7. El encuentro

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Como cada tarde, salieron a dar una vuelta por las calles de la ciudad. Los cinco amigos caminan por las ruinas de Loneville, absortos en sus pensamientos, inseguros por la situación que se avecinaba. ¿Estaban seguros?

-Hace rato que lo pienso y... ¿Creéis que nos descubrirán?-preguntó el mayor del grupo.

Louis Tomlinson, el mayor del grupo pero el más infantil. Se lo tomaba todo con buen humor, aunque eso lo estaba absorviendo por dentro. La preocupación podía con él. Temía por su vida y la de sus amigos.

-Alexander nos prometió protección a cambio de nuestra lealtad. Es el más poderoso, él podrá salvarnos de Elisa y sus intenciones. -responde el ruludo mirando un escaparate.

-No sabría qué decirte, no sé si fiarme de Alexander. -contradice ella.

Vi, la única chica del grupo y también la menor de ellos. Es una persona insegura, y más con este tema. El hecho de ser muy tímida hace que le cueste coger confianza en la gente, por eso tiene sus sospechas sobre Alexander. No se fía de él, nota la falsedad en sus palabras, aunque si aquella era la vía de salvación (aunque fuera temporal), tenía que aceptarla y resignarse, aunque esa no era su manera de actuar ante las cosas y se sentía impotente. No podía entender cómo su amigo estaba tan tranquilo. Harry era un poco despreocupado, y eso la ponía frenética, pero si se lo decía, terminarían discutiendo, ya que tanto el ruludo como ella tenían poca paciencia y se ponían en seguida de mal humor.

-¿Vamos a dar una vuelta por el bosque?

-Niall, está el cielo nuboso. Puede llover en cualquier momento.-responde Vi crispada.

-Si llueve, nos refugiamos en la cueva que hay cerca y ya está.-sonríe el rubio. Otro despreocupado.

-Tranquilos todos. ¡Para eso estoy yo! Si llueve, ¡hago que salga el Sol y ya está!

-Robert, no. No hagas uso de tu poder así como así o te van a pillar de pleno.

-No te preocupes, Harry, seré discreto.

-Eso no concuerda contigo.-dice Louis provocando la risa de todos.

Robert era novato con su poder, y eso preocupa a los demás, ya veteranos. Él es inteligente, pero le dan igual las consecuencias de sus actos. Es el más pasota de los chicos, lo que pone aún más histérica a Vi, que le gusta tenerlo todo controlado. Niall por el contrario parece ser el más inteligente del grupo, el que sabe cómo actuar en cualquier situación, el más maduro de todos los chicos aun haber sido el último en integrarse en el grupo, por eso es el mejor amigo de Vi. Los demás siempre que los ven juntos creen que se gustan, pero sólo ellos dos saben de los intereses del otro.

Observan la ciudad. Cualquiera diría que es la Roma antigua, por las muchas ruinas que hay por culpa de la guerra y el estilo de los edificios que aún están en pie, aunque realmente el estilo de Loneville es futurista, pero los destrozos provocados por el ejército de Elisa dejaron una parte de la ciudad hecha un desastre. Está bien ubicada, tiene en el Norte las montañas y en el Sur el río que separa las dos partes de la ciudad.

La parte donde viven Louis, Niall, Harry, Robert y Vi está bajo el mando de Alexander, un consejero del Gobierno que les juró protección a cambio de que trabajaran para él a todos los habitantes que tuvieran algún tipo de poder. Tiene a mucha gente bajo su protección, y es que la población está atemorizada por los escrúpulos de Elisa, la Gobernadora.

Los cinco se alejan de la ciudad y se adentran en el bosque. Mucha gente se refugia allá cuando vienen los colegas de Elisa a capturar gente para robarles sus poderes. Harry y Louis corren por el bosque jugando como unos críos, Vi y Robert discuten y Niall está absorto en sus pensamientos.

Piensa en ella. ¿La volverá a ver? La echa mucho de menos, aunque se siente muy bien aquí. Tuvo que dejarlo todo para venir a vivir en Loneville, quería ser parte de toda aquella lucha y ayudar, pero la echaba de menos y daría lo que fuera por volver a verla.

-Loneville llamando a Niall...

-¿Eh? Perdón, estaba ausente.-Niall deja de pensar en ellas y mira a Vi y Robert.

-Sí, es típico de ti estar ausente.

-En eso te doy la razón, Robert. Niall siempre está en su mundo. -de repente oyen un grito. Louis. Los tres corren hacia él.

-¡Louis! ¿Qué te ha pasado?-pregunta Niall preocupado.

-Me caí y creo que me rompí el tobillo...

-Louis, siempre tan imprudente. Tienes que vigilar, eres muy sensible a los roces.-dice Harry mirando a su amigo.

-¡Pero es que si tengo que vivir sin hacer nada por miedo a caerme estaré amargado! Además, puedo solucionarlo fácilmente.

-¡No aquí! ¡Quién sabe qué o quién podría andar cerca! ¡Podrían vernos!

-Vamos a la cueva y allí te curas esto.

Las tres chicas se encuentran en la misma cueva, aunque con la salida al lado opuesto. ¿Serían imaginaciones suyas? Curiosas, se acercan a la salida y ven que el bosque no es el mismo. ¿Cómo podía ser posible? ¿Dónde estaban? Además, cuando salieron hacía sol y ahora está nublado.

-Chicas, no entiendo nada, este no es el sitio donde hemos aparcado...-se asusta Emi.

-Vamos a ver un poco nuestro alrededor.-propone Anny no muy convencida.

-No vayamos muy lejos, chicas, mirad qué nubes. Puede ponerse a llover en cualquier momento.

-¿Y qué quieres que hagamos aquí, Jenn?

-Emily, no te alteres. No nos pasará nada, será que la cueva tiene dos salidas y hemos dado con la otra...

-Anny, no finjas. Estás tan sorprendida y asustada como nosotras.

-Vale, vale, me callo.

Caminan un poco por el bosque. No hay nada; sólo árboles, vegetación y algún que otro animal inofensivo. Tanta tranquilidad era rara, notan algo inusual en todo aquello. Buscan algún árbol frutal para comer algo, no quieren sacar sus provisiones aún. No saben dónde están y quieren estar seguras de comida y no gastarla en momentos innecesarios cómo ese. Al fin encuentran moras y no se lo piensan dos veces.

-Están muy ricas.-observa Emily.

-Son las mejores que he probado.-dice Jenn entusiasmada con el hallazgo.

-Chicas, ¿dónde creéis que estamos?-pregunta Anny mirando a su alrededor.

-No tengo ni idea, nunca había sabido de un lugar así. -responde Jenn pensativa.

Y cuando menos se lo esperan, una fuerte tormenta empieza a empaparlas. No se esperan que lloviera tan fuerte tan de repente, y eso aún las asusta más.

-¿Cómo puede llover de esa manera?

-¿Adónde vamos ahora?

-Volvamos a la cueva, chicas. Es el único sitio que hemos visto en el que podemos refugiarnos, pero no nos alejemos de la salida. Quizá aparezca alguien que nos pueda decir dónde estamos.

-¿Cómo quieres que aparezca alguien por aquí, Anny?

-Jenn, no te pongas así, cálmate, por favor. -pide Emily.-Volvamos allá antes de que nos enfriemos.

Corren con todas sus fuerzas hasta la cueva. Anny lo hace más rápido que las demás, ella siempre ha sido una buena atleta. Pero ven algo que no se esperan cuando llegan. Ven una luz verde y otra azul, un enfocando el cielo y otra en... ¿Un pie?

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora