Entre dos mundos

46. Se apaga la luz.

-No puede ser -suspira el chico mirando la pantalla del sensor. Casi puede sentir que ha escupido tras el suspiro, aunque no lo note del todo.

Lleva muchas horas mirándolo, y lo único que hace es cambiar, cuando nunca ha cambiado, lo que lo hace todavía más raro. No había sido difícil conseguir el acceso al mapa cuando, recién llegado, consiguió trabajar para el ayuntamiento durante un mes bajo el nombre de Harry, ya que, por entonces, el chico no trabajaba y en eso podía ayudarle. Desde que estuvo ahí, decidió que dedicarse a aquello que, en su mundo, en su hogar, le gustaba, sería la mejor decisión si tenía que sobrevivir a base de un trabajo totalmente centrado en ello.

El tema de la astronomía, de saber más acerca de los planetas, de las estrellas, de lo que componen cada cosa, siempre le había fascinado, y siempre había sentido gran fascinación por ello. De hecho, si recuerda bien, una de las grandes historias que leyó, una de las mejores, trataba de una chica que tenía que salvar el mundo, y para ello necesitaba viajar a otros mundos, y explicar los detalles de cada cosa. Desde entonces, siempre había leído cosas relacionadas. Año tras año, el número de libros pasados por sus manos ha ido disminuyendo, debido a que ahora su papel dentro del grupo es mucho más importante.

Cuando descubrió que tenía acceso a información sobre el mundo, no dudó en buscar mucha más información. Indagó hasta que no quedó nada por ver, hasta que tenía toda la información que creía necesitar. De ese modo, estudió ese mundo, estudió todo lo que pudo, y cuando descubrió los planos decidió que sería genial poder tener información, e hizo una copia en un pen-drive. Luego, no le fue difícil crear un sistema de hologramas para tenerlo todo mejor, y más controlado.

Y nada ha cambiado en el lugar. No, al menos, mientras él ha estado aquí, en un mundo no paralelo al suyo. Es como si fuera una realidad que tiene muchos más problemas que la suya. Quizá sea porque ya no está ahí, pero siente que, si volviera a la tierra, tendría que dar demasiadas explicaciones. Sin embargo, quiere volver, quiere ver a sus padres, a Erick, e incluso al grupo de chicos que le presionaban para que entrara al equipo de fútbol.

Se levanta del escritorio, y sale disparado hacia la habitación donde se encuentra Vi con Anny, intentando saber más acerca del libro. Vi, su mejor amiga, le había contado los enigmas que el libro le había revelado. Y tras escuchar el último, lo primero que se le había venido a la cabeza era que el mundo en el que se encuentra está a punto de ser destruido.

Con lo de que la sombra llega, el libro se refiere, según él, a que el fin del mundo se acerca. Pero tras esas palabras, estaba seguro, había algo detrás. Y entonces pensó en ver el holograma, y acertó.

Lo que más le dio qué pensar fue que el libro le dijo a Vi que el final podría ser el principio. Entonces, lo que tiene que hacer es reunir al grupo y hablar sobre el tema. Al menos, es mejor tener la decisión de todos segura, no vaya a ser que al final tenga que irse del lugar con las tres chicas que llegaron, y eso le dolería en lo más profundo de su corazón.

Pero algo le frena en su camino a la habitación de las chicas. Unos golpes procedentes de la habitación de Harry , del interior de la habitación. Se niega a escuchar mucho, así que toca la puerta, es lo más fácil si no quieres llevarte alguna sorpresa. Había aprendido por las malas cuando... mejor es no acordarse, se dice a sí mismo sacudiendo la cabeza. Se queda esperando hasta que el sonido de pasos acercándose se para.

- ¿Qué ocurre? -pregunta el chico abriendo la puerta.

Él lo mira, y toda clase de dudas golpean su mente, el muchacho no lleva la camisa y su pantalón y cabello estan completamente empapados, no quiere distraerse así que solamente lo mira a los ojos. Es lo mejor si no quiere desconcentrarse, ya que lo que quiere decir, lo que tiene que anunciar, es importante, y no quiere dejar a nadie fuera.