Sases babe.

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El sonido invadió mi cuerpo, nada iba bien, aunque no era consciente de ello, escuchaba a los médicos moverse.., además de los susurros o gritos no lo se, quizás.

De nuevo estaba en ese lugar tan extraño pero conocido, entre la espada y la pared tomando decisiones, entrar o salir, dos únicos caminos, únicos y simples, pero si no elegía bien me quedaria aquí para siempre. En este lugar, sin tan siquiera saber por donde andar, temiendo por mi vida, me sentía amenzada allí, aunque fuse ese paraiso que mi mente creó para alejarse de todo, de los dolores, de la ansiedad de no poder hablar, de las vueltas constantes en mi cabeza caminando a ninguna parte.

Sin rumbo, asumí mi responsabilidad, sencilla, quizás, para algunos lo sería, pero mi mente jugandome esas pasadas llenas de recuerdos tan deseados, me suplicaba que me quedara, allí, sin hogar.

La niebla tapaba mis ojos, era fría y densa, se agarraba a tu cuerpo metiendose por este, congelando cada uno de tus huesos. Además de ser blanca como la nieve y no dejarte ver mas allá, te perseguía, se acomodaba a tu presencia.

Caminaba sin rumbo, lo bastante rápido como para caerme si había una piedra, o por el contrario un hoyo lo bastante grande como para hacerme caer, temía que aquello pasara.

"Camina contra el fuego" Escucho un susurro el cual me parecio extremecedor, mi piel se erizo, y mis populas se abrieron como dos cuencas, ademas de mis labios los cuales se secaron al instante.

El viento soplo retirando la niebla, dejandome ver mas haya. Entonces allí en lo alto de la colina vi una casa, ni muy grande ni muy pequeña, una casa lo bastante normal, adornada con las tipicas antiguayas de los tipicos abuelos que llevan siglos juntos.

Se veían retratos y estatuas pequeñas con grandes emociones, sonreían, me extrañe al ver algo así, pero un sentimiento de alegría me invadió.

-¡Eres Beca! -Me abrazó como amiga de toda la vida. Puse cara de asco apartandome con resignación. "Como odio que se metan en mi espacio personal. Que manía". -Oh, es verdad, perdona... No recordaba lo de el espacio personal. -Me extrañe. ¿Como lo sabía? Es más ¿Quien es?
Sonrió con resignación haciendome una señal para que la siguiera, asentí con algo de duda pero así lo hice. De hecho su sonrisa o su dulzura me daban confianza. Era morena con ojos ambar tirando a marrones, tez blanca, labios rosados y carnosos, mas alta que yo, como era de esperar. Su vestuarios era lo que no me cuadraba, llevaba camison, haber no se la veía nada, pero daba un poco de corte.

-Y bien Becs. -Giró su cuerpo clavando sus ojos en los mios. -¿Cuándo piensas despertar? -Me extrañé tanto que di dos pasos en falso hacia atras, ella me agarro dd la cadera pues con esos pasos me había quedado casi en la punta de las escaleras, en pocas palabras casi me mato. -No te asustes, mi intención no es acerte daño, todo lo contrario, quiero ayudarte a despertar, los gobiernos vecinos te necesitan y no solo ellos. -Agachó la mirada y con una suave voz dijo. -Denia tambien. -Enserio me estaba empezando a asustar. "¿Cómo sabe tantas cosas?" -Recuerdo cuando tenía tu edad, vaya, es como si hubiese sido ayer, no se distorsiona ni un poquito. -Sonreía con resignación. -Veras... No eres la única elegida, huvo dos mas. Luca y yo.., que tiempos... Los dos superamos las pruebas pero nos pillaron. Tú, ¿Lees su diario? ¿Verdad? -Asentí. -Bien haces bien, ahí esta su historia, quizás me nombre, la verdad no lo se.

-Espera, espera, no entiendo nada.

-Soy Maria la primera gobernadora. -Me asuste abriendo los ojos lo mas que pude. -Veras.., estoy muerta Beca.

-Imagino.

-Cuando empezamos esto no era así quebrantamos tantas leyes...

-Espera... ¿Como es que si estas muerta te puedo ver o tocar?

-Ya eso.., ham.., cuando pasas la prueba con exito todos los recuerdos pasados se traspasan a ciertas personas, algunos ven a sus propios familiares muertos otro, como tú ven el pasado. Soy parte de un pasado Beca, un pasado que ya no esta, se esfumó por completo.

-Entiendo.., y, ¿como despierto entonces?

-Fácil tendrás que querer despertar. Me refiero. ¿Quieres vivir? Volver con Ella.

-Si.

-Puen piensalo, desealo.

Empece a pensar en Denia como si me fuese la vida en ello, Maria cada vez se veía mas borrosa, con su sonrisa entendí que lo estaba haciendo bien.

Llegue a abrir los ojos.

-Beca. -Gritó abrazando mi cuerpo. -Dios por fin. No sabes como lo hemos pasado. -Limpiaba sus propias lágrimas.

-¿Hemos?

-¿Como estas hija? -"¿Pero que? Papa, mama, no puede ser estoy alucinando seguro, si es eso, serán los sedantes".

Mi padre extendió su mano derecha acariciando mi rostro. -Incluso así, estas preciosa. "Joder son sus bromas. ¿Que esta pasando? Los ví morir"

-Tienes cara de no saber que pasa. -Dijo mi madre sonriendo. Negue. -¿Tu o yo? -Se dirigio a mi padre.

-Tu. -Contestó el cogiendome de nuevo la mano.

-Hija todo lo que pasasteis Denia y tu no fue real. "¿Como que no?" -Veras despues de la prueba te desmayaste en el pasillo, Denia te encontró y te llevóa casa, para que no sufrieras un reves llamamos a su padre y.., bueno los desertores te metieron en un sueño profundo para que poco a poco tu cabeza se fuese restableciendo.

"No entiendo nada"

-Todo lo que has vivido despues de la prueba a sido simplememte parte de tu imaginación. "Me estan vacilando, si es eso" -Mi expresión era una gigantesca interrogación con incredulidad. -Estamos aquí hija, y te queremos, te lo aseguro, tu oadre y yo. -Apoyo una mano en el hombro de mi padre. -Sentimos como te hemos tratado, no es excusa pero era necesario, lo siento mi vida.

Respiré y con amabilidad dije. -Lo entiendo.

-Ahora os dejamos a solas para que hableis Denia y tu. ¿Te parece? -Asentí sonriendo. -Vale mi vida descansa. -Con un beso en la frente se marchó junto a mi padre.

-¿Te duele? -Mantenia la vista fijada en el suelo.

-Denia... -Intente llamar su atención de nada sirvió. -Denia.., mirame. -Alzo la vista con los ojos rojos y llorosos.

-Lo siento yo.., verte en este estado, no, no, he podido. -Acaricie sus manos mostrando apoyo.

-Lo entiendo. -Empezo a asomar una sonrisa de complicidad. Se acercó y beso mis labios con toda la ternura, delicadeza posible. -Entonces... ¿Tu y yo... Todavía no...?

Rió como lo hacia antes, con esa risa única suya, a carcjadas nego.

-¿Eso es lo mas te preocupa?

-Bueno mis padres estan vivos, estan bien, yo tambien y tu.., necesitas mis mimos. -Sonreí, Denia alzo una ceja retandome.

-¿Eso cree señorita Larso?

"APOLO 182" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora