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-Señora no se de que habla.

Asiente con una sonrisa en sus labios un tanto perturbadora mientras se dirige hacia el escritorio.

-Dejaré mis cosas aqui. -Asiento en silencio colocando el libro lejos de ella. -Este será tu lado. -Lo señala como si la mesa fuese suya. -Y este el mio.

-Bien. -No puedo negarme a nada es mi profesora, mi superior al mando aquí en mi habitación.

Deslizo la silla con cuidado colocando los materiales necesarios. Observa cada uno de mis movimientos como si los estudiara.

El estudio se hace largo, demasiadas tonterias para conocer el día de nuestra sociedad, recursos necesarios y pueblos vecinos.

Pueblo Liber al norte del nuestro.

María sur de la capital de Liber, cerca de los acontecimientos de las guerras pasadas. Basados en una población pequeña además de un tanto decadente.

Rose oeste de la capital de María, pueblo vecino de la capital de Liber, pueblo hermano de nuestra capital... Marien.

Lejos de nuestras capitales solo bosque. No hay más.

Estuvimos estudiando por horas, desde las tres hasta las siete y media, estaba muy cansada y el silencio que se mantenía era bastante incomodo.

-¿Sabes? -Por un momento me impresiono, solo un momento en el que asiento en silencio. -Las pruebas para los Rays es dentro de poco, deberías probar.

-Esta bien. -Tengo que responder con cierta seguridad que no tengo, pero si no lo hago así, ella, se dará cuenta y mis calificaciones bajaran. -Debo preguntar a mis padres si me lo permitirían.

-Hablaré con ellos. -No quiero ser de los Rays. Mi cara de impresión no es suficiente para dejar sus ideas aparcadas, no, simplemente sonrie.

"Debo relajarme, si no se dará cuenta. No puedo ir en contra de ninguna voluntad, y menos de un Milita"

-Bien a usted la harán caso. -"No puedo permitirme entrar en los Rays, tengo que encontrar alguna excusa"

-Deberías estar orgullosa de ser parte de ellos, defienden nuestras ciudades, a nuestra gente.

-Lo que usted desee. -Hemos cambiado las cartas ahora la que mira con mucha impresion es ella. En sus gafas se refleja mi expresión, la estoy retando. -Si es la decisión de mis padres y la de usted, adelante. -Agacha la cabeza oscureciendo los cristales de sus gafas.

-Me...

-Disculpe que interrumpa, pero sea hecho tarde. -Las dos miramos la hora. "20:30 mierda" -Quedese a cenar.

-Será un gusto, gracias.

Recojo mis cosas en pleno silencio, no pierdo tiempo en mirarla, no quiero.

-Puede dejar sus cosas en la mesa, las recogeré más tarde. -Asiente aún sentada.

Me marcho y ella tras de mi. Bajamos las escaleras en silencio, pleno silencio lleno de orgullo. Tengo un plan que ella no se espera, no pienso entrar en los Rays.

-Vaya bajas a ayudar. -Asiento. -Bien ponte a pelar patatas, mientras harè el pollo. -Asiento.

La señorita Melano se sienta en una de las sillas del comedor, nos observa en silencio casi sin pestañear.

-Señora Larso. -Me petrifico. -He pensado que su hija sería perfecta para los Rays.

"Mierda, por su culpa me he cortado"

Mama mantiene la cabeza gacha. No paro de sangrar pero ni siquiera me he quejado. Hay silencio.

-Si.

"¿Pero que?"

*Rays: Fuerza militar de los pueblos vecinos.

"APOLO 182" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora