LXXIV. Planes precipitados

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—¡Eva! —exclamó Dani.

—¿Qué? —preguntó la chica, volviendo a la realidad.

—Dinos que hacer, morena, eres la única aquí con planes que valgan —insistió Christian.

Lilith asintió con la cabeza.

—No lo sé —Eva sintió un gran peso encima, su pecho se contrajo y el aire parecía acabársele—. Por primera vez, no lo sé. ¡No lo sé! ¡No lo sé!

Christian la sujeto por los hombros y la sacudió hasta que Eva dejó de hablar y se tranquilizó, Melody le tendió un vaso de agua, la morena lo rechazó y se sentó junto a Eli, cogiéndole de las manos y examinando sus ojos. Seguían del mismo color verde.

—¿Quién es? —preguntó Eli—. ¿Lilith?

—Eva.

—¡Eva! —volvió a exclamar Dani—. Piensa, eres la lista. Mira a tu alrededor somos unos ineptos. Seguíamos las órdenes de Tyler, y como el es un estupido no esta... ¡Pero tu no eres estupida y estás aquí! —Dani camino hacia donde estaban sus amigas y se sentó con ellas.

—¿Melody? —preguntó Eli.

Dani la ignoró.

—Eva, la tontita se ha quedado ciega porque a saber que ha hecho...

—Si, ciega, no sorda —dijó Eli.

—Miró La Luz que ella dijo que no miraremos —suspiró Eva, acarició la mano de Eli.

—El otro no recuerda nada.

—¿Yo? —preguntó Thomas.

Dani cansada se levantó de su asiento y sin decir ninguna palabra se fue de la habitación.

—Zed —le llamó Eva.

El chico asintió.

—Voy.

Y salió detrás de su hermana.

—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Jonathan.

Eva, cansada de que todo el mundo la preguntase justo a ella se levantó y se colocó delante del grupo. Se sentía presionada, el pecho le dolía, las ganas de llorar eran muy fuertes. Todo se mezclaba. Ona, Tyler, Miranda, Eli, Thomas. Todos tenían un problema, todos querían que el problema se solucionase. ¿Pero por qué tenía que hacerlo ella?

—¿Sabéis? Hasta aquí he llegado —se aclaró la garganta—. Esto es lo que vamos a hacer. Nos vamos a poner en serio, vamos a ignorar a Miranda Bierley hasta que se nos presente otra vez y el día del baile vamos a luchar contra ellos, evitar que se cierre el círculo y ganar. Salvaremos a Ona y a Charlotte.

Heather miró a Eva confusa.

—¿A Charlotte?

—Creemos que la tiene como rehén, para sacrificarla cuando llegue la ahora —atajó Christian.

Eva se giró al chico.

—Y tu, ya va siendo hora que decidas de que bando estás. No puedes querer matarnos y dos semana después salvarnos —se volvió a girar a las jóvenes brujas—. Nos quedan dos meses. Vamos a sacarle partido.

Eli hizo un amago de levantarse, tanteó en el aire con las manos y Jonathan le ayudó a sujetarse.

—Eva tiene razón. Hemos sufrido altibajos, traiciones y cosas turbias. Pero si nos unimos lo conseguiremos —habló la chica, apoyo un brazo sobre el hombro de Christian, pensando que era Thomas—. No te acuerdas de nada, pero te ayudaremos y buscaremos un hechizo para mi ceguera.

—Gracias, Eli, pero soy Christian.

Eli le dio un puñetazo en el hombro como respuesta.

—¡En ese caso decide de que bando estás!

Christian miró a todos los presentes, Dani y Zed volvieron a entrar, la primera más tranquila. Primero se fijó en Jonathan, miraba a Eli apenado, luego a Eli que no sabía dónde mirar, Dani le miraba desconfiada, Melody su amiga de la infancia esperanzada, las demás miraban en su dirección, sin ninguna expresión, salvo Lidia, que le miraba expectante, mezclando más emociones como desconfianza y pena. Finalmente Eva, que le miraba directamente a los ojos. Sus ojos eran sinceros.

—Estoy de vuestro lado —anunció, finalmente—. Pero...

—¿Pero? No hay peros —dijó Dani.

—Pero, no quiero estar encadenado y no seré tu nueva persona para discutir.

—¿Y con quien discuto si Thomas no se acuerda de nada? —preguntó Dani, parecía que lo decía en broma, pero nunca lo había dicho con tanta seriedad.

—Y si dejas de discutir por una buena temporada —Eli se acercó a Deborah y la abrazó—. Encuentra tu paz interior.

—Soy Deborah.

Eli se apartó inmediatamente y Dani se acercó a ella.

—Aquí —Eli le agarró las manos a Dani.

—Aún hay esperanza, no todo está perdido. Podemos conseguirlo, es más tenemos.

—A partir de mañana tenemos que ponernos muy en serio —interrumpió Eva—. Vamos a repasar lenguaje de signos —según iba diciendo sus palabras repetía los signos para que Adele la entendiese. Supó que lo estaba haciendo bien cuando la chica respondió de la misma manera—. En vez de mirarlo como una carga, vamos a mirarlo como una manera de comunicarnos sin que nuestros enemigos se den cuenta.

Dani asintió, escuchando a Eva que ya parecía pensar con claridad.

—Mañana a primera hora buscamos en el libro, en internet, en donde sea, pero buscamos la manera de que Eli recupere la vista —Eli asintió hacia Dani, pensando que Eva estaba a su lado—. Hay que llevar a Thomas al médico mañana también.

Dani negó con la cabeza.

—¿Qué? ¿Qué les explicamos? —Dani miró a Eva atónita—. Si, buenas días, mire, a mi amigo se le cayó un cacho madera mientras me salvaba de una casa mágica que se caía en pedazos porque mi hermana, la cual me acabo de enterar de que existe, nos rapto a mis amigas brujas y a mi —Dani se cruzó de brazos.

—Simplemente decid que se ha caído —sugirió Sophia.

—Si —dijo Christian, dándole la razón—. Decid que se ha caído por la escalera. Es más fácil explicar eso a que tu amiga se ha quedado ciega.

Eva asintió.

—Todo va ir bien.

El secreto de Pendle Hill ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora