Capítulo 39: Ignorando.

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Justin....
—Justin. —dijo una voz por el teléfono.
—Sí. ¿Quién llama?
—Charls —Me alerte al instante. Charls era empleado de mi padre, su mano derecha, pero también era mi amigo.
—¿Qué pasa? —pregunté como si ya estuviese dispuesto a recibir una importante noticia.
—Es tu padre. Ha descubierto que (tn) está viva, e ira a Mercedes a matarla con sus propias manos.
—¿Cuánto tiempo me queda? —pregunté mirando el reloj, como si este fuera a resolverme el problema.
—Yo diría que tienes esta noche para escapar con (tn). Él está dispuesto a matar a cualquiera que se interponga. Incluso a ti.
Un escalofrió recorrió mi cuerpo. Yo estaba seguro de que si fuese necesario, mi padre accedería a atravesarme con alguna de sus balas. Sin duda alguna, Jason había heredado algo de mi padre.
Colgué el teléfono y marque un numero diferente.
—Hola. —Escuche la voz de (tn).
—(tn), empaca tus cosas. Tengo que sacarte de Mercedes.

Jason.
—Jason, nos vamos. —Me dijo (tn) comenzando a sacar ropa de su closet. Comenzó a meterla en una maleta sin importarle si estaba desdoblada o no.
—¿Por qué? —pregunté recostado en la cama sin comprender.
—Tu padre sabe dónde estoy. —Eso me indicaba que de algún modo (tn) y Justin habían estado comunicándose. No lo sé, quizá era un mal momento para sentir unos infantiles celos, pero estaba celoso de que hablaran, de que el intentara cuidarla.
—¿Te lo dijo Justin? —quise estar seguro. Ella trago saliva y se limitó a afirmar rápidamente con la cabeza.
—Escucha, no podemos irnos así como así. ¿Acaso Justin es estúpido? —cuestioné los planes desconocidos que Justin tenía.
—No lo sé, Jason. Pero no me quedare a averiguar si tu padre me matara o no. —Razonó ella tomando unas cuantas cosas de su cajón.
—(tn), no se… pero esto está planeado.
Me miró.
Noté que miraba con algo de desprecio, como si hubiera dicho algo malo. Tal vez pensó que le estaba advirtiendo de Justin.
—Somos manipulados. —continué.
—Avisemos a la policía. ¡Ya estoy harta! —dijo desesperadamente acomodando su cabello.
—Pequeña, hay algo que no has entendido; mi padre, la mafia y la policía son lo mismo.
Entonces, se dio cuenta de que ella, Justin y yo no éramos nada más ni nada menos que un par de piezas en el tablero de Jeremy. Él nos manipulaba al igual que tres muñecos ventrílocuos. Él tenía el poder. Él tenía ojos en todos lados, en cada uno de sus informantes. Ellos sabían dónde estábamos.
Cuando la noche cayó me di cuenta de que (tn) miraba atenta el reloj. Estaba esperando a Justin, quien dijo que vendría a las tres de la mañana, cuando el tráfico, y la concentración urbana se encontrara despejada para poder escapar sin obstáculo alguno.
La verdad, no confiaba mucho en mi hermano. (tn) no conocía un lado de Justin, ella ignoraba que el chico “dulce” no era exactamente lo que ella pensaba. (tn) ignoraba muchas cosas de esta situación. Ignoraba que Justin ni siquiera sabía que yo participaría en su plan, que su padre (Black) no estaba enterado de nada y por lo tanto no había plan B; y sobre todo: ignoraba que Justin podía ser mucho peor que yo.
—Él está afuera. —dijo (tn) despertándome de mis absurdos pensamientos.
La mire aun recostado en la cama. Sus ojos estaban llenos de intriga.
Me puse de pie y tome sus maletas. Llevaba una gran cantidad, quizá no estaba dispuesta a comenzar otra vida, una en la que su ropa volviera a ser común, y la ropa de marca y perfumes caros no estaban en la lista.
—Jason… —me nombro Justin al verme.
Apuesto a que el chico no tenía ni idea de que yo estaba ahí, o que había vuelto.
Hacía cuatro años que no veía a mi hermano, pero algo era seguro… aun éramos muy parecidos.
(tn)
—Rápido. Tú sal del auto y pasa al copiloto. (tn), tu ve atrás. —Obedecí a Jason al instante.
Justin le miro aun delimitando si obedecerle o no. Él sabía que a Jason no se le desobedecía, y no le quedo de otra más que atender las instrucciones que se le habían dado.
—¿Cuál es tu plan, hermano? —preguntó Justin subiendo al copiloto.
—Eliminar el problema de una vez por todas.
Justin miró hacia atrás donde me encontraba yo, nos miramos algo espantados. Jason no tenía límite alguno, ¿estaba hablando de… eliminar totalmente el problema? Es decir… ¿hablaba de asesinar a su padre?
Escuche que el motor se encendió. Me aferre al asiento pensando en que Jason presionaría el auto, pero no fue así. Partimos en una velocidad aceptable.
La incertidumbre se sentía. El ambiente estaba tenso, es que la verdad, Justin y yo no teníamos ni idea de lo que Jason haría, y tampoco estábamos seguros de saber a dónde se dirigía.
Vi que Jason se estacionó frente un edificio. Lo inspeccionó con la mirada unos segundos. Quizá se estaba asesorando que todo estuviera como él lo había planeado. Justin y yo continuábamos en silencio, intentando asimilar la expresión neutra de Jason que no nos daba ningún ademan de lo que continuaba.
—Justin, quédate aquí. No intentes nada estúpido. (tn), ya vuelvo.
—¡Espera! —Lo detuve cuando ya tenía la puerta entreabierta— ¿Qué planeas? —pregunté frunciendo el ceño.
—Planeo acabar con esto. Estoy tan harto como ustedes —Miró a Justin, como si le entregara su apoyo, luego pasó su vista hacia mí—. Todo estará bien.
—¿Cómo lo sabes?
—Me asegurare de eso. —Levantó un poco su camisa y logre ver un arma.
No quería dejarlo ir, pero antes de que pudiera hacer algo ya se había marchado del auto.
—¡Jason! —lo llamé intentando abrir la puerta.
La mano de Justin jalándome la espalda me detuvo.
—(tn), él sabe lo que hace. No te interpongas.
—Pero… ¿Qué es lo que hará? —pregunté sin entender absolutamente nada.
—No lo sé, es Jason —Levantó un hombro—. Simplemente deja que lo haga. Si algo se de mi hermano es que las cosas nunca le salen mal.
Me lanzó una sonrisa tan encantadora, que mi corazón volvió a su estado normal.
—Está bien… —contesté aun con el porvenir incierto.
Últimamente las cosas estaban inciertas. Mi padre se había casado, había estado saliendo con Jake, luego pase tiempo con Justin. Recordé el momento en el que nos besamos. Estoy diciendo que nos besamos porque acepte su beso, pero entonces, ¿Por qué volví a desear a Jason? Recapitulando, puedo decir que cuando Jason se fue sentí algo diferente por Justin… como si mis emociones al fin pudieran salir al exterior. Justin me había hecho sentir cosas diferentes, cosas que quizá Jason jamás me provocaría. Pero Jason… Jason también tenía cosas que Justin jamás podría darme. Cosas que despertaban mi lado salvaje, algo que nunca había aparecido antes, algo de lo cual ni siquiera me había enterado que moraba en mi interior.
Justin era el hijo bueno, el que siempre seguía las ordenes de su padre, él que todos querían. Jason, bueno… él era el incorrecto, la oveja negra de la familia, con sus propias ideas y opiniones. Fue rechazado, y entonces escapo a ser el mismo. Eso me hacía pensar que había también una parte en Justin que aún no conocía con precisión. La parte incorrecta y maliciosa que vi cuando le disparé.
Escuche un timbre que aturdió mis sentidos y me hizo volver al momento. Justin se bajó al instante del auto, escuché un disparo que perturbó todo por un momento en el que me agache en el asiento intentando escapar del tiro. Cuando vi que todo volvió al pacifico silencio de la noche, me asome por la ventana intentando ver a Justin. Estaba agachado, seguro también se estaba protegiendo. Escuche un tiro más y volví a agachar mi cabeza.
Cuando me levante para divisar a Justin, repare en que había desaparecido, igual que Jason.
Me quede sentada, tan incompetente, ideando la manera de encontrar a los dos hermanos. Estaba realmente asustada, entonces, la puerta se abrió bruscamente.
—¡Entra al maldito auto! —grito Justin empujando a Jason sobre mi regazo.
—¡¿Qué ha pasado?! —grité al percatarme de que Jason tenía una herida en el brazo.
—Todo está bien cariño… —Intentó calmarme Jason retorciéndose de dolor.
—¡No está bien! —continué gritando— ¡¿Qué paso?! —le pregunté a Justin quien conducía rápidamente.
—El idiota de Jason entro en la oficina de uno de los aliados de nuestro padre.
—¿Para qué? —pregunte aun espantada. Me dirigía hacia Justin, ahora Jason estaba ahogándose de dolor y seguro no podría darme ninguna respuesta coherente.
—El imbécil fue a robarle unas cuantas armas…
—¡Jason! ¡Te arriesgaste para nada! —Le reprendí en una combinación de emociones. Estaba molesta, desesperada pero también me sentía mal por verlo con esa gran herida en su brazo.
—Querida, nunca me sugestiones. —Me dijo Jason entre gemidos.
Pase mi vista hasta el retrovisor buscando ver el rostro de Justin, y que este me indicara algo. Entonces, Justin dio una palmadita a una caja de madera que estaba al lado suyo, llena de armas y municiones. Sonreí aliviada junto con Justin y con Jason quien seguía retorciéndose adolorido.
—Jason, debo admitir que tus planes siempre salen limpios. —halago Justin aun incrédulo de que Jason hubiera robado a uno de los más grandes mafiosos del país, ¡el solo!
—Excepto por mi sangre derramada en tu tapiz… —bromeó Jason.
—Pero eso no me explica porque Jason está herido. —Hablé quitándome una delgada blusa que traía sobrepuesta.
—Tranquila, yo mismo me dispare. —Me contestó fríamente.
Me horrorice al instante y abrí los ojos como platos.
—No es lo que tú crees —Intervino Justin viendo mi cara a través del retrovisor—. El señor Cooper (un fiel empleado de mi padre) entro al edificio; cuando Jason se percató de aquello, arrojo las armas por la ventana, se dio un tiro en el brazo y luego le dijo al señor Cooper que se trataba de mí.
—¿De ti? —pregunté rompiendo mi blusa para crear una venda improvisada y poder detener la hemorragia de Jason.
—Sí. El señor Cooper me tiene aprecio. Le dijo que había estado en su auto cerca de aquí cuando se dio cuenta de que alguien se había infiltrado en el edificio. Fue a revisar y el ladrón le dio un tiro tras huir con las armas.
—¿Y el segundo disparo? —pregunté juntando las piezas del rompecabezas.
Amarré el brazo de Jason y apreté la tira de tela para hacer presión en su brazo. Él soltó un gemido de dolor y sostuvo mi mano indicándome que lo estaba lastimando.
—El señor Cooper disparo al jardín esperando que el “ladrón” se escondiera ahí, y al escuchar el disparo saliera a la luz. Cuando Jason venia de regreso recogió las armas que había arrojado a los arbustos. Audaz, ¿no? —Sonrió Justin de lado.
—Estás loco. —Le dije a Jason.
—Pero mi plan funciono. —Sonrió igual que Justin.
—¿A dónde conduzco, Jason? —preguntó Justin confiado a su hermano.
Me sentí un poco extraña. Pensé que no viviría para ver el momento en el que no se hablaran con odio.
—Al aeropuerto. Nos vamos a Inglaterra. —dijo intentando hablar lo más correcto que pudiera. El dolor se lo impedía.
—¿Inglaterra? —Justin me miro a través del retrovisor y yo lo mire a él.
—Sí. Pero antes, ¿Qué les parece hacerle una ligera visita al señor Bieber? —Rio burlón dejándonos la idea de que intentaba matarlo.
—¡No puedes matar a nuestro padre! —le reclamó Justin.
—Justin, hay muchas cosas que no sabes aun… —Soltó Jason frio. Tan frio que hasta a mí me había calado su comentario.
—¿De qué hablas?
—Habrá mucho tiempo para hablar.
—¡Eres un genio Jason! —Exclamo Justin sarcástico ignorando a Jason. Quizá lo hizo apropósito, para no continuar escuchando palabras que lo pudieran herir— ¿Cómo planeas hacer pasar desapercibidas treinta armas y más de cinco mil balas? —Tenía razón, no me había percatado de aquello, pero a juzgar por el rostro de Jason, él ya lo había pensado.
—Un hombre nos espera en la puerta trasera del aeropuerto. Me debe un par de favores. Él hará que subamos por el avión sin siquiera pasar por seguridad.
Justin y yo aún continuábamos ignorando algo: Jason era una perfecta mente criminal. Nada, NADA le salía mal. Este era su campo, su jugada. Justin jamás le opacaría en este juego.

Besame & Dispara (Justin Bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora