31. Hermanos.

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Resopla y vuelve a dar otra vuelta en la cama, lleva horas mirando el techo de una de las habitaciones de la casa de Vi. Golpea varias veces el colchón con los puños y las plantas de los pies, ya no sabe cómo ponerse en la cama para volver a dormirse. Cualquiera que la viera en ese momento pensaría que tiene una rabieta de niña pequeña, pero la verdad es que está histérica, harta de estar ahí tumbada sin hacer nada. Da una patada a las sabanas que la cubren para destaparse y se levanta de la cama. Hace algo así como media hora oyó como su amiga y Louis se iban por fin a dormir, así que decide salir a dar una vuelta ahora que sabe que todos duermen. Necesita despejarse, caminar y que le dé el aire. Ni siquiera se pone las zapatillas antes de salir de la habitación, no es que lo haga para ser sigilosa y no despertar a nadie, sinceramente eso a ella le da lo que viene siendo igual. Simplemente le gusta ir descalza, tampoco hay un porque o un motivo importante y trascendental, ni siquiera uno místico en plan sentir la energía de la tierra o algo así.

Respira hondo nada más sale fuera, camina unos pocos metros alejándose de la casa, cuando cree que esta lo bastante apartada vuelve a respirar hondo y se sienta en la hierba.

─Menos mal que no me he encontrado ninguna piedra. ─Mira al cielo y suspira. Demasiado despejado para su gusto─. Está claro que no se va a poner a llover de repente.

Vuelve a pensar en voz alta, es algo que hace mucho, casi desde que tiene memoria, sobre todo cuando lee un libro o ve una película, no puede evitar decir en alto lo que piensa de los personajes. Ríe al recordar una vez leyendo o viendo Harry Potter y el misterio del príncipe por decimosexta vez como poco, recuerda que empezó a despotricar de Harry porque no dejaba de vigilar a Draco, de seguir cada movimiento que hacía y de culparlo por todo. Recuerda a su hermano gritándole desde su habitación <<Me importa una mierda lo mal que te caiga Harry por no dejar en paz a Draco, tu estas más obsesionada por Malfoy de lo que esta Harry y nadie te dice nada, así que vete a dormir de una maldita vez Jennifer>>.

Debería aprovechar que todos duermen para ver cómo sigue su hermano. Se levanta del suelo y vuelve a la casa intentando no clavarse ninguna piedra durante el trayecto. Cuando llega ve que hay una luz encendida, juraría que ella no había dejado ninguna, de hecho, está segura de no haber encendido ninguna luz cuando salió de la casa.

─Genial hay alguien despierto. ─Suspira y abre la puerta, para encontrarse con un chico en la cocina mirando en la nevera─. ¿Se puede saber qué haces? ─Dice con un tono autoritario que hace que el chico se sobresalte y se gire a mirarla.

─Mierda Jenn que susto me has dado. ─La chica levanta una ceja intentando no reírse de la reacción de su hermano─. ¿Se puede saber de dónde vienes tú y descalza?

─No, chist chist eh no, he preguntado yo primero.

─Me moría de hambre y sed, por culpa de la fiebre estuve casi todo el tiempo durmiendo y apenas había comido. ─Cierra la nevera después de sacar un zumo de la nevera, coloca dos vasos, los llena y le pasa uno a su hermana mientras se termina de comer una manzana─. Te toca ¿De dónde vienes?

─De ningún lado. Gracias. ─Bebe un trago de zumo y ve como su hermano la mira esperando una mejor respuesta. Suspira y rueda los ojos─. He salido fuera para que me diera un poco el aire.

─ ¿Descalza? ¿Cuántas veces te he dicho que no vayas descalza? Podrías resfriarte. ─Ahí está, volvió a salir el hermano mayor.

─Cambiemos mejor de tema y habla más bajo, vas a despertar a todo el mundo. ─Dice en un susurro y termina su zumo─. Además, deberías volver a la cama y dormir, necesitas descansar.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora