LI. Deborah

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Una mujer no muy mayor, pero tampoco muy joven, unos cuarenta años mínimo les abrió la puerta a Dani y a Tyler de la residencia de chicas

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Una mujer no muy mayor, pero tampoco muy joven, unos cuarenta años mínimo les abrió la puerta a Dani y a Tyler de la residencia de chicas. Sonrío al verlos, seguidamente pasó uno de sus mechones rubios por detrás de la oreja.

—Bienvenidos, ¿puedo ayudarles? —preguntó, amablemente.

—Pues la verdad, si —contestó Tyler—. Veníamos a hablarle sobre dos chicas que se alojan aquí. Deborah y Melodía.

La mujer dejó escapar una risita ahogada al escuchar sus nombres y su sonrisa se ensanchó.

—Mis pequeñas, Mel y Debby —suspiró—. ¿Han hecho algo malo?

—No, no, para nada. Solo queríamos saber, como... como... llegaron aquí —dijo Tyler.

—Oh, por favor, sentaros en los sillones del porche —cerró la puerta detrás de ella—. Sophia y Adele están dentro. Aunque la ultima no pueda oír nada, puede leer los labios demasiado bien –se sentó en frente de ellos–. Es una historia dolorosa ¿Por qué la queréis saber? —fue lo primero que pregunto.

—Es, para un proyecto de clase. Sobre tipos de orfanato y como los bebes o niños llegan a esos lugares —se inventó Tyler, sobre la marcha.

—Oh, claro, perdonad, la vuelta al instituto está cerca... —la mujer hizo un puchero—. Solo le queda un año a Melody y cumplirá los dieciocho y se irá de aqui, luego está Adele que los cumple este año y también se irá, Sophia que esta en la misma situación que Mel... Oh y Debby, la pequeña Debby... —la mujer parecía a punto de llorar—...solo tiene quince, pero cumplirá dieciséis este noviembre. Y tiene las ideas tan claras... sabe lo que quiere estudiar, y a qué universidad ir. Mis niñas crecen —Tyler le tendió un pañuelo que de casualidad llevaba en el bolsillo de la chaqueta. La mujer lo acepto con gusto y se sonó la nariz con el.

—Se esta enrollando —le murmuró Dani entre dientes a Tyler.

Cuando la mujer dejo de sollozar, le devolvió el pañuelo a Tyler, el chico hizo una mueca y se lo guardo de nuevo.

—¿Para que habíais venido? —preguntó la mujer, limpiándose los ojos con las manos.

—Lo de el abandono... –le recordó Dani, irritada.

—Oh, si, si —suspiró y sonrío de nuevo—. La primera que dejaron fueron a Adele y a Sophia un año después y un mes después de su cumpleaños. Pero venís por Melody y Deborah.

—Exacto —asintió Dani.

—Melody vino tres meses después, justo el día de su nacimiento. Sus padres se suicidaron, hicieron de todo para no encargarse de ella —dijo, seguidamente su sonrisa cambio a una nostálgica—. La policia la trajo aquí dos días después, ningún familiar quería encargarse de esa pobre niña indefensa. Actuaban como si tuviese una enfermedad contagiosa, pero está perfectamente. Y por ultimo Deborah, vino un año después, no sabemos nada de sus padres.

El secreto de Pendle Hill ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora