Su sonrisa me iluminaba, me acariciaba con delicadeza. Primero comenzó a rozar sus dedos sobre mi brazo derecho, me miraba a los ojos sin perder la sonrisa, sin perder esa mirada suya tan especial. Mi piel ante su contacto se erizaba lentamente junto con el roce, era tan suave sentir su piel contra la mía.
-¿Se siente bien? -Asentí con una sonrisa, Denia me la devolvió al instante bajando poco a poco a mis labios. Besaba con lentitud, con delicadeza, suavidad, cariño, prácticamente dejaba los labios muertos para que estos se deslizaran, no intentaba dominarme todo lo contrario, intentaba mostrarme cuanto me quería, de hecho lo estaba consiguiendo ya que mis pulsaciones aumentaron, y aunque la maquina de cardio comenzó a sonar y sus labios pararon, me desice de los cables de mi cuerpo lo mas rápido posible, pose mis manos en sus pómulos atraiéndola de nuevo a mi, pegando mis labios con los suyos.
La mantenía a horcajadas sobre mi, nos mirábamos, enamoradas perdidas en ese mundo nuestro, en ese lugar perfecto donde solo eramos ella y yo, solo nosotras.
Me senté en la camilla acariciando su espalda, deslizando las yemas de mis dedos por su piel, comprobé que como a mi se le erizaba la piel. Abrace su cuerpo apoyando mis manos en su cuello acariciando su espalda y su pelo, resbalando mis dedos por este. Denia se abrazó a mi como si no me fuese a soltar nunca, sentía las aceleradas pulsaciones de su corazón, además de sus temblores que de vez en cuando florecían.
Me dio un beso en la mejilla, luego otro en el cuello, y el ultimo en las manos. Entonces se levantó, dudé, Denia simplemente sonrió con dulzura y se quito los tacones, luego desabrocho su falda y soltó su pelo del todo, solo dejo su camisa la cual le tapaba un poco los muslos pero no demasiado. Se recostó detrás de mi, me apoyo sobre su pecho sin dejar de acariciarme y desabrocho el nudo de la bata, deslizó la prenda despacio y con calma sobre mis hombros, después por mis brazos. Rozo sus labios en mi nuca, luego por los omóplatos acariciando mi vientre.
No sabía exactamente si me estaba poniendo o me estaba enamorando pero no quería que parase.
Una vez estuve prácticamente desnuda se deshizo de su camisa, dejándola caer por sus brazos, se subío a la camilla dejando una pierna a cada lado de mi.
Instintivamente mis manos acariciando sus caderas, subieron por su espalda, para luego descender hasta sus piernas, era tan suave, su piel era como tocar algo delicado, a lo que quieres proteger. Acerco su rostro al mio besándome con el mismo cariño que mostró en nuestro primer beso, ese sentimiento de protección, de amor, de delicadeza, el beso comenzó a ser mas apasionado pero sin perder la delicadeza especial de Denia.
Paso sus labios por mi cuello, bajo hasta mi clavícula donde dejo un beso que se sello en mi piel, en mi corazón en mi mente. La luz del sol ilumina aún mas su mirada, estoy segura de que mis ojos brillaban como nunca lo habían hecho, ni siquiera me perdía en mirar su cuerpo, mis ojos estaban clavados en los suyos, no quería ver su cuerpo quería ver su alma.
Escondí un mechón de su pelo detrás de su oreja, al instante sonrió y se sonrojo y con todo el cariño del mundo se tumbo sobre mi piel, sentirla me estremeció sin querer mi respiración se entrecorto, Denia me beso suavemente para tranquilizar mi cuerpo, algo imposible en este momento, al darse cuenta siguió besándome acariciando mi estomago, deslizando sus manos por mis piernas. Alzo su pierna hasta notar que me rozaba con ella, un gemido salió de mis labios, sin pensarlo me tape la boca.
Me puse mas roja si se pudiera y alce mi pierna hasta sentirla, gimió al instante haciéndome estremecer. En ese momento supe que no tenía que sentir vergüenza, no tenía por que tener miedo con ella estaba segura.
Roce mas mi pierna ante sus gemidos ahogados los cuales se clavaban en mi cuello. Mis oídos los acogían clavandolos en mis cabeza, dios era la mejor sensación de mi vida, tenerla entre mis brazos, notando como su estomago ascendía y descencia, como su respiración se ahogaba, como sus labios con los leves roces, rozaban mi cuello.
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"APOLO 182"
Sonstiges-Es bastante sencillo, si tanto te molesta. ¡ACTUA! Solo una palabra para que todo tu mundo cambie, solo una miarada para saber que este es el final, solo un silencio para despertar lo que llevas dentro. Solo... Silencio. Una obra que te sumer...