Capítulo 31: Libre para amar.

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Justin....
Estaba mirando como la lluvia caía contra la ventanilla del auto. Tenía el ánimo por los suelos y mis ojos estaban llenos de lágrimas que intentaba aguantarme, y se convertían en un nudo en la garganta que me dolía agudamente.
Hoy había sido probablemente el día más horrible de toda mi vida. Hubiera querido sentir esos labios por una última vez. Ahora estaba con una agonía insoportable al pensar que ella difícilmente se encontraría con vida.
—¿Cuánto tiempo me queda?
—Muy poco. Debes irte ahora.
Apenas había cerrado la boca cuando una silueta se encontraba en la puerta.
—Muy bien hijo, veo que te adelantaste —dijo mi padre sonriente—. Apuntale. —me ordeno.
Fue un momento de confusión en el que me quede paralizado mirando a (tn), quien me suplicaba con la mirada que no lo hiciera.
—¡Justin! —gritó mi padre.
Saque el arma de mi chaqueta y apunte a (tn).
Mis manos temblaban, no quería matarla.
Ella me miro con los ojos cristalizados, entonces, se echó a correr hasta la cocina. Yo la seguí con el arma, pero no planeaba disparar. Vi que tomó algo rápidamente de la repisa y me apuntó a mí. Ella también tenía un arma que seguro Jason había dejado para ella. Conocía a mi hermano, él sabía que la necesitaría en algún momento. Este era el momento.
—¡¿Qué haces?! —me reprendió mi padre por no haberle disparado.
—¡Disparare si no se van en cuanto cuente tres! —Nos advirtió decidida.
Me sorprendía que sus manos nos temblaran como las mías. Ella tenía el mismo sadismo que Jason le había contagiado. Estaba dispuesta a dispararme, y yo estaba esperando que lo hiciera. Yo no dispararía, la amaba y no la mataría.
¿Cómo era que una primeriza estuviera tan decidida a matar a alguien? ¿Por qué yo que ya había matado a muchas personas antes, ahora me encontraba en una crisis nerviosa? Porque ella tenía una razón para hacerlo, y yo no.
—¡Justin! —volvió a gritar mi padre—. Dispara AHORA. —. Solo lo escuchaba, pero no le contestaba.
Mi vista no se apartaba de los ojos llenos de ira que (tn) tenía.
—¡Uno! —comenzó a contar (tn)— ¡Dos!
—¡Justin, dispara! —insistió mi padre.
¿Acaso mi padre era lo suficientemente desalmado como para obligarme a matar a (tn)? Él sabía que yo la amaba. Lo mire, entonces mí vista regreso a (tn) quien cargaba el arma.
—¡Tres! —dijo ella.
Yo estaba listo para recibir el impacto de su bala.
Escuche un disparo y cerré los ojos fuertemente.
No había dolor, no había nada.
Entonces me di cuenta de que era (tn) quien había recibido una bala. La de mi padre.
—¡¿Qué has hecho?! —comencé a gritar desesperadamente mientras mi rostro se empapaba de lágrimas— ¡¿Por qué la mataste?! —le reclame tirándome en el piso a lado de su cuerpo sin vida.
—Vámonos. La policía no tarda en llegar. Los vecinos debieron escuchar.
¿Pretendía que dejaría a mi pequeña allí tirada en un baño de sangre?
—¡Justin! —insistió mi padre.
La mire unos segundos más.
Me puse de pie y me retire apagando la luz.
Pero no quería dejarla sola allí. Seguramente estaba muerta, pero de todos modos me dolía dejarla sin compañía en el frio suelo, como si fuera una prenda cualquiera que alguien había olvidado recoger.
—Jason, debes ir rápidamente a tu casa. Algo sucedió a (tn). —dije al teléfono y luego colgué sin siquiera esperar una respuesta de Jason. Era lo menos que podía hacer por (tn).
Estaba muriendo lentamente consumiéndome en el peor veneno existente: la culpa.

Jason.
—No puedo creerlo… —susurró uno de los paramédicos después de revisar el pulso de (tn).
—¿Qué es lo que pasa? —pregunté parando mi llanto por unos segundos.
—¡Rápido. Una camilla! ¡Está viva! —ordeno el paramédico a los demás. Quizá él no se dio cuenta, pero sus palabras me habían levantado. Me dieron esperanza. Tal vez ella aún estaba viva, tal vez nuestra historia no había terminado allí. No quería que terminara, no ahora.
El tiempo pareciera ser tan sencillo, tan simple. Lo medimos con dos simples manecillas y solo lo tomamos en cuenta de vez en cuando. El tiempo es algo mucho más grande, tan complejo. Si pudiera regresar el tiempo, un año atrás y no haberme cruzado en el camino de (tn)… ¿Qué he hecho? La he puesto en alto riesgo.
Y termine allí, en la sala de espera de un hospital.
Daria todo por salvarle la vida. Quisiera volver atrás, haber evitado que Jeremy la secuestrara, no haberme casado con ella, no haberla conocido… simplemente quisiera eso. Ahora estaba arrepentido de todas esas cosas tan tontas que hice. Hubiera querido jamás habérmela encontrado en el sótano. Nunca. Porque me enamore desde el principio.

(tn)
—(tn) —Alguien susurro mi nombre—. (tn). —Me volvieron a llamar.
Mire a todos lados en busca de la voz de Jason. No lo veía, solo me encontraba en nuestra habitación. Sola.
La lluvia caía por la ventana intensamente y me encontraba a oscuras.
—¿Dónde estás Jason? —pregunté en lo bajo.
—Estoy aquí —Me di la vuelta y me encontré con el de frente. Vi que tenía una maleta en la mano y su mirada estaba distante.
—¿A dónde llevas eso? —pregunté sin entender.
—Tengo que irme. Ya no… no quiero estar aquí. Vuelve con tu padre y hagamos como que esto no pasó jamás. —Su voz era fría, como cuando nos conocimos.
—¿Por qué dices eso? —pregunté desconcertada.
—Porque… ya no te amo.
—Jason —dije su nombre dolida. Mis ojos estaban llenos de lágrimas. ¿Cómo podía decirme eso?— ¿Por qué me dices eso? —hablé inocente.
—No te quiero, no te amo. Ya no quiero seguir aquí. Lo único que me has conseguido son problemas. No te amo. —Mi corazón se hacía polvo con cada una de sus palabras, y su mirada… devastaba mi alma.
Finalmente salió por la puerta. Sin decirme nada más, ni una sola explicación que yo pudiese entender. Tal vez simplemente se hartó. Ya no me amaba, eso era seguro. ¿Ni un último beso? Jason… ¡¿Cómo pudo haberme hecho esto?! No tenía que haberme lastimado de ese modo. Yo aún lo amaba… siempre lo amaría. Sin excepción.
—No llores. —dijo una voz detrás de mí. Me di la vuelta y mis ojos se iluminaron.
—¡Justin! —corrí y lo abrace sin saber porque. Necesitaba de él por algún motivo desconocido.
—No sigas llorando. — Comenzó a acariciar mi cabello.
—¿Cómo puedes pedirme eso?
—(tn), yo estaré contigo siempre. Nunca te dejare como Jason lo ha hecho. —me dijo mirándome a los ojos mientras más lagrimas salían de mi retina.
—¿Lo prometes? —pregunté con la voz quebrada escondiéndome en su cuello.
—Te lo juro.
Me tomo entre sus brazos, tan fuerte. Solo lo quería cerca de mí. Quería tenerlo conmigo. Quizá se trataba de que ahora no tuviera ningún compromiso con Jason, y mi corazón se sentía libre de amar a Justin.

Besame & Dispara (Justin Bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora