Capítulo 42: Terminando.

5.2K 222 13
                                    

Abrí mis ojos lentamente cuando el sol ya me molestaba. Parpadee un par de veces para poder enfocar mi vista y darme cuenta de que aún me encontraba en la habitación de Justin. Intente levantarme, pero mi cuerpo dolía con gran intensidad debido a la bestialidad de los movimientos de Justin. No estaba segura si habíamos tenido sexo o no. Mi mente estaba ...turbia, y no recordaba gran cosa debido a los frecuentes impactos de Justin sobre mí. Las dudas comenzaron cuando principiaba a recordar los besos que Justin me daba en el cuello, cuando ya estábamos sobre la cama. Recordaba muchas cosas que me hacían vacilar en cuanto el asunto.
Me gire y no encontré a Justin con mi vista.
Traía mi ropa puesta, aunque algo desordenada seguro a causa del peligroso y bipolar gemelo.
Estaba destruida, tan decepcionada de él… si en alguien tenía los ojos en cuanto se trataba de razón, era en Justin… creo que ahora el más sensato era Jason. ¿Cómo Justin se había atrevido a llamar psicópata a Jason cuando él era el único loco? De verdad estaba más que decepcionada.
—(tn), ¿Qué haces en la habitación de Justin? —me preguntó Jason desde la puerta.
—La verdad es que… no lo sé. —contesté mirándome tan dubitativa como Jason.
—¡Justin! —lo llamó Jason hacia las escaleras con cierta ira.
—No. No es nada —Me levanté intentando ocultar lo poco que recordaba—. Vine aquí hace media hora… caí dórmida ya que ayer dormí bastante tarde. —me justifiqué, y no solo yo, sino también a Justin.
Dramas y más enredos era lo que menos necesitábamos ahora.
—Querida, ¿Qué hacías aquí? —preguntó con incertidumbre.
—Vine a… —Mire que algunas de mis valijas estaba ahí, seguro con el susto de ver a Jason desangrándose Justin las había arrojado al rincón— por algo de ropa. Mis maletas están ahí. —contesté ágilmente señalando las cosas.
Volteé a ver a Jason, tenía el ceño fruncido, pero por lo visto ya me había creído.
—Está bien, vamos a desayunar. —Salió por la puerta haciéndome suspirar de alivio.

Jason.
Durante todo el día había notado a (tn) y a mi hermano bastante apartados, como si algo hubiera pasado. (tn) me perjuraba que solo había ido por ropa, se había sentado en la cama y debido al cansancio había caído rendida. No podía negarle nada, después de que salió de la habitación por la noche, me había quedado dormido hasta el amanecer, por lo tanto, no estaba seguro de los hechos.
—¿Quieres más waffles? —le preguntó Justin a (tn). Ella ni siquiera apartó la vista del plato que aún estaba lleno. Acotó con un simple movimiento de cabeza indicando que no quería.
Había algo extraño, algo había pasado.
—¿No tienes hambre? —me metí intentando ver más expresiones en su semblante, para tener algún indicio para descubrir lo que pasaba.
—No… sabes que no me apetecen los waffles. —Sonrió inocente, cosa que no me dio para nada ningún ademan sobre lo que pasaba.
Era cierto, ella odiaba los waffles.
Cuando Justin tomo asiento ella dejó a un lado su servilleta y se retiró sin más, haciendo que mi vista se enfocara de una manera culpante hacia Justin.
—¿Qué? —me preguntó ingenuo metiendo un bocado a su boca.
—No es nada. —Le ignoré y continué desayunando, sin embargo, la actitud de ambos no me dejaba un buen sabor de boca, mucho menos aquellas misteriosas miradas que me daban mucho en que pensar.

(tn)
Estaba sentada en una silla que daba para una gran ventana en un cuarto deshabitado. El piso estaba cubierto de polvo y había algunos muebles cubiertos por mantas blancas. Las cortinas de la ventana estaban rasgadas y los vidrios se encontraban empañados y sucios. De todos modos, la vista hacia un parque cercano era hermosa.
Mi mente estaba vagando, pensando en lo que había pasado anoche. Me percaté de que no tenía marcas aparentes de los golpes de Justin, excepto uno en mi abdomen que estaba en un llamativo color purpura. Tal vez Jason no lo notaria, tal vez ni siquiera Justin se percataría del dolor que me había provocado.
Justin era tan insensible pero dulce a la vez… ¿Cómo era eso posible? Comenzaba a pensar que Justin solo tenía una de esas dos personalidades, pero de algún modo yo, o quizá la situación, había desatado la personalidad totalmente opuesta. Temía que su real personalidad fuera la que había experimentado anoche.
—¿Qué tanto piensas? —dijo una voz de mal modo.
Giré mi cabeza y me topé con Justin parado en el marco de la puerta de brazos cruzados, mirándome, como si el que yo pensara fuera algo incorrecto o algo que lo pudiese afectar.
—Puedo pensar lo que quiera. —contesté sencilla, pero admito que con cierta rabia.
Caminó hacia mí lentamente, sus ojos mostraban peligro y yo me sentía amenazada. Después de la horrible experiencia reciente, sabía que Justin era capaz de mucho, y estaba más impredecible que nunca.
Pasé mi vista al frente para dejar de mirar su intrigante mirada.
Él se agacho a la altura de mi oído, podía sentir su respirar.
—¿Piensas en lo que sucedió anoche? —susurró provocadoramente.
Estoy segura de que había sonreído.
—Ni siquiera sé que paso anoche, ¿Cómo podría pensar en ello? —Lo mire a los ojos decidida a no mostrar más intimides.
—¿No lo sabes? —Sonrió sarcástico— Es una lástima. De los recuerdos que te pierdes… —Acaricio mi mejilla.
—No me toques. —Me alejé secamente.
Cambió su mirada, sus ojos se oscurecieron y recordé la advertencia que me había dado.
—Te dije que nunca me ordenaras nada. —Me repitió al oído, entre dientes con mucha rabia, y si no me equivoco, cierto odio.
—¿Por qué no te arrojas de un precipicio? —contesté indiferente.
—Di lo que quieras, de todos modos sé que te gustó lo que hicimos. —habló superior, se puso de pie y se fue.
Con harta dificultad intentaba recordar lo que habíamos hecho anoche, pero no recordaba más que algunas escenas en las que él me besaba, y yo estaba confundida debido a tantos golpes. Estaba aturdida y no había podido detenerle, pero… ¿Por qué Jason no hizo nada al respecto? ¿No habría escuchado ninguno de mis jadeos y gritos llenos de odio hacia Justin pidiéndole que me soltara?
—¡Justin! —le grité autoritaria poniéndome de pie.
Él volvió a aparecer en el marco de la puerta mirándome amenazante, como previo aviso de que cuidara mis palabras y mi tono de voz, o me iría mal.
—Quiero que me digas lo que paso ayer. —Me acerqué intimidante, esta vez no le temía.
Quería que me explicara todo, y no me dejaría de él. Realmente Justin ya no tenía idea de con quien trataba.
—¿Qué te diga lo que hicimos ayer? ¿Quieres que te haga una repetición? —propuso burlón tomándome de la cintura.
—¡Aléjate! —le grite molesta quitando sus manos.
—¡Black! —Me gritó desde el fondo de su corazón haciendo que me estremeciera— ¡Te dije que sería la última vez que me hablarías de ese modo! —Calmó su voz y la guio a algo mucho más seco al final.
—Y recuerdo muy bien que hace un tiempo te había dicho que te mataría se metías conmigo o con Jason. —dije sonriendo de lado.
—¿Cumplirías con tu palabra? —me retó.
—No lo sé, ya le dispare a tu padre con el propósito de asesinarlo, ¿por qué no lo haría contigo?, además, a ti te disparare justo en la cabeza —Di dos pasos amenazadores que hicieron que el retrocediera—, así no tendrías oportunidad alguna de vivir, ni tendrías la suerte de tu padre.
Cuando terminé, vi a Justin lleno de desconfianza, me había desconocido, incluso yo me desconocí. De verdad no podía creer que esas palabras tan sádicas y llenas de odio hubiesen salido de mis labios.
—¿Qué es lo que quieres? —preguntó con un hilo de voz.
Creo que ahora si estaba bajo mis manos.
—Matarte si es requerido. —Lo fulminé con una última mirada.

Besame & Dispara (Justin Bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora