Capítulo 24: Alcohol de olvido.

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Jason....
Otra noche solo.
Tan solo y con un culpa tremenda en mi mente.
Todas las noches su recuerdo estaba presente, es que su perfume aún se encontraba en su almohada, la misma que se encontraba a mi lado y me torturaba día a día recordándome que ella ya no estaba más. Se había ido, me había dejado solo. Extrañándola.
Todo comenzó hace exactamente tres meses. Había salido con mi ex novia Maggie para discutir el asunto de mi legítima hija. Quería tenerla cerca, no la perdería, esta vez no. Salimos a un restaurante, al que solíamos visitar cuando estábamos juntos cuando despilfarraba dinero y viajaba a donde quisiera por un simple plato de sopa. Ella me dijo que solo había una manera de que pudiera ver a Kim de vez en cuando.
-Ya te lo dije Jason -Aun no podía creer que me hubiese pedido aquello. Mi cara aun mostraba confusión y estaba petrificado con la idea-. Solo quiero que las cosas vuelvan a ser como antes.
-Meggie, no puede ser como antes. Estamos casados, con personas diferentes.
-Pues yo ya puse mi condición. Es tu decisión aceptar u olvidarte de Kim.
Me quede viendo el piso. La verdad no sabía que decir, me había puesto en una situación bastante ridícula y, lo admito, difícil.
-Megg... No puedo. -repetí una vez, dolido por tener que elegir entre no volver a ver a mi hija o engañar a mi esposa.
El tiempo paso, un mes y medio para ser exactos. (Tn) estaba maravillada con Kim. Habíamos estado saliendo todos los fines de semana a distintos lugares. A veces, Meggie dejaba a Kim a dormir. Recuerdo que ella preparaba galletas con (tn) y yo me paraba en el marco de la puerta apreciado la hermosa escena que tanto había esperado.
No podía evitarlo, me hacía sentir culpable con cada sonrisa y con cada beso que me regalaba.
Incluso comencé a ser más frio con mi pequeña (tn). Me mataba en agonía cuando me decía que me amaba y al contestarle me sentía tan hipócrita... era un cretino. Eso es lo que era.
Un día como cualquier otro, Meggie me llamo. Hoy nos veríamos en mi casa cuando (tn) saliera a trabajar. Estaba tan nervioso, me comían mis pensamientos. El pensar en que (tn) llegara a casa antes de que Meggie se fuera me hacía sentir bastante incómodo. Entonces me encontré con mi ex novia, besándonos en la habitación. ¿Único plan? Sexo. Eso era lo que Meggie me había pedido, ella era una zorra y yo un imbécil con necesidad de felicidad.
-Te había extrañado, Jason. -me dijo al oído.
-Meggie... -logre pronunciar su nombre mientras besaba mi abdomen-. No puedo...
Era un tanto débil... creo que como cualquier otro hombre. Meggie era una chica muy hermosa; ojos azules, tan azules como el agua del mar. Tenía largo cabello dorado hasta la cintura y perfectas facciones. De su cuerpo... ni se diga. Pero mi corazón le pertenecía a otra mujer.
-Jason, mi amor, ¿sabes cuánto espere para esto? -dijo muy cerca de mis labios.
-Sí, pero Megg, amo a (tn). No puedo hacerle esto
-Será solo un par de veces. No es para tanto. -Me plantó otro beso mientras se aferraba a mi abdomen descubierto y yo la rodeaba con mis brazos.
-Jason... -Aun tengo bien guardado su rostro en mi memoria. Sus ojos se llenaron de lágrimas, cubrió su boca con una de sus manos, miraba incrédula. Su voz recorrió todo mi cuerpo en un mar de culpa, de impotencia. Estaba alguien más entre mis brazos mientras la chica que yo amaba se encontraba en el marco de la puerta con el corazón roto. Yo lo había roto. La había destruido.
-(tn), yo... -Apenas y podía hablar. Sus ojos me consumían en culpa.
No pude decir nada más cuando ella salió corriendo ahogándose en sus propias lágrimas. Sin pensarlo dos veces le di un empujón a Meggie separándola de mí para entonces echarme a correr tras (tn).
-¡(tn)! -La estire del brazo cerrando la puerta principal por la cual ella planeaba salir.
-¡¿Qué quieres?! -comenzó a gritarme.
-Lo siento, pero no estas entendiendo, yo...
-¿Qué no entiendo? ¡Vi todo con mis propios ojos!
-(tn), escúchame.
-¡No tengo nada que escuchar!
Volvió a abrir la puerta dispuesta a salir. La tomé bruscamente a la fuerza, la recargue contra la puerta cerrándola una vez más y luego la bese, no me importo que ella se resistiera, yo era más fuerte que ella y no podía hacer mucho para defenderse...
-No quiero volverte a ver. -dijo finalmente.
Salió por la puerta, y aunque intente detenerla, nunca lo logre.
Ella se fue, la perdí... y ahora no sé dónde está.
Solo sé que todas las noches la extraño. Su perfume entre mis almohadas... la extraño tanto.
Lo que daría por volverla a ver.

(tn)

-Mira lo que tengo -comenzó a mover un elefante de felpa de un lado a otro-. Hola, soy Elefantin y te amo. -hizo una voz aguda, como si el muñeco hablara.
-Jaja, ¡Vamos, Shane!, todos saben que los elefantes no hablan.
-Los muñecos de felpa tampoco, ¿pero qué se puede hacer? Así es la cruel realidad...
-¡Calla Shane! -Solté una carcajada al ver lo dramático que era.
-¡Esa sonrisita es la que quiero! -Me dio un gran abrazo.
Había estado deprimida todo un mes, desde que llegue a casa de mi padre. Shane me había recibido de brazos abiertos, y la verdad yo y mi padre ni siquiera habíamos hablado del tema.
Había retomado mis estudios. Mañana comenzaría nuevamente en quinto grado de preparatoria ya que lo había perdido. Mi amigo Shane ya no asistiría a la misma escuela que yo, además de que no me había inscrito en la que había estado antes de que todo este enredo sucediera. Shane ya estaba en la universidad, y por suerte, estudiaba en la ciudad.
-¿Saldremos el viernes por la noche?
-¿A dónde? -pregunte sin entender, que me acuerde ya no tenía vida social.
-A una fiesta universitaria. -Levanto y bajo las cejas.
-¡Ni siquiera has entrado a la universidad! Mañana serás todo un universitario, por ahora solo eres un preparatoriano como tu pequeña amiga. -dije señalándome.
-¡Pues yo ya soy universitario y te callas! -Me embarro el betún de una de las galletas que Marie, la sirvienta, nos había traído.
-¡Ahora si te mueres, Shane Milton! -Comencé a perseguirlo con toda la bandeja de galletas. De verdad había extrañado esos tiempos... extrañe a mi amigo y ahora estoy junto a él una vez más.

Tenía un poco de frio, quizá se debía a la calefacción pues ya estábamos terminando el verano. Hoy sería mi primer día de clases en esta escuela llamada Golden High. Estaba muy nerviosa, mis manos se ocultaban en mi chaqueta y, la verdad no sabía que sucedía conmigo.
En ese momento desee con todas mis fuerzas que Jason estuviera una vez más a lado de mí. Sí, me había engañado, pero yo aún lo amaba. No podía olvidar todos esos besos, esas caricias y esas noches bajo la vía láctea. Era mi esposo, aun lo era. Estaba dispuesta a terminar mi compromiso en la primera oportunidad que se presentara. Me divorciaría.
Quizá estaba tan sepultada en mis propios pensamientos que mi cabeza comenzaba a doler. Mi corazón palpitaba con fuerza, tan lento que me sorprendía que no se detuviera. Sentí a Jason, sentí su mirada fría y retadora sobre mí. Pero era imposible.
-¡Oye!... -Me reprendió un chico con el que choque, pero luego se detuvo y se me quedo viendo de pies a cabeza- ¿Eres nueva en Golden High? -Su rostro cambió de molesto a un chico un poco amable. Estaba segura de que él no era para nada amable, se miraba como Jason.
-Sí. -conteste tan simple.
-Soy Jake Milton. -se presentó un poco distante.
-(tn) Black. -conteste con media sonrisa.
Su mirada penetrante entro en mis ojos, pude ver a Jason en su oscura mirada. Podría jurar que sabía lanzar la misma mirada que Jason.
Fue como una conexión directa, y entonces se marchó dejándome a Jason en la cabeza. Su mirada estaba ahí.

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*sigan votando y comentando y subo otro capítulo hoy:))
Pd: no quiero lectoras fantasmas :(

Besame & Dispara (Justin Bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora