L. Katherine Hewitt

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—¿Y por qué piensas que hay más descendientes? —preguntó Dani, después de darle un mordisco a su tostada

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—¿Y por qué piensas que hay más descendientes? —preguntó Dani, después de darle un mordisco a su tostada.

—El círculo de brujas se compone por muchas más que tres y dos. Ademas de unas cuantas de Salem —explicó Tyler—. ¡Además, brujas! ¡No brujas y un brujo!

—¿Estas insinuando que Zack no es un brujo?

Tyler cogio su taza y dio un sorbo.

—Puede.

—Tyler y yo estuvimos ahí cuando salisteis a explorar el pueblo, hicimos una lista de quien se paraba a verlos, preguntamos los nombres y hoy nos reunimos con ellos —explicó Jonathan.

—Que facil —murmuró Eli.

—Yo tengo que hacer una cosa antes —comunicó Eva.

Eva tenía un plan, puede que ya se hiciese a la idea de quién podía ser quinta descendiente. Usó la teoría de Dani con Jonathan. El chico no podía ver en principio a las tres brujas de Samlesbury, ya que en un principio tenía miedo a creer. Pero según pasaron los días le fueron demostrando que no había nada de que temer. Con esa persona pasaba justamente lo mismo.

—Hola, Melody —saludó Eva al entrar al local.

—¿Vosotras otra vez? —preguntó fastidiada—. ¿Donde esta la poli buena y la poli mala?

—No han venido conmigo. Solo estoy yo y necesito hablar contigo seriamente, por favor.

—Adelante, faltan veinte minutos para abrir —Melody le señaló con la cabeza.

Eva fue detrás de la barra y se colocó al lado de la chica, Melody no era muy alta, median más o menos lo mismo, Eva le cogió del brazo y le guió hasta donde estaban los cuadros.

—¿Qué ves? —le preguntó Eva.

—Nada, no soy creyente, ni descendiente —contestó la chica.

—Se que crees. O que quieres creer, pero le tienes miedo. Tienes miedo de que todo esto se vaya de las manos, pero te lo aseguro, que seas creyente no significa que seas descendiente.

Silencio. Tanto silencio invadía la atmósfera que podías oír tus pensamientos dichos en voz alta, Eva ya había pasado por tantos silencios incómodos que ya se había acostumbrado a ellos. Lo único que podías hacer era esperar y ponerte en el lugar de la persona y sentir cómo se estaba sintiendo ahora mismo.

Nervios.

—Si veo algo —dijo Melody al final después de diez minutos—. Pero no veo todos los cuadros que dicen haber visto. Solo uno, uno en concreto.

Eva se le paró el corazón.

—¿Cuál es? —preguntó Eva. La chica estaba ansiosa, por que si pensaba que Melody veía el cuadro que esperaba, tendría una preocupación menos.

—Katherine Hewitt.

–¿Solo ves ese?

Negó con la cabeza.

–Ahora que lo he aceptado veo todos los demás –miró a Eva, intrigada–. ¿Significa algo?

Eva le miró, arrepentida.

–Lo siento.

* * *

—Tacha a Katherine Hewitt de la lista. He encontrado a su descendiente. Añádela a la lista de probar en el río —dijo Eva nada más entrar en la caravana.

—¿Quien es? —preguntó Tyler.

–Melody.

–¿Melody? –preguntaron Dani y Eli a la vez igual de incrédulas.

–Si, Tyler y yo ayer llegamos a la conclusión de que para ver los demás cuadros hay que ver el de tu antepasada antes, por que si eres creyentes ves todos a la vez –explico la chica emocionada por su conclusión–. Pero si eres descendientes, solo te aparecerá el de tu antepasada primero, y luego los demás.

–Apunte ambos, los que veían un cuadro y los que veían todos.

—¡Borra a los que veían todos! ¡Busca a los que veían uno solo! —Eva estaba emocionada e hiperactiva.

—¿Qué le ocurre a tu hermana, Lauren? —preguntó Dani.

La chica del pelo azul se encogió de hombros.

—Yo ya no se que os ocurre a ninguno —dijo Lauren, negando con la cabeza.

—Vale ya esta —dijo Tyler, dejando el bolígrafo sobre la mesa después de escribir el último punto.

—Dinos quienes son —le animó Lilith, integrándose en el grupo.

—Dana Relish, Melody Pusset y Deborah Martin —leyó Tyler.

—¿Solo las tenéis a ellas? —preguntó Dani, señalando la lista incrédula—. Pues vamos bien.

—Las dos ultimas tienen algo en común. Vienen del orfanato, más bien es una casa donde acogen a diez niñas mínimo —señaló Lilith, leyendo los apuntes de Tyler.

—¿Como la película de Madeleine? —preguntó Eli—. Me encanta esa película.

—Si, pero estas no llevan uniformes —respondió Lilith—. Podemos ir a hablar con su cuidadora, podemos preguntarla como llegaron ahí. Puede que los padres de la chicas supiesen que eran brujas y las dejaron ahí para tragarse el marrón.

—¿Como hicieron con Eva? —preguntó Dani.

—Si, por que no sabían manejar a una bruja —respondió Lauren, en un amago de defender a sus padres.

—Pues al orfanato.

Todos se levantaron de sus asientos, y los que estaban de pie empezaron a caminar hacia la puerta.

—Eh, eh, eh bichos locos. ¿A donde creéis que vais? —Dani se paró justo delante de la puerta impidiéndoles el paso—. Esto hay que dividirlo. Tres van al orfanato, otros tres a por las chicas y dos a buscar a nuestros hermanos que aún siguen desaparecidos.

—Cierto —asintió Eva—. Cambiemos los grupos para variar un poco. Ahora me encargaré de estrechar lazos de hermanas, así que chica del pelo azul y Lilith nos vamos a por las chicas.

—Tyler, la lista —le pidió Lauren. El chico se la lanzó y esta la cogió al vuelo.

—Thomas, Eli y yo nos vamos a buscar a Zed y Ona —comunicó Jonathan.

—Empecemos por el ayuntamiento, presiento magia ahí —Elizabeth salió de la caravana.

–¡Que obsesión con el ayuntamiento, Elizabeth! –exclamó Jonathan, siguiéndola.

—Se me escapan —dijo Thomas, antes de salir después de él.

–No te preocupes, todos escapan de ti –susurró Dani.

—Bien, Dani, nos toca ir a la residencia —sonrío Tyler.

El secreto de Pendle Hill ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora