija. Esta seria tal vez la última vez que ambos veríamos a Kim que ya se encontraba cargando algunas maletas para mudarse a un nuevo lugar.
El auto arranco junto con un pedazo del corazón de Jason quien se desplomo en el sofá llorando, sintiéndose culpable por ser el, por ser un idiota y haber hecho sentir de esa forma a una pequeña que no había hecho nada más que nacer. Ese había sido su único error.
—Jason —Me atreví a descubrir que ya lo había estado mirando. A él no le importo que yo le mirara sufrir. Corrió y me tomo en sus brazos.
—Fui tan tonto…
Uno se da cuenta de sus errores tarde o temprano, pero a veces puede ser demasiado tarde. Un pequeño rato de juegos puede hacer miserable la vida de otra persona, y en un parpadeo te das cuenta de que no puedes abandonar tus problemas. Jason se había dado cuenta de eso.
Muy tarde.
Ese día pasamos horas sentados en la cama abrazados, sin decir nada.
El humo del cigarrillo de Jason impregnaba toda la habitación relajándolo un poco.
Nada quitaba su dolor.
El mío tampoco.
El día en el que Kim Fride (ese apellido dado a que su padre nunca respondió por ella) se fue, por alguna razón un hueco quedo en nosotros, en nuestro corazón. En el de Jason por ser su padre; en el mío por ser su amiga, y por descubrir una nueva traición por parte de Jason. De alguna u otra forma nos afectó su partida.
Una de sus manos sujeto mi rostro mientras que con el otro mantenía su cigarrillo en la boca.
Nos miramos.
El buscaba consuelo en mí, yo buscaba verdad en sus ojos. Pero ya no lo sentía real. Toda mi vida era una mentira.
Maldita sea.
—(tn), te amo.
Tampoco le sentí real. Pero sus besos y sus caricias… esos parecían aun ser verdaderos. Tal vez solo era un espejismo, uno que me encantaba vivir noche tras noche bajo las estrellas. Beso tras beso siempre nos llevaba a algo más, a una explosión de emociones y sensaciones.
A pesar de todo, siempre recordaba algo que Shane me decía con frecuencia: “Los chicos hacemos y decimos lo que una chica quiere escuchar por sexo” no sabía si Jason estaba aplicando esa ley conmigo o en realidad me amaba.
Era muy ingenua. Siempre lo había sido.

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bueno heeermosas ya saben que pediré asi que quiero 12 votos y 3 comentarios y subo otro capitulo, cada vez se pondrá mejor! asi que voten ya tengo como 8 capítulos nuevos escritos, asi que Voten mucho!! los quiero y Gracias por su hermoso apoyo!

Maggy.

Besame & Dispara (Justin Bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora