—¿Habéis hecho las maletas? —preguntó Oscar, nada más entrar en la cafetería—. Nos vamos dentro de dos días.
—Hijo, aún falta muchísimo, relájate —le dijo Lauren.
—Larisa, mira, tengo que volver a trabajar, esos de ahí tienen universidad, el trio de los colores de pelo el último curso y vosotras estáis a mitad de secundaria —le explicó Oscar—. Hay que hacerlo rápido.
—Mira, para empezar me estás poniendo nerviosa. ¡Apréndete mi nombre de las narices! ¡Lauren! ¿Sabeis qué? ¡Aprenderoslo todos! —exclamó la chica, irritada—. ¡Lauren! ¡Seis letras!
—Lauren, cálmate —le indicó Thomas—. Ven, iremos a alguna parte a tomar aire.
Elizabeth se levantó junto a ellos y cogió su bolso, que estaba colgado de la silla.
—Voy con vosotros —dijo Jonathan.
Y así los cuatro juntos desaparecieron por la puerta de la cafetería, giraron a la derecha y caminaron hacia su destino. Oscar salió de la cafetería también, pero el se fue en dirección contraria.
—Tenemos que actuar rápido —dijo Eva—. Hay que encontrar las pipas de girasol y los huevos de rana.
—¿Girasol? —preguntó Melody, que se había pasado por su mesa para retirar los platos—. Deborah tiene una floristería, vende flores.
—Perfecto, ¿donde esta? —preguntó Dani.
—Aqui al lado, literal —respondió—. Tenemos los puestos de trabajo una al lado de otro.
—Encantador.
Melody levantó las cejas y retiro los últimos platos, seguidamente volvió detrás de la barra.
La puerta de la cafetería se volvió a abrir, entraron Heather, Sophia, Adele y una chica que parecía ser mayor que ellas, llevaba una expresión bastante depresiva, los ojos rojos como tomates, como si hubiera estado llorando durante noches y su cabello rubio-rojizo en una coleta de la que se le caían bastantes mechones de pelo sobre la cara, en las manos llevaba unos cuantos folletos.Las chicas observaron desde la distancia al grupo, y al final de varios minutos, decidieron acercarse.
—Hola —saludó Sophia.
Adele les sonrió e hizo un simple movimiento de mano para saludar.
—Soy Dana —se presentó la cuarta chica—. Danesa Lynn Christine May Relish —la chica tragó saliva y les tendió un folleto—. El día diecinueve de agosto, por la noche desapareció mi hermana menor.
Eva acepto el folleto y lo leyó. De portada había una niña inocente, más rubia que su hermana, pero con los mimos impresionantes ojos azules.
—Andreline Relish —leyó Dani, se acercó más a Eva.
Tyler se inclinó hacia ellas.
—¿Esta no es la chica de la que nos habló Oscar?
Las dos chicas asintieron.
—No la hemos visto —respondió Lilith, la pequeña entrecerró los ojos y miro a las chicas.
Adele, Dana, Heather y Sophia se dirigieron hacia la barra donde Melody se encargaba de dejar los vasos relucientes.
—Han aparecido nuevos cuadros. ¿Los ves, Mel? —le pregunto Heather–. Ya no esta solo el de Alice Gray.
Los cuatro amigos inconscientemente giraron la cabeza en su dirección, intrigados por las palabras de Heather.
–¡Os lo dije! –exclamó Tyler, emocionado.
—La antena. Enchufad la antena —susurró Dani.
—¿Que cuadros? —preguntó Melody.
Adele señaló a la fila de cuadros que Eva y Dani podían ver.
—El de Alice Nutter —dijo Sophia.
Todos miraron a Adele que hacía signos con las manos señalando a la pared.
—Y el de Elizabeth Southerns —interpretó la chica.
—No, yo solo veo uno, pero no es ninguno de esos dos.
—Yo no...
La puerta se abrió de nuevo ese día, y por ella aparecieron Jonathan, Lauren, Eli y Thomas, interrumpiendo a Dana.
Thomas les enseñó a sus amigos una bolsita que llevaba en la mano.
—Hemos encontrado huevos de rana en el río —señaló divertido, los meneo en la cara de Lilith.
—Aparta eso —le ordenó la chica firmemente cuando echaba su cabeza hacia atrás para apartarse.
—Necesitamos hacer la clonación cuanto antes —avisó Eli, cogió los huevos de rana—. Thomas, acompáñame a comprar las pipas, Lilith ayúdame, necesito otra mente para hacer esta poción.
La niña agarro su mochila, con la botella de sangre dentro y siguió a Eli y a Thomas devuelta a la calle.
—Nosotros apuntaremos a nuestras brujas —murmuró Dani.
—Adele dice que siempre la ha visto ahí colgada —le explicó Sophia a Melody—. Y yo, yo, nunca me he fijado demasiado.
—Apunta a Adele, Melody, Deborah, Sophia y Heather —le dijo Eva a Tyler, que ya estaba preparado con papel y bolígrafo.
—Nos falta una —contestó Tyler.
La mano de una chica se estampó contra la mesa, haciendo un gran estruendo en la cafetería, pero nadie se fijó en ella. Los amigos se miraron entre sí, y después siguieron el recorrido del brazo hasta la cara de la chica.
—Dana —murmuró Lauren.
—Se lo que hacéis —escupió la chica—. Y se que sabéis muchas cosas. Pero lo que no sabéis es lo que yo sé.
—Anda, que genio, obviamente no sabemos lo que sabes —murmuró Lauren, en voz baja.
—¿Que sabes tu, rubita? —le preguntó Dani.
—Todo. Mi hermano Jorge es amigo de esos dos —la chica se dejó caer en la silla al lado de Tyler—. Hay más de dos descendientes, y encima, los dos que hay, son falsos.
—Tu —Lauren le señaló—. Tú sabes quienes son los verdaderos descendientes.
—Tengo una idea.
—Dispara.
—Adele, Sophia, Heather, Melody, Deborah y yo —contestó—. ¿Para cuando la prueba del río?
—Mañana, a las cinco de la tarde... —dijo Eva.
—No —Dani le paró—. A las 3:33 am. La hora de las brujas, en el río.
—Perfecto
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El secreto de Pendle Hill ✔️
Mystery / Thriller(Necesario leer 'El secreto de Samlesbury Hall) Puesto más alto- #18 en misterio/suspenso Un pueblo que esconde mas secretos de lo debido. Otro misterio aguarda a Eva, Elizabeth y Danielle. Después de haberse librado de aquella fuerza del mal que e...