LXIX. La otra hermana

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—Me resulta tan extraño —comentó Eva en voz alta, una de aquellas noches en donde se quedaba sola, vigilando al capturado—. Parece que todo encaja, pero en realidad, nada encaja. Aún faltan tantas cosas.

—¿Por ejemplo? —preguntó el cautivo, con ansias, el aburrimiento le consumía, ayudar a Eva no le parecía lo más divertido en ese momento, pero si lo más adecuado para matar el aburrimiento.

—Van arrasadas con el aprendizaje, no sabemos quién es la Miranda Bierley esa, cuando va actuar Daniel y cuando se va a enterar de que la hermana de Dana no le sirve y...

—A parte de todo eso, hay otra cosa —Christian medito sus palabras—. Sabe que Charlotte es hermana de Heather, la verdadera bruja. Puede que tenga Charlotte, para eso mismo. Para utilizarla cuando llegue el momento.

—¿Y Zack?

—Es un inútil tira fichas, ni se para que lo tiene. Tapadera a lo mejor.

Eva se rascó la nariz.

—¿Por que es tan complicado? Lo nuestro fue más fácil. O peor. Ugh.

Christian puso los ojos en blanco y observó a Eva. Observo sus facciones, siempre venía bien examinar al enemigo. Observo sus ojos que leían el grimorio por quinta vez aquella noche, las ojeras que tapaban unas pocas pecas de su cara y sus hoyuelos, los agujeros de sus mejillas que era casi imposible no fijarse, como se formaban cuando hacía muecas de tristeza, alegría o preocupación era lo más relájate del mundo.

—¿Que se traen entre manos Eli y Jonathan? —preguntó curioso, cambiando de tema.

Eva le miro devuelta. Ni ella sabía que se traían entre manos. Eli tenía sentimientos por el y el por ella, pero no había beso, no había relación, no había nada.

—Es complicado.

—¿Como el caso de la Miranda Bierley?

—Justo.

—¿No hay ningún árbol genealógico a mano?

Y ahí Eva cayó en que la respuesta se encontraba a solamente a unas páginas.

—Si, si, si —pasaba las páginas con ansia hasta que llegó al árbol familiar de Eli—. Soy estupida.

—No —conectaron las miradas. Azul contra marrón—. No eres estupida.

La chica sonrío en respuesta.

—Mira que tenemos aquí.

El chico le miro con obiedad y Eva se acercó a él, enseñándole el libro.

—Esto no estaba antes —observó—. Es como un videojuego, se van abriendo niveles según avanzas —Eva recordó su árbol—. Por ejemplo, Jane quiso que yo descubrirse quien era mi familia verdadera, por eso no me la mostró al completo en un principió. Solo unas antiguas fotos de mis padres, irreconocibles.

—¿Y cuantos niveles hay?

—Muchos.

La hoja mostraba el árbol de Dani. Por el lado de su padre, se habían creado una cuántas más. El nombre de su padre estaba atado junto al de otra mujer, y en el medio de los dos, el de Miranda Bierley.

—Es la hermana de Dani —dijo Christian.

—Ni sabía que tenía —dijo Eva, se acercó el libro más aún, examinando el nombre—. Es de la edad de Zed.

—¿Mellizos?

—No, no —negó Eva—. Son de diferentes mujeres.

Christian se encogió de hombros como pudo debajo de las cuerdas.

—A lo mejor era un inútil tira fichas como Zack y dejo preñadas a dos mujeres el mismo año.

Eva le miro, inexpresiva.

—Dile eso a Dani y te corta en pedacitos.

—Dani no me da miedo.

Eva sonrío con ternura. Christian parecía un niño pequeño, que creía que había un monstruo bajo su cama, estaba determinado a mirar debajo, pero no se atrevía.

—A veces, suspiro, cierro los ojos y pienso en como habría sido mi vida si no fuese bruja, si no hubiese conocido a Eli ni a Dani.

—Para empezar, vivirías en Samlesbury, con tus padres y con Thomas.

—Puede que no, los Southworth vivían en un apartamento de alguna ciudad de Lancashire e irían a Samlesbury en los veranos, como suelen hacer, pensando que yo no estaría ahí, pero este les salió mal la jugada —comentó Eva.

—Y tuvieron a Lauren y Lilith, sabiendo que podían salir brujas también.

—Las tuvieron por que habían abandonado a su hija, había un vacío sentimental —dijo la chica, seguidamente cerró el grimorio—. Además, es como si estuviese planeado, como si supieran que nosotras seriamos las elegidas.

Christian se quedo sin saber qué decir. Eva se sentó de nuevo en el sofá para mirar la pared que tenía en frente.

—Miranda es vigilante de Dani, además de su hermana —habló el chico—. Puede que podamos avanzar por ahí.

—¿Seguro?

—Había una Miranda en Pendle, un curso menos que yo —comentó Christian—. Hablamos un par de veces.

La chica le intimidó con la mirada, el rubio hizo una mueca de arrepentimiento.

—Puede que me la tirara una vez —le volvió a mirar—. Puede que un par —corrigió—. Besaba bien, ¿vale? ¡Pero ese no es el caso! Lo que si se es que nunca dejó Pendle para ir a la universidad.

—Por lo que sigue aquí —Eva junto las piezas y se levanto, cogio su abrigo y con un movimiento de mano desató a Christian—. Nos vamos de expedición.

—¿A donde?

—Bueno —Eva le tendió un abrigo a Christian de Jonathan para protegerse del frío de aquella noche—. Si te la tiraste, algún día debió de caer en su casa.

Christian aceptó la chaqueta y sonrío a la chica, a la cual le sacaba bastantes centímetros.

—Vamos.

NA:

Heeeeey! Siento no haber actualizado en años, pero el verano es lo que tiene.

También he estado trabajando en otros proyectos, como en 'Secretos Guardados' una novela basada también en esta temática, así que si os está gustando esta historia la otra os encantara.

Empieza la acción!

No os olvidéis de comentar y votar❤️

-Vic.

El secreto de Pendle Hill ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora