Quizás esta vez haya sido demasiado y por eso he acabado inconsciente en tus brazos. Se siente bastante bien a decir verdad, estoy relajada y tranquila, no pienso en nada, es vacío, sería aterrador caer en ese vacío, pero me encuentro bien.
Se que estáis preocupados por mi, pero hey tranquilos, quiero recordar todo lo posible, mientras no despierte, soñare...
Hay dos formas de ver la vida, dos realidades totalmente contradictorias, como tú ves el mundo, jamás lo veré yo, son diferentes pensamientos diferentes definiciones.
En esta perspectiva creo que los dos habríamos estado de acuerdo.
Cuando estas en el instituto tu mundo pasa por dos fases, expectativas contra realidad, otros ven cómo será el mundo allí fuera, que clases de personas les esperan, que tipo de amistades lograran tener, o simplemente con quien formara un vínculo especial. Como yo lo veo era simplemente una forma de vivir los peores cuatro años de tu vida, tantas marcas por unos niñatos, tantos llantos y trampas.
Pero eso es la vida, si jamás te libras, mañana serán tu jefe o tu compañero, lo especial del instituto a diferencia del trabajo, es una línea, una línea que pocas veces se cruza, y quien la cruza debe estar muy seguro de sus consecuencias, el problema es que como bien he dicho solo somos niñatos.
¿Qué harías tu si cruzaran esa línea con tu mejor amiga? Te contesto, no harías nada, como bien te dije en su momento somos demasiado débiles, conformistas, observadores. ¿quién hablo de héroes? ¿No?
-Zach eres subnormal. –Lo sabias Zach, cometiste un error y lo sabias, tu no eras de cometer errores ¿a qué no? Eres el niño bueno de mama, y lo eras hasta ahora. Si, ahora en este momento, este segundo en el que ni siquiera me estas mirando, te avergüenzas. ¿Si estuviéramos a solas hablarías Zach? Sé que sí. -¿Cómo has podido ayudarles? –Sé que estas a punto de llorar. ¿Sabes por qué lo se Zach? Tú no eres así.
Me llevaste contigo al baño, otros habrían tenido miedo, no te conocían como yo. –Lo siento... Me arrepiento de no haber vuelto, te lo juro Becs. –Y te echaste a llorar, te creí Zach. –No sé quién cojones hizo la foto, pero yo no fui Becs, jamás le haría algo así a Hanna. –Lo se Zach, solo lo difundiste.
Estabas destrozado, pero no más que Hanna. La hiciste daño Zach, confiábamos en ti y la cagaste, espero un perdón que como bien sabes nunca llego. ¿Tan cobarde eres Zach? No, tú y yo sabemos que no lo eres, quizás... ¿Tu reputación?
-Bien Beca haremos los ejercicios. –Denia.., Si hace dos años hubieras estado con nosotros, ¿lo habrías parado? –Haber... -Me tratabas bien aunque me mirabas con odio, la verdad no me importaba, me paraba a pensar y a recordar, sabias perfectamente que me importaban lo más mínimo los ejercicios. –Al menos haz como que haces algo, miénteme... -¿Te acuerdas? Me reí, por primera vez en dos años me reí con ella Hanna, si hubieses estado habrías montado la típica película de cine romántico. –Vaya... creo que es la primera vez que te veo sonreír.
-Yo solo te he visto cara de odio y no me quejo. –La hice sonreír después de asesinarme Hanna, te habría encantado por primera vez comenzaba a soltarme.
-Si necesitas desahogarte hazlo, no te voy a juzgar. –Pero mis labios estaban sellados.
Si destruyes a alguien, conócelo bastante bien, tanto como para saber sus puntos débiles, sus virtudes, sus miedos, todo aquello que ama. Esto es un juego gana el más fuerte, o el que menos tiene por perder, pero a veces las cartas, esas cartas que crees haber mantenido en tus manos, dan un giro hacia el contrincante, también deberías saber que es lo más común, porque para ti y para mí, esto es un secreto, ¿Sabrías aguantarlo?
-Hanna. –Deberías saber de ante mano que no todo cambio es malo, pero que hay algunos que marcan de tal forma que cambian. –He hablado con Zach.
-¿Por qué lo has hecho? –Fue por eso ¿verdad Hanna? Somos monstruos lo sabes tan bien como yo. –No te he dado permiso.
-No hacía falta era algo que debía hacer, punto. –Sí, esa foto marco tu vida. Pero créeme Hanna, que se te vean las bragas en una foto no es lo peor que te puede pasar, lo sabes. –Vamos. –Me acompañaste a la salida. –Quiero que te relajes me ocupare de esto...
Agarraste mi brazo, ¿Por qué Hanna? ¿Por qué tenías tanto miedo? –Solo.., déjalo estar.
-Señorita Milita... -No estaréis de acuerdo, yo tampoco, pedir ayuda a un profesor es como empezar una sentencia lenta y dolora. –Siento mi comportamiento. –Pero esta vez, el profesor se convertía en alumno. –Usted sea portado muy bien conmigo, y.., sé que sabe lo que le ocurrió a Hanna, se por qué hace todo esto... Lo agradezco. –Lloré delante de ella, y por impresionante que parezca el alumno escuchaba. Las personas sorprenden.
-No hay de que señorita Larso.
Hoy es tu día Zach, hoy es el gran día del capitán. Estas nervioso ¿verdad? No te juzgo cualquiera lo estaría en tu situación, ser el mejor debe ser difícil, seguro que si... ¿Sabes? No pediste perdón, aún me pregunto porque, pero supongo que con el tiempo lo sabré. Humillaste a Hanna lo sabes, no puedes ni mirarla a la cara, sabes que no debes, no tienes tanto ego como yo pensaba, al contrario, agachas la cabeza sin enfrentarte a los problemas. ¿Qué pensarían tus amiguitos si supieran que eres un cobarde? Pero eso nunca se sabrá ¿a que no Zach? Ya te ocuparás de ello.
Zach... esto es para ti.
Hanna no volvió a ser la misma, destrozaste toda su maravillosa personalidad, la hundiste y te reíste. ¿qué clase de ser humano haría algo tan vil? Pues tú, si tú, Zach. ¿Cómo pudiste? Siempre nos protegiste.
Zach, separaste a Katlyn de mí. ¿Lo sabias?
-No Becs, no podemos, estamos quebrantando muchas leyes. –Tuviste miedo y te marchaste lo entiendo, tuve que verlo, tu seguridad antes que la mía. ¿Verdad?
Katlyn se marchó, nunca me llamo ni volví a saber de ella, simplemente se esfumó, y Hanna tú, te separaste de mí, simplemente te alejaste, te echaba de menos, lo sabias y me necesitabas pero tu ego podía con las dos...
-Quiero que la olvides. –Lo dices como si fuera fácil, enséñame como lo hiciste tú, ¿llorando cada noche? Vaya consejo me dabas. –Quitare sus cosas de tu habitación. –Entonces me enfrente a ti, no por ego. No pensaba en eso y lo sabias, me conocías lo suficiente como saberlo, ¿no podías simplemente respetarme? No tu siempre tienes que quedar por encima mama. –Cuando te vayas al instituto y vuelvas ya no habrá nada de ella.
Ahora se lo que siente al ser un vegetal, andas tan perdido que no te enteras de nada, y es mejor, por mucho que digan es tu decisión, no debería meterse nadie, pero como siempre... "se preocupan por ti" o eso dicen, la verdad no lo sé, pero necesitaba soledad... Y ¿alguien me la dio? Al contrario. Por primera vez me pegaste mama, quise devolvértela pero el cariño que te tengo me lo impidió, ¿sabes por qué quise? Por qué vi rencor en tus ojos, me chavas la culpa de Hanna... Y lo que no entendías es que al igual que tú, yo también estaba destrozada y te necesitaba, pero como siempre mis manos estaban solas...
-Becs yo concía a Hanna.
Despierta
Es la habitación mas aburrida que he visto en mi vida, despertarse aquí es como despertarse en la matanza de Texas, interesante a la hora de correr, pero en el día un aburrimiento. Encima estáis todos mirándome como si me hubiese muerto.
-Estabas inconsciente, me preocupe. -Me da igual Denia lo sabes, entonces vi a mi entrenador.
-Tú. -Te señalaste. -Si, tú, me has susurrado que conocías a Hanna.
-Dios mio otra vez no. -¿Otra vez no? Eres tan inconsciente mama, ella era tu hija.
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"APOLO 182"
Random-Es bastante sencillo, si tanto te molesta. ¡ACTUA! Solo una palabra para que todo tu mundo cambie, solo una miarada para saber que este es el final, solo un silencio para despertar lo que llevas dentro. Solo... Silencio. Una obra que te sumer...