LXXXI. El verdadero sacrificio

784 118 11
                                    

La última cuerda que Eva cortó con la daga fue la de Lidia, la chica seguidamente protegió a su salvadora de unas dagas mágicas que se dirigían hacía ellas. Ambos bandos se habían ampliado, más hombres y mujeres del lado de Daniel habían entrado y luchaban contra las brujas y contra los demás, intentando capturarles.

–¿Cual es el plan? –le preguntó Thomas a Eva.

–¿Me recuerdas? –preguntó la chica, mientras evitaba que uno de los esclavos de Daniel se acercara a ellos, seguidamente le levitó y le tiró a una pared.

–¡Si! Fue gracias a Charlotte, ¿sabes? Me tiró encima una estantería de libros... ¡abajo! –ambos hermanos se agacharon y dos espadas encantadas les rozaron la cabeza–. ¿Donde esta Dani?

Los dos miraron alrededor de la sala, buscando a la rubia, finalmente dieron con ella, estaba junto a Lilith, forcejeando con una mujer para que soltara a la chica.

–Voy –dijo el chico y empezó a correr en su dirección.

En el reloj que llevaba Eva en la mano vió que quedaba aún media hora para las tres de la madrugada, tendrían que estar entreteniendo a esa gente durante ese periodo de tiempo, manteniéndose vivos para que Dani pudiese echarle encima a Daniel aquella poción. Zed, herido gateaba por el suelo, escapando de un joven que llevaba un arco en la mano, Eva estuvo a punto de actuar, pero Lauren se adelantó y disparó a la pierna del chico una flecha.

Charlotte había aparecido y ayudaba a Heather a luchar contra tres personas, Adele intentaba escapar de los brazos de cuatro hombres, les hacía levitar hacía la parte mas alejada de la sala, casi tirándoles por el balcón. Pero Adele no se atrevía a hacer algo así.

Sorprendentemente la lucha no duró demasiado, cuando quedaban veinte minutos para las tres, Daniel volvió a capturar a las chicas gracias a un hechizo convocador, y se encontraron de nuevo en las mismas, sus amigos encarcelados, los sacrificados en el centro y ellas en la forma del pentagrama. Esta vez Daniel se saltó la parte del pergamino y fue cortando las palmas de las brujas una a una en orden, la sangre roja caía, coloreando el pentagrama de rojo puro. Las chicas empezaron a ponerse aún mas nerviosas, porque cuando la sangre de Adele se unió a la de las demás solo quedaba matar a sus amigos.

Solo había un pequeño cambio. Daniel había acusado a Charlotte de traición y esta había sido remplazada por Lilith. Ahora Heather era la que gritaba por su hermana cuando el hombre fue acercándose a ella, lentamente con la daga manchada de sangre de las brujas.

–¡No! ¡No, por favor! –gritaba Heather.

–¿Que hacemos? –preguntó Eli, que tenía lagrimas en los ojos–. ¡Eva! ¿Que hacemos?

La chica miraba por toda la habitación, buscando la daga que ella había perdido mientras luchaban, finalmente la localizo y la clavó en el brazo de Daniel, haciendo que este gritase y soltase la daga que él llevaba.

Eva volvió a soltar sus cuerdas y luego las de Dani, un chico herido por la lucha del lado de Daniel se acercó a las dos brujas con su brazo en alto.

–¿Es que no os vais a cansar? –antes de que pudiese hacer nada, Dani le propinó un puñetazo en la mandíbula tan fuerte que el chico dio unos pasos hacía atrás, desplomándose en el suelo junto alguno de sus compañeros inconscientes–. Esto es más eficaz que la brujería.

Eva mientras tanto, cortaba de nuevo las cuerdas, de lo que ella no se había dado cuenta es de que Daniel se había levantado. Mientras tanto los demás que ya estaban sueltos corrían a esconderse y protegerse, quedaban diez minutos para las tres. Pero en esos diez minutos, pasaron demasiadas cosas. Daniel se había colocado en una parte alejada y lanzó la daga. Ona se había levantado del suelo y entre todo ese terremoto de personas corrió hacía su hermana mayor y la abrazó, al principio Eva creía que era porque la había echado de menos o que le había vuelto a salvar, pero cuando Ona perdió fuerza en el abrazo y fue resbalando hacía el suelo llevándose a Eva junto a ella, la chica supo que la habían herido, gravemente. La daga había impactado en su espalda, en el lado izquierdo. La daga se había perdido en la piel de Ona. De música de fondo tenían a Lilith que había empezado a gritar como si la estuviesen poseyendo.

La daga la había atravesado al completo, llevándose con ella el corazón de la chica.

Ona se había sacrificado por Eva.

El secreto de Pendle Hill ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora