"B&H"

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"Quiero que respires... Cierra los ojos, respira, sumergete en ese mundo... Deja que mi voz te guie por el sendero".

-Ahora entiendo por que me haces esto. -Respiro... No puedo verle pero se que sonríe. 

"No todo con Denia fue bien, al principio fue un error, fueron luchas constantes de existencia, de dudas... 

-Señorita Larso vive en una nube y no lo permitiré en mi clase. -Eran martillazos, con cada grito mas me alteraba. -¡Vayase de mi clase ahora! -Cogí mi mochila chocando contra su hombro, bajando las escaleras y cerrando la puerta con cierta agonía, el portazo se clavo en clase como cristales rotos. 

Caminé sin rumbo a ninguna parte, mis pensamientos me atacaban constantemente, mis ojos estaban cristalinos y por mas rápido que andaba el tiempo parecía ralentizarse. Las hojas de los arboles se rompían en mis deportivas, corría o caminaba no lo recuerdo. 

Pegue mi espalda a un árbol que tapaba mi cara del sol pero no mis piernas, me puse los cascos y respire, simplemente me desahogue allí, en la soledad, en el silencio, donde los únicos acompañantes a veces se asomaban con movimientos muy rápidos, piaban y bajaban para observarme. 

-Tengo entendido que el mundo merece la pena. -La recuerdo tenía una sonrisa tan cálida sonreí nada mas recordarla. -¿Sabes? Merece la pena enfrentarse al mundo, no se ya sabes... es.., como un videojuego. -Su sonrisa. -La soledad también esta bien, incluso necesaria... Piensas sobre la vida, que seras, o.., incluso quien eres. -Me hacia recapacitar. -Cuando te sientas triste, sola, o simplemente que no encajas este árbol sera el recuerdo de tu paz interior, y.., ¿sabes lo mejor? -Negué. -¿No? vaya... -Sonríe de nuevo. -El no te juzgara, jamas lo hará, ademas le gusta tu compañía al igual que a ellos. -Mis ojos fueron guiados por su señal, y tenía razón los pájaros estaban a mi lado, quietos acompañándome. -Estaré aquí las veces que quieras hablar. -Sabía que debía dejarla marchar. 

-No puedes seguir así, estoy harta... -Mi madre lloraba como siempre cuando las cosas se hacían algo complicadas. -A mi también me duele, déjala marchar ya. 

-¡¿Crees que no lo intento?! 

Tenían razón, lo sabía. 

Me sentía tan sola sin ella, jugaba con sus lapices perdida en ese mundo donde aún estaba conmigo, donde su sonrisa eran mis mañanas, y los codazos las buenas noches... Sonreía solo de pensarlo. 

-Señorita Larso... -Miraba su pupitre marcado con nuestros nombres. 

-Haremos una cosa prohibida... -Saco la navaja y marco. -Primero tu inicial una "B", ahora la mia una "H"... -Acaricie la madera siguiendo los arañazos de sus marcas. -¿Queda bien no? -Asentí. 

-Señorita Larso... -Un golpe en la mesa me devolvió a la vida, a esa vida. -Escúchame nunca me escuchas, pierdo el tiempo contigo quiero que te vayas y avisare a tus padres. -De nuevo la misma escena, coger mi mochila empujarla e irme. 

-¡Beca! Basta déjalo ya... Por Dios. -Por mas que me encerraba en mi cuarto e intentaba evadirme era peor. Abría mis cuadernos y solo... recordaba. 

-Sonríe tonta. -El flash me cegaba pero la quería tanto que me daba igual con tal de mantener esos recuerdos. -Ahora pondré el temporizador, correré hasta ti, cógeme, si me tiras tu caes conmigo. "Caería contigo siempre". -Vamos vamos. -Recuerdo como la daba vueltas mientras el flash nos cegaba y sonaba. 

"APOLO 182" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora