Para quienes creyeron que iría con Jason… no lo hice. Le dije que no estaba preparada para continuar de nuevo con él, porque me sentía traicionada. ...
En cuanto el amanecer llegó, me aproxime a irme a casa e intentar volver a la rutina que apenas había acostumbrado.
Jason prometió estar cerca por si cambiaba de opinión. Dijo que estaría esperándome para cuando yo decidiera volver a ser feliz a su lado.
Pasaron tres días y volví a la escuela.
Durante todo el camino me la pase mirando a través de la ventanilla del auto, por el retrovisor, por los espejos, y por todos los lugares posibles. Quería encontrarme a Jason, estar segura de que verdaderamente estaba allí. Pero nunca le vi.
—¿Qué hay? —Saludó Jake recargándose a lado del casillero en el que acomodaba mis libros.
Me sorprendí de que me hablara, porque después de la pelea con Jason supuse que difícilmente volvería a acercarse.
—Hola Jake —Salude normal sin apartar los ojos de mi libro de historia—. ¿Qué tal tu día?
—No me quejo —Encogió los hombros—. Después de la “casi paliza” que me dio tu novio, no me podría ir peor.
La sangre me subió a la cabeza.
—Cuanto lo siento —Aparté mi vista del libro y le mire—. No sabía que el…
—Estaba jugando —Rio—. Pensé que no te gustaban los chicos como él.
Puse chueca la boca.
—Yo tampoco.
Los dos reímos.
—Lo siento mucho. No sabía que te causaría problemas. —dijo.
—Ningún problema —Negué—. Jason y yo ya no estamos juntos. Creo que no hiciste nada malo.
Sonrió.
—¿Y estaría bien invitarte al cine hoy por la noche?
—¿Lunes en la noche? —Levanté una ceja.
—Sí, creo que sí está mal —Reímos—. ¿Te parece el viernes?
—Claro.
—Pasó por ti a las siete.
Besó suavemente mi mejilla a manera de despedida, pero se sintió más que eso.
El viernes llegó con rapidez. Me prepare para mi cita de Jake arreglándome un poco más de lo común, y cuando digo “común” me refiero a traer jeans, una sudadera vieja, y el cabello en coleta. Desde que Jason y yo nos habíamos separado, ni siquiera me había esforzado por verme bien (excepto el día de la fiesta), pero Jake había despertado nuevamente en mi esa manía por verme bien todo el tiempo.
Coloque un short verde menta, una blusa rosa palo, algo de maquillaje, y unos buenos rizos en el cabello. Sin mencionar los caros accesorios que tanto había extrañado.
La puerta sonó a las siete diez. Una de las sirvientas abrió e hizo esperar a Jake en la sala. Cuando yo llegue lo descubrí mirando una repisa de mi padre, en la cual se encontraban unas tantas estatuillas de búho, cosa típica entre abogados locales.
—Hola. —Le sorprendí con una sonrisa.
—¿Qué onda? —Me miró con las manos en los bolsillos— Lindo atuendo. —halagó sencillo.
—Gracias —le dije—. Igual tú.
Jake rio mientras se miraba, porque en realidad traía tan solo una chaqueta de piel, botas negras, unos jeans rotos, y su perforación en la nariz. No era algo nuevo, simplemente quería regresarle el halago, considerando que él se miraba bien con lo que sea que usara. Se miraba como Jason, aunque Jake tenía el cabello oscuro.
—Dos boletos para “Mafiosos y ladrones”. —dijo Jake a la encargada de la taquilla entregándole algunos billetes.
Me puse algo tensa cuando supe que veríamos esa película. No era un buen momento para hablar sobre mafiosos, y Jake ni siquiera me había pedido mi opinión.
—“Mafiosos y ladrones” —Repetí a manera de pregunta.
—Sí. ¿A quién no le gustan los mafiosos? —Tomó los dos boletos.
—Gracias por su compra. —dijo la encargada.
—Tienes razón… —respondí no precisamente pensando en el trama de la película, más bien, pensaba en Jason. ¿A quién no le gustaba Jason?
Jake tenía los pies sobre el respaldo del asiento delantero, y con la otra mano me tenía rodeada. No hablaba mucho con él, porque realmente no podía apartar la vista de esa película, que más que ser una película, parecía narrar mi vida.
“Pero yo te amo, Charlotte” dijo que hombre de la película, sujetando de las mejillas a su amada. “Tú no me amas” respondió ella. “¿Cómo no podría amarte?” le cuestionó. “Has matado a muchos hombres. Has robado. Has pecado. No puedes amar, porque no tienes corazón” dijo la chica cortándome el corazón de una tajada. “¿Entonces con que te estoy deseando tanto?” volvió a cuestionar él. “Con el capricho de no querer dejarme libre”.
—No estoy segura de esta película… —Bajé la vista al suelo.
—¿Por qué no? Déjame adivinar, ¿no te gustan las escenas románticas? —Supuso riendo.
—Sí. No me gustan… —Tomé la oportunidad de mentir con facilidad.
¿Cómo decirle a Jake que me dolía estar allí? Decirle que me dolía cada palabra de esa película, porque en cada escena, ahí estaba Jason.
¿Jason me amaba realmente, o solo le era un capricho?
Al terminar la película Jake me llevaría a casa en su auto, pero antes de ello, decidimos cenar algo en un restaurante de comida rápida. Tomamos la orden para llevar, y preferimos comerla en el auto, donde hubiera un poco más de privacidad.
—Hace mucho que no comía una de estas. —dije levantando la hamburguesa.
—Eres una chica ricachona, no tienes por qué comer eso —Rio—. Supongo que debe ser bueno comprar lo que te plazca cuando lo desees. Puedes tener todo lo que quieres.
—Las cosas no son así. —Baje la mirada recordando que no podía tener a Jason.
—Sí lo son. No te sientas engreída, no estoy diciendo eso.
—No, no es eso —Levante rápidamente la vista fingiendo una sonrisa—. Soló pienso que no todo lo que deseo es material.
—¿No? —Levanto una ceja— Me habían contado que eras…
—Materialista, egocéntrica, superficial, plástica, mal agradecida. —complete sonriendo.
—Y poco inteligente —Reímos—. Pero no eres nada de eso. Eres completamente diferente a lo que pensé.
—¿Y eso es bueno?
—No lo sé. Considéralo tú.
Sonreí al mismo tiempo que él.
—Tú tampoco eres como yo lo pensé.
—¿No?
—No.
Mi celular sonó borrándome la sonrisa al ver de quien se trataba el mensaje: Jason. Me sentí feliz, pero enojada… muy extraña combinación.
“Tienes treinta segundos para salir del auto o ese idiota se muere.” Una felicidad arrebató mi corazón al estar segura de que si me seguía, ¡él estaba ahí! Miré hacia todos lados en busca de su presencia, pero no le mire.
—¿Pasa algo? —preguntó Jake.
—No, para nada —tartamudee—. ¿Sabes? Será mejor que me vaya.
Abrí la puerta del auto para irme caminando, no porque le temiera a Jason, sino porque tenía ganas de verlo.
—Yo te llevo. —Me tomo de la mano y me obligó a cerrar nuevamente la puerta.
—¡Tengo que caminar! —insistí extraña.
—¿Por qué? —preguntó sin entender.
—Porque… porque tengo que hacerlo. —Sonreí nerviosa.
Silenció en el que me miró sin comprenderme.
—¿Segura?
—Sí —Afirmé con rapidez—. De verdad.
—Está bien… —Encogió un ojo— como gustes.
Sin pensarlo más tiempo me apresure a abrir la puerta y salí en cuanto antes. Estaba muy ansiosa por ver a Jason.
—Muchas gracias por todo —dije a Jake—. La pase increíble. Te veo el lunes en la escuela.
Antes de que pudiese contestarme yo ya me había esfumado.
Ahora, recapitulando, ¿porque deseaba ver a Jason? Probablemente la película había tenido efecto sobre mí. Había hecho que lo extrañara con locura, y quería deslizarme solamente en sus labios en un beso sincero.
“No te vayas” dijo él con el corazón dolido. “No me iré” contestó ella “Te amo, y te amare siempre. Por siempre y para siempre.” Susurró.
La oscuridad no me dejaba ver mucho a mí alrededor. No había ni un solo faro de luz, pero yo podía reconocer perfectamente ese lugar, era la zona más peligrosa de la ciudad, donde mi auto se había estancado, y en el mismo sitio en el que había conocido a Justin.
Escuche que algo se revolvía en un callejón cerca de mi poniéndome muy nerviosa y asustada. Giré sobre mis talones intentando encontrar a Jason para poder sentirme más segura.
—Jason —masculle su nombre al mismo tiempo que escuchaba algunos pasos acercarse—. ¡Jason! —le llame más fuerte cuando sentía que alguien se aproximaba a mí— ¡Jason! —Una mano se arrebató en mi hombro, y luego, ahí estaba el.
—Estoy aquí. —Me envolvió en sus brazos.
—¿Para nunca dejarme ir?
—Para nunca dejarte ir.
Jason.
A la mañana siguiente huimos como lo habíamos acordado. Regresaríamos a Los Ángeles a nuestra pequeña casa, con nuestros aburridos trabajos un tanto mal pagados, a vivir como cualquier pareja recién casada.
Aun no podía creer que anteriormente (tn) y yo nos podríamos en dinero. Ahora no éramos nada más que un par de chicos de clase media.
Cuando le propuse a (tn) regresar a Los Ángeles no estaba muy seguro de que ella aceptara. Ella, había sufrido cierto “ataque” por falta de sus típicos lujos, como el día que su uña se rompió. Yo también estaba desesperado de llevar esta vida, soportando a un viejo malhumorado que exigía más de lo que me era posible, pero a final de cuentas ahora mi dinero provenía de fuentes honestas.
Al llegar ni siquiera bajamos del auto cuando ambos nos dimos cuenta de que la casa estaba rodeada, seguro Jeremy y Justin nos habían encontrado.
Al momento me alerte y (tn) se notaba un poco asustada. La entendía, estábamos en problemas y no quedaba de otra más que pisar el acelerador y huir a algún sitio.
—Nos encontraron… —me dijo ella con un hilo de voz.
—Lo sé, pero no saben que ya volvimos.
—Jason, ¿A dónde iremos?
—Lejos de aquí.
—¿Qué haremos? Teníamos una vida aquí… —Sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba tan cansada de huir como yo lo estaba.
—Lo sé, pero no nos queda de otra.
—Quiero iniciar algo contigo, quiero que esto se haga más serio porque ahora no lo es.
—(tn), lo nuestro ya inicio, y tendrá que continuar. Quizá lo haga en un lugar nuevo, pero eso no importa porque nos tenemos. Entonces, quero que hagas dos cosas. —Le dije sin apartar la vista del camino.
—¿Qué?
—La primera: quiero que te calmes —Ella asintió con su cabeza—. Y la segunda… ¿Dónde quieres vivir? —Hice media sonrisa.
Ella rio y rodo los ojos.
Ninguno de los dos sabíamos a donde nos dirigíamos. Solo iniciaríamos un capitulo nuevo de nuestra vida.
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Besame & Dispara (Justin Bieber y tu)
FanfictionJustin Bieber hijo de la mafia, se enamora de ella.. Pero y su hermano? Oh si Jaxon se la roba..