Jake me había llevado a una fiesta en casa de uno de sus amigos. Y no la estaba pasando para nada bien. Jake tan solo se la pasaba bebiendo y hablando sobre autos y ese tipo de cosas, mientras sus asquerosas manos luchaban por sumergirse en manoseos hacia mis persona, ¿y por qué no?, hacia otras chicas....
Con la vista intentaba encontrar una salida. Ahí estaba la puerta. Me levanté del sofá y me dirigí a ella, pero Jake me obligo a regresar tomándome de la mano.
—¿A dónde vas?
—No me gusta aquí —le comenté—. Voy a mi casa.
—¿Qué no te gusta? —Sonrió de lado— Esta es como tu casa. A ti te gustan estas cosas.
Me cruce de brazos.
—Quizá la fiesta no es lo que no me gusta.
—¿Qué es lo que no te gusta, entonces? —Se recargo en la pared, con un tono aburrido, y las manos en los bolsillos.
—La manera en la que me tratas incluso frente a las personas.
—Ah, ¿crees que te trato mal? —Se escuchó sátiro.
—Sí.
—Por Dios… —Rodó los ojos y se apartó de la pared— Eres tu quien siempre está mal humorada, jamás quieres salir, y nunca aceptar ni un beso.
Él tenía razón… pero no lo iba a dejar ganar.
—¿Yo? Eres tú el maldito pervertido que no quita el ojo del trasero de las demás chicas.
—¿Quieres que solo mire el tuyo? —bromeo.
—No quiero que veas el de nadie.
Soltó una carcajada.
—Oye, nena, te aguanto muchas de tus locuras —Levantó mi muñeca vendada para que la viera yo misma—, pero eres una dramática de primera.
—¿Crees que soy dramática? —Arrebate mi mano de sus garras.
—Algo… —Chuequeo la boca.
—Está bien. Mira, no te quiero dar más tramas. Así que, puedes quedarte aquí a hablar con todas estas zo.rras, mientras que yo me aparto de tu vida. Tú lejos, yo lejos, todos felices.
—No hablas enserio. —dijo indiferente abriéndose paso entre la multitud.
—Hablo enserio, Jake Milton.
—Bueno, lo de que miró traseros ajenos —Encogió los hombros parando su camino—, eso es cierto. ¿Pero que ya no quieres nada conmigo? ¡Que mentira!
—Tómalo como desees, pero no me sigas.
Sin más preámbulos salí de la monstruosa fiesta, y cabe aclarar que lo hice sin Jake. No supe si me había creído o no le había importado ir tras de mí, pero no era algo que me preocupara mucho. Ahora solo quería salir, e ir al hotel donde Justin se estaba hospedando.
Mire el reloj de mi celular, marcaba las tres a.m, ¿Justin estaría dispuesto a recibirme en su habitación? No quiero sonar engreída, pero creo que queda claro que para él estaría bien verme a la hora que fuese.
—¿Hola? —dijo su voz ronca al otro lado del teléfono, parecía que lo había despertado.
—Justin, soy (tn).
—Claro —Rio en lo bajo—. Reconocería tu voz donde fuera —Rodé los ojos sabiendo que ese no había sido el caso—. Y también tengo identificador.
Reí.
—Solo juego —hablo bromista—. ¿Qué necesitabas?, ¿todo en orden?
—Sí, sí. Todo perfecto. Solo… me preguntaba si podría ir a pasar un rato contigo, o… no lo sé. —Tartamudee un poco.
—¿Qué? ¡Pero claro que sí! —Escuche que algo cayó al piso— ¿Quieres que vaya por algo de comer, o algo así?
—¿A las tres a.m? —Levante una ceja mientras caminaba a mi auto.
—Claro, “Josh pizza” abre las veinticuatro horas.
—Con orillas rellenas.
—¿De queso crema?
—Por supuesto.
Justin.
Estaba en el autoservicio de “Josh pizza”.
No podía dejar de pensar en por qué (tn) iría a mi hotel a esa hora de la madrugada. ¿Acaso ella me extrañaba así como yo a ella todas las noches? Porque yo pasaba gran parte de la estrellada noche, revolviéndome entre mis sabanas, con ella en mis pensamientos. Me robaba el sueño.
Vi más delante de mi auto, y pude notar una casilla telefónica que estaba siendo ocupada por alguien, un chico. Se me hizo peculiar la forma en la que vestía, sin mencionar la manera en la que posicionaba su cuerpo. Me resultaba muy, muy familiar. Y si no me equivocaba, se trataba de Jason.
No quise hacer un escándalo, porque solo me interesaba comprar una pizza para (tn), volver al hotel, y estar con ella, pero me inquietaba verlo en Mercedes, y los pensamientos y suposiciones inundaban mi cabeza.
Todas aquellas posibilidades de que él estuviese buscando a (tn) crecieron aún más cuando lo vi en la casilla telefónica, recargado en el cristal, llamándole a alguien, a las cuatro a.m, tan cerca del lugar en el que vería a (tn).
—Bienvenido a “Josh pizza”, el hogar de las mejores pizzas de Mercedes. ¿Puedo tomar su orden? —habló la máquina.
—Una pizza grande, con orillas de queso. Un té helado y una soda.
—¿Dietética?
Sin apartar la vista de Jason, me pregunté si (tn) bebía soda dietética o realmente no le importaba su peso como muchas chicas de su clase.
—Normal.
Después de pagar pase a la ventanilla donde me entregarían la comida. Ya no podía ver directamente a Jason, pero se miraba desde el espejo retrovisor. Aparte unos segundos la vista para tomar la pizza y acomodarla en el asiento del copiloto. Para cuando volví la vista al espejo, me percaté de que Jason había desaparecido.
Un escalofrió tremendo recorrió mi espina dorsal al imaginar en donde podría encontrarse Jason. Podía estar secuestrando a (tn), o quizá ahora mismo estaba apuntándome directamente al cráneo. No lo sabía, mi hermano era muy impredecible, y después de tantos años separados, me parecía difícil atinar su identidad.
Cuando llegué al hotel me sentí aliviado de mirar a (tn) estacionada frente a mi habitación, y por fortuna ella también se encontraba dentro del auto.
—Hey. —Toque su ventanilla cerrada.
Ella me sonrió y bajo el vidrio.
—¿Trajiste la pizza? —preguntó.
—Con orillas de queso —Respondí agitándola levemente para que la mirara—. Ven, entremos —Abrí la puerta de su auto, disimuladamente inspeccionando nuestro alrededor—. Hace un poco de frio.
Deje la pizza en el cofre de mi auto. Quité mi saco y lo coloque en sus hombros.
—Gracias.
Entramos a la suite. Estaba hecho un desastre, pero no importo. Igual fuimos a la sala donde todo estaba en mejor orden.
En Netflix encontré una de sus películas favoritas, una película sobre gánsters, acción, y amor: “Public enemies”. No supe si era correcto mirarla después de la vida que ella tenía, pero la note entusiasmada e igual la puse.
—John Dillinger se quedara con la chica, ¿no es cierto? —pregunté dándole un sorbo a mi té helado.
—¡Debes verla! No puedes preguntarme el final, porque luego lo arruinare.
—Es desesperante ver una película sin conocer el final. —dije.
Ella rio.
—¿Por qué?
—Porque me la pasare estresado hasta ver el final…
Y el final no fue muy agradable que digamos… John Dillinger, uno de los gánsters más buscando de Estados Unidos, fue asesinado. Él no se quedó con su chica, y tampoco fue feliz. La frase final de Dillinger fue: “Adiós, ave trigueña.”
Entendí que todo en el negocio de la mafia y el mercado negro, termina.
—No fue el final que espere. —dije.
—¿Querías que terminara escapando con Billie?
—¡Sí! Ese no fue un final feliz…
—Justin, si algo he aprendido, es que no todos tenemos finales felices.
No recuerdo en que momento ocurrió, pero me quede profundamente dormido.
Abrí los ojos con dificultad, y con una sola cosa en la mente: localizar a (tn) con la vista. No la vi. Y al estabilizarme y buscarla nuevamente, me di cuenta de que no estaba allí. Había desaparecido sin explicación alguna.
Me alarmé porque sabía que Jason había estado cerca durante la noche, y me perturbo el pensar que quizá él había venido por ella.
Tomé mi teléfono celular y al instante busque su número para llamarle. No contestó.
Busque mi abrigo y salí a carreras de casa, tras una pista de ella. No importaba lo peligroso que fuera, iría a su casa a buscarle.
Cuando abrí la puerta me quedo más que claro que Jason tenía algo que ver, porque el auto de (tn) aún continuaba estacionado allí, sin nadie dentro, y ella desaparecida.
Ese patán. Ahora si me las pagaría.
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Besame & Dispara (Justin Bieber y tu)
FanficJustin Bieber hijo de la mafia, se enamora de ella.. Pero y su hermano? Oh si Jaxon se la roba..