"APOLO 182"

Descansa; V1 Hanna.

Un, segundo para un cambio, una decisión para un llanto. 

La teoría de la depresión. 

Es algo bastante complicado de explicar, más en mi estado. Ese estado de esperanza perdida que solo el tiempo o el olvido recuperaran. Cuando los problemas mentalmente se vuelven inestables y un colapso del que te es tan difícil salir. Solo llorar alivia. Se convierte en el fiel compañero que te dirige día y noche, decide cuando debes estar bien y cuando, debes estar en ese estado melancólico del que no puedes salir, en ese estado de soledad. 

Las personas no importan, solo importa tu estado, doloroso, que, sinceramente pocas personas entienden. 

Había olvidado sus recuerdos por completo, olvidado lo que era para mi, la importancia de mi estabilidad, de mi día a día, de sentir esos momentos tan felices que me hizo vivir, cuando se lo dije simplemente fue a una imagen sin vida que cerraba los ojos lentamente en mis brazos. Todo lo que sentía se esfumo en ese momento, se fue con ella. 

Quiero que sepas, que todos estos momentos son tuyos. 

Recordar solo se esta llevando mi vitalidad y en cierta forma lo merezco y lo quiero, esta soledad puede conmigo, el vacío dentro de mi corazón rompiéndose con cada intento que tengo por levantarme o simplemente respirar, me avisa, no quiero mas, no necesito seguir respirando. 

Desde que me dejaron en el suelo ni me he movido, esta frío pero no se por que razón me hace sentir como en casa, como si fuera el lugar perfecto donde gritar, donde se ahoga todo lo que llevo dentro. Ya que las imágenes, las palabras no terminan, no acaban. 

Vivíamos en un mundo de mentiras y hasta ahora no me dí cuenta, unos traicionaban con una sonrisa en la cara mientras te perseguían y acusaban de cosas que tu, jamas tuviste la culpa, y aunque lo sabias, no nos pediste ayuda, confiaste en alguien que solo se quedo sentado escuchándote, que simplemente te hizo sentir mas sola de lo que ya estabas. A día de hoy créeme no siente culpa ninguna.

Dicen que el enemigo siempre esta esperando tras las puertas. ¿Fue eso Hanna?. Llamaron a la puerta trayendo tu coche y a ti, estabas borracha, jamás me dijiste que estabas drogada, tuvimos que saberlo con el paso del tiempo dándote ese espacio que tanto necesitabas. Papa y mama te lloraron como nunca les he visto llorar. Suplicaban a un cuerpo sin vida que por favor abrieras los ojos. 

-¡LLAMA A UNA AMBULANCIA! -No podía con eso Hanna, no pude, era mirarte y derrumbarme. Además paso tan rápido, estire mis manos a tus brazos, creí que eso te ayudaría. Que inocente ¿verdad? Pero... ¿Como te decía adiós Hanna? Cada parte de mi se rompió. -Mi vida no nos hagas esto... Por favor. -Me perdí en una burbuja paralela donde solo escuchaba llantos y suplicas sin respuesta. -Mi niña... -Mama te acariciaba con esa esperanza, se estaba aferrando a ti. 

Llegaron los médicos y en mi cabeza solo se escuchaban ecos de los gritos de mama, te tenia agarrada y te suplicaba, papa, por su parte lloraba sin entender la situación. Los médicos miraron tu pulso, todo fue tan rápido. Observaron tus heridas con lastima he intentaron consolar a mama, ya que intentaba que no te llevaran. Me perdí en el momento en el que me desmaye.

Nadie en el instituto te olvidó, de hecho ahora eras importante. 

Hicieron un discurso para ti, era tal el silencio.., Los alumnos escuchaban cada palabra de los profesores, sobretodo que no siguieran tu ejemplo, y que la vida es importante, como si fuese algo natural que una cría de 16 años se suicide. Por mas que comentaban y hablaban yo no escuchaba, solo observaba en silencio como varias chicas agachaban la cabeza realmente apenadas, Cristy y Katlyn, tus mejores amigas, las únicas que realmente me apoyaron, nos apoyaron. Zach fue el ultimo en levantarse, y decir una palabras, nunca le había visto tan hundido, tan débil... 

-No te hará bien beber... 

-Que te jodan Zach. -Hasta que llegue a la universidad, la verdad, le maltrate insultándole y pasando de el, hasta el punto que solo se convirtió en uno mas. 

Pasa el tiempo y como podía lo superaba, no tenia nada ni a nadie, mama y papa se habían convertido en dos personas insoportables que pasaban de todo, incluso de mi, aunque la verdad no me importaba la soledad en este momento era mi bien estar. Te necesitaba a ti. 

Mis días fueron la bebida, copa tras copa tras copa... Mi mayor debilidad se convirtió en mi progreso de estado mental, ya no lloraba, se había convertido en vómitos constantes llenos de todo tipo de líquidos procedentes de mi estomago, pocas veces tiraba comida, la mayoría eran eso, avisos. 

Estar postrada en esta cama, con el movimiento del alrededor... Como siempre he dicho el tiempo sigue pasando, y desde la enfermedad pasa mas rápido, con mas rapidez parándose en pequeños detalles, detallados con tanta delicadeza que son casi invisibles para el ojo humano, visibles ante la enfermedad. 

Lo mas importante en nuestras vidas lo perdemos en un instante, apenas vivimos en una prisión de sentimientos, tenemos tanto miedo, pero el tiempo corre y aún sabiéndolo no somos capaces de ver la vida de otra forma, una forma impredecible, distinta, desafiante, gratificante. Solemos verlo cuando ya es tarde, cuando por mas que recemos nadie contesta, cuando todos esos familiares se presentan con tristeza, dolor, angustia... 

Es desesperante, se quedan. 

-¡Beca bola va! -Era un gran bola de nieve apunto de estallarse contra mi cara, me daba tiempo para agacharme pero, que demonios ¿Por que no? La dejaría ganar por esta vez. -Jajajajajaja. -Caí al suelo y aunque me di en la cabeza, te juro, a ti, que jamas me dolió, el frío de la nieve amortiguo aquel golpe como si debajo de mi hubiese una gran almohada. -Anda te ayudo. -Pero de esta historia jamas olvidare ese momento, ese choque de manos que literalmente detuvo la nieve que caía, los sonidos de los pájaros, los coches, las personas, todo se detuvo. Un fragmento de tiempo que se regulaba constantemente, por si solo, se mantenía en el mejor estado posible, sin alterarnos. 

Ese mismo día corrimos por las calles de California con la esperanza de perdernos, pero el mundo cada día se había vuelto peor y con cada paso que dábamos mas miedo teníamos a que nos secuestraran, eramos solo niñas. ¿Que se puede esperar? 

Cuando encontramos el mar, junto a la noria de playa Blanca, supimos que habíamos encontrado el paraíso, un nuevo paraíso, un nuevo lugar por explorar, donde nadie existiría, donde nuestras historias cobrarían sentido. Era precioso, y de noche, y aunque la noria estaba encendida sus luces se reflejaban en le agua formando colores inexplicables, formas que pocas personas entenderían y creerían. 

Y si por si te lo estas preguntando. Era la primera vez que nevaba en California, algo alucinante, casi imposible estaba ocurriendo en nuestros cielos, algo que maravillaba a todas las personas que disfrutaban atónitas de aquella imagen, de aquel buen anochecer que poco a poco contra mas te relajabas mas te acogía, envolviéndote. 

-Becs... Quédate conmigo. -Morir sería mi paz. 

-Si no despierta pronto tendremos que... desconectarla, lo siento Denia. -Un momento.