26.No, no lo entiendes.

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Al principio, lo único que consigue ver es una luz, tapada por una densa niebla que actúa como venda sobre su cara. Es como si todo el tiempo hubiera estado ciega debido a esto, como si la visión le hubiera sido limitada por un trozo de tela borrosa, que lo único que hacía era molestar. Sus ojos, toda ella. Está segura de que hacía unos segundos no podía ver nada. Se siente como si hubiera recuperado la visión de una manera instantánea, sin darse siquiera cuenta. ¿Qué ha pasado?

No cree en ese tipo de milagros, eso es demasiado difícil de creer. No puede haber estado ciega y haber recuperado la salud así porque sí, es demasiada imaginación, incluso para ella. Sus abuelos le contaban historias milagrosas, pero eran mentira. Eran las típicas historias que les cuentan a niños pequeños para que duerman y no se levanten a media noche. Por ejemplo, los fantasmas, monstruos, etc. Eran demasiado difíciles de creer, aunque si es cierto que ella se creía todo eso hasta cuando tuvo cinco años, y sus padres le contaron la verdad. 

 Entrecierra los ojos varias veces, hasta que la imagen comienza a cobrar verdadero sentido, como si las piezas de un puzzle imaginario, porque hace un momento lo único que veía eran cuadrados amorfos y desenfocados, encajaran para dejarla ver más allá de lo que está viendo. Los colores, por fin, dejan de ser manchas horribles e huidizas, y comienzan a cobrar sentido, comienzan a tener su luz, de nuevo. Aunque no consigue, abrir del todo los ojos, la pequeña franja de visión le deja entrever algo verde que parece tocar el cielo. Los cierra un poco más, y espera unos segundos antes de volver a abrirlos. Un árbol, eso es lo único que consigue ver. Un gran árbol de grandes hojas grandes y acogedoras se encuentra justo sobre ella, protegiéndola, guardándola. Siente cobijo, y protección. Es como en las películas, cuando la protagonista se duerme a los pies de un árbol seguro. Es como si no pudiera haber lugar más seguro que ese.

Arde. Pica. Escuece. Duele. Todo su cuerpo. Al mismo tiempo. Al mismo ritmo.

El sentimiento lo tiene ahí. ¿Por qué no puede hacer nada? Pequeñas vibraciones consiguen que sea su cuerpo el que la haga sentir viva, aunque de la peor forma. Es obvio que no estaba muerta, ella tampoco lo pensaba. Pero el hecho de no sentir nada ha conseguido que se sintiera ida, como si se hubiera dormido con la anestesia puesta, como si hubiera pasado por una mala operación que la hubiera dejado rendida. Conoce el sentimiento, porque ha pasado por ello, y porque le ha dolido como ninguna otra cosa. 

Sabe que no puede darse por vencida. Donde sea que esté, no es seguro. Tiene que ser fuerte, porque está segura de que algún día volverá a su casa, a su preciosa y linda casa, y volverá a ver a su familia, a todos. Entonces les dirá muchas veces lo mucho que les quiere, por si acaso. Nunca se sabe cuando puede ser la última vez que verás a alguien.

Hasta ahora, apenas había pensado en ellos. ¿La echarán de menos? Es obvio que sí, ellos la quieren, y no tenerla ahí debe causarles daño. ¿La estarán buscando? Ella nunca se había escapado de casa por tanto tiempo, y ni siquiera cuentan como escapada bajar a correr durante dos horas. ¿Podrían pensar que está en casa de Jenn? No, porque siempre que va con cualquiera de sus amigos avisa, y aunque no hubiera avisado, sus padres tienen el número de teléfono de su amiga.  ¿Qué fue lo último que les dijo? Ya ni se acuerda. Quizá algo bueno, porque ella no es del tipo de hija que causa peleas, es más, le dan miedo. 

Los echa de menos. Los extraña. Y en lo único en lo que puede pensar es en abrazarlos y en llorar en sus brazos hasta dormirse. Al menos, sus padres, la entenderían. Pero, ¿la creerían si les contara lo que le está pasando? ¿Qué dirán cuando vean que su hija se ha convertido en algo raro y rápido?  ¿creerían cada una de sus palabras o volverían a obligarla a ir al psicólogo?  No. No quiere volver a ese sitio. Nunca más. 

Se siente indefensa, se siente como si cualquier cosa pudiera poner en peligro su vida. Todo supone una amenaza para su integridad ahora mismo. Está segura de que si viniera algún animal salvaje acabaría con ella a gusto, porque no podría poner impedimento alguno, solamente se limitaría a sentir cada punzada de dolor hasta llegar al final. Es lo único que podría hacer si algo, cualquier cosa, quisiera acabar con su vida.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora